Este programa informático de 1958 sigue usándose hoy en día: sustituirlo sería demasiado caro

Este programa informático de 1958 sigue usándose hoy en día: sustituirlo sería demasiado caro

Hoy en día las aplicaciones para ordenadores de sobremesa y portátiles han dado paso a aplicaciones móviles que inundan nuestros smartphones, pero la longevidad de esas soluciones es limitada, algo que nos lleva a preguntarnos una cuestión curiosa: ¿cuál es el programa informático más antiguo y que aún está en uso?

La respuesta nos lleva al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, donde en 1958 se desarrolló una aplicación encargada de gestionar los contratos de los servicios para la administración. Aquel programa se desarrolló en el veterano COBOL, y es tan complejo y crucial que sigue funcionando hoy en día casi de la misma forma que hace 60 años.


Demasiado caro para sustituirlo

El llamado Mechanization of Contract Administration Services (MOCAS) apareció incluso un par de años de que COBOL estuviera aprobado formalmente como lenguaje. Cuando se comenzó a usar ni siquiera se usaba una pantalla y un teclado, sino tarjetas perforadas que eran la forma tradicional de realizar la entrada de datos en los ordenadores.

Aquel sistema logró irse adaptando a los nuevos tiempos… más o menos. En las siguientes décadas se adaptó el programa para que funcionará en terminales “de fósforo verde” –ya llegaría el color-, como las que hoy en día se usan en ciertas aerolíneas, agencias de viajes, bancos o empresa de telecomunicaciones.

Hoy en día se ha hecho que MOCAS sea algo más usable conectándolo a una interfaz web con la que es posible controlar la aplicación, pero el sistema sigue siendo absolutamente vital: con él se gestionan 1,3 billones (con b de billón español) de dólares en obligaciones, y 340.000 contratos. El servidor en el que se ejecuta es modesto: un IBM 2098 E-10 de 2008 con 8 GB de RAM cuya potencia de proceso es de 398 MIPS.

El gobierno de los Estados Unidos sigue intentando sustituir esta aplicación por una alternativa más moderna, pero los esfuerzos pasados han hecho que de momento no sea factible esa opción: sería demasiado costoso y cualquier sistema debería solapar su ejecución perfectamente con la de esta aplicación para evitar que un entorno crítico como este tuviera problemas.

De hecho parece que MOCAS sigue estando en activo: este contrato de mantenimiento de abril de 2019 muestra qué áreas debe cubrir la entidad u organismo que se ocupe de ese mantenimeinto —en un lenguaje difícilmente legible lleno de acrónimos—, lo que nos hace asumir que tratar de “modernizar” MOCAS está siendo una tarea efectivamente compleja.

Mocas2

Este otro documento muestra cómo el MOCAS es una herramienta que de hecho se utiliza de forma mucho más amplia de lo que podríamos pensar en grandes departamentos de la estructura administrativa de los Estados Unidos.

COBOL y ensamblador ponen las cosas difíciles

El caso del MOCAS es desde luego notable, pero no es el único. El citado lenguaje COBOL está presente en otros sistemas que han acabado siendo demasiado valiosos y críticos como para que una migración a otras plataformas más modernas sea factible o, al menos, sencilla.

Cobol

En 2020 el gobernador del estado de Nueva Jersey en EE.UU., Phil Murphy, anunció públicamente que se necesitaban programadores de COBOL: la pandemia había disparado el desempleo, y sus viejos sistemas de proceso de datos no podían con esa carga. En The New York Times contaban cómo otros estados como Connecticut con el mismo problema acabaron poniendo en marcha una iniciativa para tratar de mantener esos viejos sistemas.

Algo parecido denunciaban en Federal News Network en octubre de 2020: el Internal Revenue Service (IRS) apoya su gestión en el llamado Individual Master File (IMF), una aplicación programada en ensamblador (y algo de COBOL, cómo no) en 1960 y que con sus 200.000 líneas de código es un sistema crítico.

Se está trabajando en un proyecto de modernización para trasladar ese código ensamblador a una nueva plataforma, y aunque hubo un intento prometedor para “traducir” ese código a Java, el IRS determinó que aunque funcionaría, no lo haría de forma óptima. Ahora están haciendo una especie de conversión artesanal que sigue en marcha pero que está conllevando un montón de trabajo y tiempo al departamento de IT de este organismo.

¿El espacio, la última frontera?

Aunque apareció casi 20 años después, hay al menos otro programa informático digno de mención en este repaso: el que se sigue ejecutando hoy en día en las sondas Voyager 1 y Voyager 2, lanzadas por la NASA en 1977 y que hoy en día ya siguen explorando zonas del espacio a las que jamás se había llegado.

Voyager1

Ambas naves son prácticamente idénticas incluso en su conjunto de tres ordenadores en los que se encuentra el subsistema de datos de vuelo, el de la computadora de comandos y el de control de “actitud y articulación”. Estos sistemas logran que siga habiendo comunicación con la Tierra y que los instrumentos científicos funcionen.

El software de las sondas Voyager ha recibido actualizaciones que podríamos casi calificar como “OTA a lo grande”, pero dichas mejoras han sido reducidas, algo lógico teniendo en cuenta que la memoria de estos ordenadores de a bordo se reducía a 70 KB. Se espera que estas sondas sigan funcionando hasta 2025: alrededor de ese momento dejarán de comunicarse con nuestro planeta, pero quién sabe cuánto más seguirán funcionando esos programas.

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Javier Pastor

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