La explosión de la robótica y la domótica refuerza a un gran tapado de la educación: la FP de Electrónica
En la clases de Formación Profesional del instituto Martín de Aldehuela de Málaga, los alumnos del Ciclo Superior de Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos han aprendido a montar un control con sensores de temperatura con una Raspberry Pi como cerebro. A 850 kilómetros de distancia, en el aula de robótica de la Escuela Profesional Sagrado Corazón de Logroño, otros alumnos han programado unos pequeños brazos robot que pueden aplicarse para la recepción de uva en una bodega tras la vendimia.
Todos forman parte de distintas titulaciones dentro de la familia de Electricidad y Electrónica de FP, una rama que se ha reconvertido hasta el punto de pasar de parecer ir cuesta abajo en popularidad y matriculaciones a ser vista como un puente seguro hacia el mundo laboral.
“Hubo una época, tras el boom de la construcción, en el que la FP de electrónica perdió bastante interés para los estudiantes que venían de secundaria y el bachillerato. Todo se había enfocado hacia la formación para edificaciones. Hoy por suerte eso está cambiando, pero aquella herencia aún pesa”, cuenta a Xataka Francisco Lorenzo Capel, profesor de Electrónica del Martín de Aldehuela de Málaga que a lo largo de sus 20 años de experiencia ha ido viendo cómo cambiaba el perfil del alumnado, la formación que se les daba y, por supuesto, la tecnología.
Desde Logroño, Rubén Ayesa, también profesor de FP de Instalaciones Eléctricas y Automáticas en la Escuela Sagrado Corazón de la capital riojana, incide también en esta transformación: “Ha habido un cambio importante en la visión del alumno, pero aún queda mucho por hacer. Tanto a nivel de currículo de los módulos, como de especialización”, señala.
Buena parte de este tránsito se debe a cómo la domótica ha impactado en nuestro día a día y la robótica en los procesos de cada vez más industrias. La propia nomenclatura de las titulaciones actuales da una idea de esta evolución. En 2010 los Grados Medios de la rama se denominaban ‘Equipos electrónicos de consumo’ y ‘Equipos e instalaciones electrotécnicas’. Ahora, han cambiado a ‘Instalaciones de telecomunicaciones’ e ‘Instalaciones eléctricas y automáticas’. Unas modificaciones sutiles pero que dejan ver desde el nombre la llegada de la automatización.
El problema -que, como no, siempre los hay- es que el último gran cambio curricular de toda la familia de electrónica en FP se dio hace justo diez años. Y también, que suele ser uno de los grados más caros, lo que hace que rechine en las cuentas de los presupuestos de los centros. “Estamos pasando de querer generar electricistas rasos en cadena a querer formar profesionales que trabajen y programen con robots. Y esos cambios cuestan”, dice Ayesa. Esta es la historia de cómo está yendo ese cambio y cómo ven el futuro los formadores.
“Quiero estudiar electrónica”… O solo estoy aquí por el empleo
Dentro del auge actual de la FP, que ha aumentado su número de alumnos matriculados un 23% en los últimos cinco cursos, la familia de Electricidad y Electrónica parecía haberse quedado atrás a la hora de enganchar nuevos estudiantes… Hasta que apareció la FP Básica.
Las estadísticas del Ministerio muestran cómo todas las titulaciones de esta extensa familia (10 ciclos en total de FP Básica a Grado Superior, más tres nuevos cursos de especialización) han repuntado con fuerza desde que se reformó y se empezó a dejar a un lado el enfoque más ligado a la construcción.
Hoy se tocan títulos que van desde instalaciones de telecomunicaciones y 5G a robótica, domótica o telemedicina clínica. De ellas, Instalaciones eléctricas y automáticas en grado medio, o Automatización y robótica industrial y Sistemas de telecomunicaciones e informáticos en superior son los ciclos con más éxito si nos fijamos en el número de alumnos.
“Pero tampoco pensemos que esto es un goteo continuo de vocaciones”, matiza Lorenzo Capel, quien señala que de una forma u otra muchos alumnos acaban matriculándose en los grados de electrónica persiguiendo encontrar un empleo que promete una alta empleabilidad. “Hay de todo, pero es cierto que aterriza muchos chicos que no saben muy bien a qué vienen. También creo que la formación en tecnología en ESO y Bachillerato no está muy bien enfocada para representar lo que hacemos aquí”, señala Ayesa en este sentido.
La sensación de que la familia de electrónica asegura empleo ahora mismo está justificada. Según el informe Infoempleo, el 8,9% de las ofertas que requerían algún grado de FP el año pasado solicitaban formación en electrónica, solo por detrás de Administración.
“Quien acaba el ciclo tiene trabajo, a menudo con una empresa esperándole”, Rubén Ayesa, profesor de Electrónica y Sistemas Autómatas
“En muchos congresos para formadores de FP se incide siempre en los mismo. A nosotros pocos alumnos nos llegan desde un bachillerato tecnológico, por sorprendente que parezca, y parte de la explicación es que el sistema productivo en sectores que despuntan como este está invertido. Se genera la demanda y nos vamos adaptando como podemos”, cuenta Lorenzo Capel, profesor del ciclo de Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos, ahora en pleno auge por el despliegue del 5G, la sensorización y la pequeña y gran domótica.
Pero, pese a esta disonancia, “los chicos y chicas (menos, pero en crecimiento) que se matriculan están contentos. A nivel nacional hacen falta desde técnicos electricistas, electrónicos, mantenimiento industrial… Quien acaba el ciclo tiene trabajo, a menudo con una empresa esperándole“, explica Rubén Ayesa.
Una FP de las más caras y empresas más allá de la FP Dual
Otro problema que hace que el actual repunte de la electrónica tenga que puentear sus propios circuitos es el coste de buena parte de sus materiales, especialmente conforme avanza la tecnología.
“Tenemos que ir un poco a salto de mata por ejemplo para formarnos los propios profesores y luego a los alumnos en aspectos como reparación de drones. Para adaptarnos al despliegue del 5G recurrimos a materiales que a veces nos ceden las empresas, como una fusionadora de fibra óptica, y otras veces el departamento puede hacer un esfuerzo presupuestario. Pero formar en las tecnologías que están en la calle requiere un esfuerzo”, dice Lorenzo, quien para solucionar parte de estos problemas lanzó una revista sobre FP Electrónica en el que varios docentes comparten pequeños sistemas y experimentos que han realizado con los alumnos.
El coste de cada brazo de robot de educación puede superar los 1.000 euros
Desde Logroño, Rubén Ayesa da el punto de vista de la automatización. La escuela en la que imparte clase este aficionado, además de formador, a la robótica es un centro privado que cuenta con más recursos, pero aún así, “no es barato enseñar a manejar robots”.
En su centro cuenta con varios pequeños brazas de la firma Dobot, que en su web se venden desde 1.000 euros. Con ellos realizan programaciones sobre por ejemplo cómo actuaría el brazo en un almacén a escala. “El tema de la formación en programación de robots es un negocio para las propias empresas. Kukka, por ejemplo -una de las grandes marcas de robots industriales- saca mucho dinero con sus formaciones, y eso provoca que se creen sinergias que hagan que por defecto no sean accesible. Y luego, lógicamente, está el hecho de que los robots en sí mismos son caros”, explica Ayesa.
Los deseos a la nueva Ley de FP
Por ello, quizá una de las peticiones más importantes que hacen los docentes es que se fomente una mayor colaboración con la empresa, para que pueda nutrir de materiales, aunque tampoco es sencillo. “En un ciclo se forma al alumno en muchos sentidos, desde electrónica de sistemas a sensorización, domótica, redes… Hay muy pocas empresas que toquen un espectro tan grande, por eso cuando se habla tanto de la FP Dual, en mi opinión, hay que pensar como plantearla. Seguramente con pequeñas estancias por empresas para que se puedan tocar todos los aspectos”, opina Lorenzo.
La nueva Ley de FP promete revisar todos los currículos de los actuales grados, pero los profesores también piden formación interna para ellos
El desarrollo de lo que vendrá a ser la nueva Ley de FP también promete ciertos cambios en este sentido. Para empezar, con una revisión completa de muchos módulos y ciclos. “Este sector avanza a una velocidad que exige la formación continua de los profesores y el cambio en el currículo cada poco tiempo. Ahora mismo los formadores tenemos que buscarnos mucho la vida para aprender nuevas tecnologías que tenemos luego que enseñar, y depende mucho de la vocación de cada uno”, relata Ayesa.
Pero, ademas, los docentes también piden que haya más especialización de cara al alumno. “En particular echo en falta módulos que afronten por ejemplo el trabajo en colaboración hombre-máquina, los co-bots y los vehículos autónomos industriales, que es por donde parece que va a ir el futuro inmediato a nivel industrial”, prosigue Ayesa. “Buena parte de los proyectos más novedosos que hacemos con los alunemos los asignamos en horas de libre disponibilidad, porque si nos ceñimos a los módulos (las asignaturas), no entrarían ahí”, cuenta por su parte Lorenzo.
La nueva Ley promete un mayor despliegue de cursos de especialización, pequeños másteres para FP que ya han comenzado a impartirse en algunos centros por ahora y que atañen temáticas como el 5G y se prevé también que la domótica y la robótica de forma específica. También, una mayor conexión con la empresa… “Quizá haga falta desgajar algo más la familia, que de por sí es grande, para buscar la especialización, y sobre todo enfocarlo en las necesidades actuales”, comenta Lorenzo. “Al final hemos pasado de generar electricistas a profesionales con destrezas mucho más específicas, y eso aunque positivo, requiere un impulso desde todas partes”, concluye Ayesa.
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La explosión de la robótica y la domótica refuerza a un gran tapado de la educación: la FP de Electrónica
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Xataka
por
Víctor Millán
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