Así funciona el sensor de composición corporal de los nuevos Galaxy Watch4 con el que medir el IMC o la masa ósea de nuestro cuerpo
Los nuevos relojes de Samsung no se conforman con decirte la hora, qué tal vas de ritmo cardíaco o si tu saturación de oxígeno es correcta: con los nuevos Samsung Galaxy Watch4 llegan ahora los sensores de composición corporal, que permiten conocer datos sobre, por ejemplo, nuestro índice de masa corporal (IMC) y que hasta ahora encontrábamos sobre todo en básculas inteligentes y que ahora llegan a estos relojes.
Para plantear esta opción en Samsung han dotado a su parte posterior no solo de su sensor de ritmo cardíaco, sino también de electrodos para la función ECG (Electrocardiograma) y también electrodos para esas mediciones relativas a la composición corporal. ¿Cómo funcionan? Veámoslo.
El secreto está en la bioimpedancia eléctrica (BIA)
La parte trasera de estos relojes (la que está en contacto con nuestra piel) albergaba hasta ahora el conocido sensor de ritmo cardíaco, que en Samsung se ha renovado también con el llamado BioActive Sensor y con una serie de electrodos que se encuentran tanto en esa parte trasera como, atención, en los dos botones físicos del Samsung Galaxy Watch4.
Estos componentes se usan en tres ámbitos. El primero, la función de fotopletismografía (PPG, por “PhotoPlethysmoGram”) que permite detectar los cambios de volumen sanguíneo en el lecho microvascular del tejido. El segundo, la función de electrocardiograma (ECG) que ayuda a diagnosticar potenciales enfermedades cardiovasculares.
El tercero, que es el más novedoso de los tres en cuanto a su aplicación a los relojes inteligentes, es el Análisis de la Impedancia Bioeléctrica del cuerpo (BIA), también conocido como bioimpedancia.
Este tercer sistema parte de la base de que el agua es un buen conductor de la corriente eléctrica, y nuestros músculos, huesos y vasos sanguíneos tienen un gran porcentaje de agua, lo que permite que la corriente pase a través de ellos. A diferencia de estas partes de nuestro cuerpo, la grasa es un mal conductor, por lo que genera resistencia al paso de la corriente.
Para activar este sistema tan solo debemos seleccionar la opción en el reloj y colocar dos dedos de la mano en los botones físicos del lateral del reloj. Al hacerlo se activa ese singular circuito que permite estudiar el paso de la corriente eléctrica a través de nuestro cuerpo para medir todos esos parámetros.
Ese es el secreto de la bioimpedancia eléctrica. Se suelen utilizar cuatro electrodos, dos de ellos como entrada de la corriente y dos como salida. El sistema mide el tiempo que la corriente tarda en llegar de un electrodo a otro, y lo que se mide es nuestra masa magra, y por derivación nuestra medición de masa grasa (que es el peso menos la masa magra).
Precisión prometedora para tomar “decisiones informadas”
Este método permite la composición aproximada de nuestro cuerpo en distintos tipos de medidas, como por ejemplo el porcentaje de grasa corporal o de masa muscular. Su implementación se ha visto por ejemplo en las básculas modernas, y hay que tener en cuenta que para aprovechar de forma adecuada este sistema teóricamente deberemos no haber tomado agua (ayuno de 3-4 horas previas), haber vaciado la vejiga o no haber realizado ejercicio físico intenso en las últimas 24 horas.
Aún con esas precauciones, los parámetros obtenidos no suelen ser altamente precisos, y es, como en otras mediciones realizadas por los relojes inteligentes, un método aceptable para control propio y vigilar o hacer un seguimiento de esas medidas para poder actuar en consecuencia.
En Samsung aseguran no obstante que la precisión de su sistema BIA es altísima, y se obtiene un 98% de la precisión de las soluciones DXA (Dual-energy X-ray Absorptiometry) que según Samsung se consideran como las más avanzadas en este ámbito. La promesa de Samsung es por tanto llamativa, aunque si necesitamos mediciones más exactas podremos realizar una medición de pliegues cutáneos mediante un cáliper.
En el caso de los nuevos relojes de Samsung, este nuevo sistema permite hacer un seguimiento de parámetros como el índice de masa corporal IMC), la masa ósea, la humedad, la tasa metabólica basal (cantidad de calorías quemadas diramente si el cuerpo descansa) o la grasa visceral.
Estamos pues ante un llamativo sistema que nos ofrece numerosos datos sobre nuestro cuerpo con los que, por ejemplo, ajustar nuestra dieta y actividad física. Como con otros sistemas de monitorización de nuestra salud y actividad, es conveniente considerar más esos datos como algo orientativo, pero en cualquier caso la propuesta del Watch4 en este sentido es muy interesante.
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La noticia
Así funciona el sensor de composición corporal de los nuevos Galaxy Watch4 con el que medir el IMC o la masa ósea de nuestro cuerpo
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Xataka
por
Javier Pastor
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