Cómo surgió una de las ideas más recurrentes de la historia de los teléfonos móviles: la tapa plegable
Estamos en 2022 y el catálogo de teléfonos plegables está más completo que nunca. Son cada vez más los fabricantes que se animan a romper con los criterios de diseño estándar que nos han acompañado durante los últimos años. Aunque se trata de un desafío enorme, no dudan en apostar por bisagras y pantallas flexibles para dar vida a propuestas arriesgadas.
Si nos enfocamos en los primeros plegables modernos, debemos decir que estos aparecieron a partir del 2019. Royole nos presentaba el FlexPai, Huawei el Mate X, Motorola el nuevo Razr, y Samsung los primeros Galaxy Fold. Estas propuestas llegaron justo tiempo para refrescar el mundo de los smartphones cuyo diseño se había vuelto uniforme y hasta aburrido.
En los primeros “plegables” lo único que se plegaba era la tapa
Pero antes de que se popularizan estos teléfonos plegables que casi todos conocemos existían otro tipo de “plegables” que no incorporaban bisagras avanzadas y pantallas flexibles en su interior. Estamos hablando de los teléfonos de tapa clásicos o “clamshell”. En esta categoría, sin lugar a dudas, Motorola ha sido uno de los jugadores más destacados.
Uno de los dispositivos más icónicos de la compañía estadounidense es, precisamente, el Motorola RAZR V3. Un terminal de tapa delgado y elegante cuyo diseño conquistó a millones de personas en todo el mundo. Como posiblemente imaginas, Motorola también fue la responsable de inaugurar el segmento de teléfonos móviles de tapa.
Después de la serie DynaTAC, que marcó un antes y un después en la telefonía móvil, en 1989, Motorola presentó el MicroTAC 9800X, un dispositivo mucho más liviano y compacto que su predecesor que incorporaba una interesante novedad a nivel de diseño y funcionalidad: una pequeña tapa acoplada a la parte inferior del terminal.
Los diseñadores no se olvidaron de los detalles. El interior, la tapa tenía el logotipo de Motorola en diagonal ubicado arriba de unas delicadas líneas en color azul. También distinguía el logotipo de la marca en un relieve. En la parte superior del terminal, debajo del auricular, se encontraba la leyenda “MICRO TAC” escrita en pequeñas letras en color azul.
Como decimos, la tapa no solo era un elemento de diseño, sino que cumplía dos funciones. Por un lado, albergaba un micrófono que permitía mejorar la experiencia de las llamadas. Por otro, protegía al teclado cuando se transportaba al teléfono móvil. Sí, ya era lo suficientemente pequeño como para llevarlo con comodidad de un lado a otro.
De acuerdo a The New York Times, el equipo de I+D de Motorola pasó cinco años reduciendo el tamaño y el paso de los componentes del que se convertiría en su teléfono de nueva generación. Principalmente se centraron en componentes como el oscilador y el sistema dúplex, que permiten a una persona hablar y escuchar al mismo tiempo.
Así, pasaron de un teléfono móvil del estilo “ladrillo” como el DynaTAC, de 33 centímetros de largo y 800 gramos a uno mucho más amigable y, sobre todo, transportable. El Motorola MicroTac medía 23 centímetros de largo cuando estaba abierto y pesaba 350 gramos con la batería más pequeña.
Y claro, los tiempos han cambiado. Hoy los móviles no necesitan una tapa para proteger el teclado físico porque no tienen este elemento. Tampoco para acercar el micrófono a la boca del usuario. Es común encontrar dos o cuatro micrófonos que, además de ser más avanzados, se ven beneficiados por algoritmos que mejoran el audio.
Volviendo a las particularidades del Motorola MicroTAC, como podemos ver en las imágenes, incorporaba una pantalla LED de matriz de puntos que podía mostrar solo 8 caracteres, lo suficiente como para marcar números de teléfonos almacenados y consultar el registro de llamadas anteriores, entre otras funciones básicas.
¿Te imaginas tener un teléfono móvil sin todas las funciones que nos acompañan en estos días? En 1989 ni siquiera existían los SMS’s. Aunque este sistema de mensajería fue ideado en 1984, el primer mensaje de texto se envió un 3 de diciembre de 1992. En aquel entonces, incluso, se hablaba más de lo que se chateaba. Hoy sucede todo lo contrario.
Los precios de los dispositivos también eran muy diferentes. Si bien los móviles se han encarecido en los últimos tiempos, por la inflación y diversos factores, acceder a uno de estos primeros móviles estaba limitado a personas con suficiente poder adquisitivo como para pagar entre 2.495 y 3.495 dólares por un Motorola MicroTAC.
Si ajustamos estos precios a valores actuales, estaríamos hablando de gastar entre 5.972 y 8.365 dólares por un dispositivo móvil con la mejor tecnología del momento. Lo cierto es que en los años posteriores Motorola lanzó variantes más avanzadas del MicroTAC y los precios fueron bajando con el paso del tiempo, haciendo estos teléfonos más accesibles.
Imágenes: Redrum0486
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Javier Marquez
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