Comprar una película en una plataforma de streaming es peor idea de lo que parece (y no sólo por el precio)

Comprar una película en una plataforma de streaming es peor idea de lo que parece (y no sólo por el precio)

Acaba un duro día de trabajo. Cenas algo y te sientas en el sofá para ver alguna película. Pongamos que te apetece ver ‘El señor de los anillos: La comunidad del anillo‘ y te vas a Amazon Prime Video porque oye, estás suscrito y puedes verla allí ahora mismo sin problemas. De repente ves que además de verla puedes comprar la película. Y oye, te gusta tanto que decides que igual no es mala idea comprarla en 4K por 8,99 euros. Así podrás tenerla para ti para siempre aunque te des de baja del servicio, ¿verdad? Pues no.

Cuando no quieres hacer streaming. Las plataformas de streaming de contenidos lo dominan todo, pero aunque no estés suscrito a ellas hay algunas que además de este modelo permiten acceder a la “antigua” forma de consumir contenido, alquilando o comprando películas o series.

Comprar sin estar suscrito. Así, aunque no seas cliente de Prime Video puedes alquiler o comprar contenidos allí, y lo mismo ocurre con otras alternativas como Apple TV+, Rakuten TV, o un servicio algo distinto como la tienda de Microsoft. Cualquiera diría que es genial, pero espera, que quizás no lo veas tan genial cuando sepas cómo funcionan.

Compras que pueden no ser para siempre. Cuando uno compra una película en formato físico, puede disfrutarla toda la vida -o al menos, mientras el DVD o el Blu-ray no se estropee-, pero con estas películas compradas en formato digital la cosa cambia, y puede que esa peli que has comprado alegremente deje de poder reproducirse de pronto y sin aviso previo.

Cuidado con la letra pequeña. Matthew Morgan, usuario de Prime Video,  contaba que aunque uno puede comprar una película allí, hacerlo no garantiza que puedas verla siempre que quieras durante toda tu vida. Las condiciones de uso de Amazon Prime Video especifican en el punto 4 (“Contenido Digital”), apartado “i” (“Disponibilidad del Contenido digital comprado”) lo siguiente:

Por lo general, el Contenido digital comprado seguirá estando disponible para su descarga o transmisión desde el Servicio, según corresponda, pero puede que deje de estar disponible debido a posibles limitaciones de la licencia del proveedor de contenidos, o por otras razones, y Amazon no será responsable ante usted si el Contenido digital deja de estar disponible para descargas o transmisiones posteriores.

Ese párrafo deja claro que la película por la que has pagado un dinero puede dejar de estar disponible y Amazon no se hace responsable. Aquí la empresa se lava las manos, pero es que no es la única.

Apple recomienda que hagas copias de seguridad. Los mismos términos se pueden encontrar en Apple, donde también indican que “Aunque es poco probable, con posterioridad a su compra, el contenido  puede ser eliminado de los servicios (por ejemplo, porque el proveedor  lo haya retirado) y dejar de estar disponible para su descarga o acceso  desde Apple”. Eso sí, recomiendan que para evitar ese problema el usuario “descargue todo el contenido adquirido en un dispositivo que tenga en su poder y que haga una copia de seguridad del mismo”.

Microsoft, más de lo mismo. Las “Normas de uso de Mercancías digitales” de Microsoft revelan primero cómo “Todas las Mercancías digitales se distribuyen bajo licencia, no se venden”, algo que contrasta con el hecho de que den la opción de “Comprar” (con botones bien visibles) películas en su tienda de contenidos.

Un poco después especifican que se puede perder acceso a esas licencias si “dejamos de poseer los derechos para seguir distribuyéndole la Mercancía digital o para distribuírsela de la misma manera”. Mismo caso que Apple o Amazon, y aquí la curiosidad está en cómo avisan de que no se pueden “transferir ni revender ninguna licencia de Mercancías digitales” para luego añadir que “Podemos usar tecnologías para comprobar que cumpla estar Normas”.

Toda la vida son tres años para Rakuten. En Rakuten TV los términos de uso son aún más llamativos, y en los “Contenidos en compra” indican por un lado que se “concede al Usuario una licencia perpetua” para visualizar en modo streaming esos contenidos comprados “durante el periodo de 3 años”.

Algo más avanzado el documento recomiendan que “Si el Usuario va a descargar el Contenido que ha comprado o alquilado, debería hacerlo sin demora”, y aunque señalan que éste seguirá a su disposición desde el servicio, “pero puede llegar a ser indisponible debido a posibles restricciones de licencias de proveedor de contenido y por otras razones”. Y una vez más, luego dejan claro que la plataforma “no será rsponsable ante el Usuario”.

Que viva el formato físico. Esos términos de uso parecen dejar claro que si uno quiere comprar una película o una serie, quizás hacerlo en estas plataformas no sea lo ideal. Para Morgan este era otro ejemplo de cómo “a las Big Tech se les ha permitido aplastar los derechos del usuario de a pie”.

Ciertamente esos términos de uso sorprenden, así que si tras un duro día de trabajo te apetece comprar una peli para tenerla siempre para ti, lo mejor es probablemente acudir a los viejos y buenos formatos físicos. Que igual tardan un poco más en llegar a casa, pero serán tuyos para siempre, pase lo que pase.


La noticia

Comprar una película en una plataforma de streaming es peor idea de lo que parece (y no sólo por el precio)

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Xataka

por
Javier Pastor

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