Probamos el Skoda Octavia iV: el primer Octavia PHEV se gana la etiqueta CERO con 50 km de autonomía real y un extra de silencio
Más grande, más sofisticado y ahora también híbrido enchufable por primera vez en la historia del modelo. Acaba de aterrizar el nuevo Skoda Octavia iV, un coche que añade una mecánica PHEV a su catálogo y la etiqueta CERO en su parabrisas.
Acabamos de comprobar que su autonomía eléctrica supera supera con facilidad los 40 km en conducción real sin perder nada de espacio interior, lo que convierte al nuevo Octavia híbrido enchufable en una opción interesante por un precio que parte de los 36.420 euros.
Skoda Octavia iV: la evolución lógica de la berlina superventas
Skoda se está transformando. La firma checa se está convirtiendo en una marca con cada vez más peso y, además, enfocada de una manera muy concreta dentro del universo que forman las no pocas marcas del Grupo Volkswagen.
Sus productos son elegantes y modernos, pero sobre todo se está labrando una nueva trayectoria como una marca electrificada. Recientemente han comenzado a vender el segundo coche eléctrico de su historia, el Skoda Enyaq iV, del que en apenas unos meses han conseguido vender 600 unidades.
A rebufo de este SUV eléctrico y en pleno clima de incertidumbre, en Skoda se mantienen fieles a esa imagen como marca de berlinas, y por eso le llega el turno ahora al Skoda Octavia iV. Uno de los modelos más importante para la firma ahora recibe una interesante mecánica híbrida enchufable.
La cuarta generación del Octavia vuelve a ser uno de esos coches de referencia: una berlina equilibrada, de argumentos señoriales y un aspecto exterior que gana muchos enteros en cuato a atractivo con respecto a la no demasiado agraciada generación saliente. Comparativamente el nuevo Octavia gana por goleada a nivel estético.
Comercializada en variantes berlina y familiar, el Octavia iV es un coche que abandona esa particular mirada partida del modelo anterior y se embarca en un diseño que le hace parecer un Superb a escala. Un coche proporcionado, armonioso y de rasgos marcados.
El frontal está presidido con la nueva parrilla poligonal de grandes dimensiones, en esta ocasión enmarcada por un perfil cromado y que se une con los grupos ópticos delanteros con tecnología LED de serie.
Las líneas rectas que nacen en la parte frontal se extienden por la vista de perfil, con un marcado nervio superior que une los grupos ópticos delanteros y traseros y una hendidura marcada en la zona baja de las puertas. Unido a la suave caída del techo y el corte en bisel de las ventanillas delanteras le dan un look sofisticado.
Las rectas sólo se rompen con las llantas que, por cierto, son de serie de 18 pulgadas en esta versión. Mientras tanto en la parte trasera se remata un estilo donde la mayor parte del peso recae sobre el logotipo en letras de la marca y un portón extremadamente tendido. En la berlina, claro, en el familiar la zaga cambia para ganar volumen sin perder su identidad.
Un habitáculo que convence por personalidad y espacio
Nos subimos a bordo del nuevo Octavia iV y nos encontramos un cambio notable con respecto a la generación previa, pero manteniendo los estándares de calidad: los ensamblajes son buenos y los materiales se han cuidado.
Todo el habitáculo ha cambiado y ahora el salpicadero se distribuye en forma de escalera. La parte superior integra la visera del cuadro de mandos y es de plástico blandito, por debajo una segunda capa tapizada aporta una sensación de calidez y por último un tercer escalón de aspecto metálico precede al contorno de iluminación ambiental.
La sobriedad del interior se complementa con detalles cromados aquí y allá. El contorno de los aireadores, el borde del selector de cambio y del cuadro de mandos o los mandos giratorios del volante reciben este acabado y el negro piano sólo aparece en un punto relevante: alrededor del selector de las marchas y en la moldura inferior del salpicadero según el acabado.
Del interior nos han llamado la atención cierto aire arquitectónico, como los tiradores de las puertas que se integran en una diagonal cromada y que quedan volados sobre una superficie hundida, dando un aspecto flotante a este elemento como si fuera una escultura.
Al volante tenemos una de las señas de identidad de este nuevo Octavia, pues utiliza un mando de dos radios, con un radio inferior fantasma pues una pequeña moldura en el aro simula el encaje de una pieza que en realidad no existe. Su manejo es agradable e integra mandos de buen tacto.
Por detrás se levanta un cuadro de mandos completamente digital con una pantalla de 10,25 pulgadas de serie y que adquiere una forma casi totalmente rectangular. Un cuadro que sólo deja fuera los indicadores de nivel de batería a la izquierda y depósito de combustible a la derecha.
No recurre a animaciones vistosas ni destaca por una altísima definición, pero su funcionamiento es fluido y preciso. Tenemos la información que necesitamos en cada momento y varias opciones de visualización, incluyendo un navegador 3D a pantalla completa.
Por encima aparece un escueto Head-Up Display que proyecta sobre el parabrisas información de viaje y las órdenes del GPS, aunque en comparación con otros coches de la competencia nos ha parecido pequeño y poco vistoso, aunque efectivo. Bueno, salvo cuando se usan gafas polarizadas, en cuyo caso este dispositivo pierde casi toda su intensidad.
Sobre el salpicadero se coloca una pantalla táctil de 10 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento. El software utilizado es de nueva generación, basándose en el mismo que utiliza por ejemplo SEAT pero aplicando una capa propia de Skoda, con un interfaz con fondos que combinan verde y negro.
Su posición no es demasiado elevada sobre el salpicadero pero no está integrada y eso puede que haya a quien no le guste. Nos pareció que estaba colocada de manera totalmente transversal y un poco retrasada, quedándose en una posición un poco rara para su visualización y manejo desde el puesto de conducción.
Su funcionamiento es similar al del cuadro de mandos, sin grandes alardes pero muy fluido, con accesos rápidos a los menús e integrando buena parte de las funciones de los botones que antes eran físicos como los de la climatización. Apenas queda una hilera de botones sobre el salpicadero colocados justo sobre los aireadores centrales, que por cierto nos parecieron estar demasiado bajos.
Un poco más abajo encontramos una plataforma de carga inalámbrica y el nuevo selector de cambio. Un pequeño mando que sustituye a la tradicional palanca y que recurre a la electrónica para los cambios de marcha.
Una mecánica electrificada interesante para el día a día
Nos ponemos en marcha con el Octavia iV y lo hacemos por supuesto en modo eléctrico. En esta primera toma de contacto no vamos a poder hacer muchos kilómetros así que le damos la prioridad absoluta al apartado eléctrico, a ver hasta dónde puede llegar.
Salimos del centro de Madrid en pleno apocalipsis de nieve dejado por Filomena, con una ciudad con el tráfico un poco peor de lo habitual: carriles con montones de hielo y nieve acumulados, conductores que se paran aleatoriamente y peatones que invaden la calzada porque no pueden andar por las aceras.
Durante los primeros metros lo único que percibimos es el sonido simulado del apartado eléctrico, un ligero zumbido grave que nos acompaña cada vez que nos detenemos y volvemos a emprender la marcha.
Una marcha que se realiza con mucha suavidad y un entorno agradable gracias a que el Octavia iV está muy bien aislado. El clima agradable lo rematan unos asientos especialmente confortables, muy, muy anchos y con un mullido generoso. Quizá sean incluso demasiado amplios para gente no muy corpulenta como es mi caso, que me sobraba un poco de respaldo por los lados.
Saliendo de los márgenes de la ciudad buscamos zonas más amplias para nuestra ruta, y en una conducción normal el modo eléctrico se mantiene activado sin despertar al motor térmico.
Se sigue moviendo con soltura gracias a que el motor eléctrico ofrece 85 kW (113 CV) de potencia máxima y 330 Nm de par motor; de sobra para circular por la M-30 y defendiéndose dignamente en autovía. Sí es cierto que en incorporaciones podemos echar en falta algo más de alegría, pero para un ritmo normal es suficiente.
Sólo cuando exigimos más de lo normal al propulsor eléctrico se activa el motor térmico. En su caso un bloque 1.4 TSI de cuatro cilindros con 1.395 cc, 147 CV y 250 Nm. De manera combinada los datos máximos son 201 CV y 350 Nm. Unas cifras que mueven bien un coche que roza las 2 toneladas.
Cuando el motor de gasolina entra en acción lo hace sin dar tirones perceptibles, pero sí con una rumorosidad mecánica notable, aunque aplacada por el buen aislamiento del coche. Acostumbrados a movernos en modo eléctrico llama la atención cuando se enciende el propulsor térmico.
Ya lo habíamos probado en otros modelos del grupo, pero el motor de gasolina se asocia con una nueva caja de cambios DSG de seis velocidades controlada por un mando que funciona con tecnología shift-by-wire. Traducido al castellano tenemos un mando muchísimo más pequeño que deja un interior más limpio y de paso funciona con mayor suavidad al eliminar componentes mecánicos.
En cuanto al sistema de frenada regenerativa nos ha gustado su funcionamiento porque no requiere una fase de adaptación. El coche es capaz de leer lo que pasa por delante de nosotros y avanzar sin oponer resistencia reteniendo lo mínimo o intensificar la regeneración sin ser necesario tocal el pedal de freno.
Cuando frenamos tampoco hay ese tacto excesivo de algunos coches electrificados y se muestra muy dosificable. En cualquier caso, el Skoda Octavia iV ofrece tres niveles de recuperación de energía a elegir: alta, auto y baja.
Según los datos de la propia marca, el Skoda Octavia iV puede alcanzar los 60 km de autonomía eléctrica según el ciclo WLTP. Nosotros no llegamos a alcanzar esos 60 km, pero sí los 50 km haciendo un uso sin demasiados miramientos, sin ir a maximizar autonomía. Al contrario quizá.
Cuando se agota la batería el motor térmico es el que cobra el protagonismo y a diferencia de otras mecánicas híbridas enchufables como puede ser la de Mercedes-Benz, el apartado eléctrico apenas queda relegado a alimentar los sistemas eléctricos al detenernos.
Nos hubiera gustado que se mantuviera un mínimo de batería disponible o una mayor capacidad de regeneración para poder mover el coche a baja velocidad, aunque también es verdad que son sólo unas sensaciones preliminares y nos falta pasar más tiempo con este coche.
Por cierto, que la batería que se utiliza es de iones de litio y 13 kWh. Una batería que se oculta para no restar espacio en el interior y que la mayor diferencia es una pérdida de capacidad del depósito de combustible que pasa de 45 a 40 litros.
Los tiempos de recarga 0-80% anunciados por la marca son de 3,45 horas para un conector de 2,3 kW o de 2,35 horas en el caso de enchufarlo a un punto de carga pública de 3,6 kW. En ambos casos el cableado se puede almacenar en el doble fondo del maletero, conservando una capacidad de 450 y 490 litros, dependiendo de si es carrocería berlina o familiar.
Skoda Octavia iV: el equilibrio desde 36.420 euros
Después de unos pocos kilómetros el Skoda Octavia iV nos ha parecido un coche apto para aquellos conductores que quieran un coche amplio dentro de su segmento, práctico, elegante y bien equipado, y que además tengan un punto de carga accesible a diario. Con él pueden reducir notablemente la factura de gasolina a final de mes.
No es un coche que destaque por ser especialmente innovador, por tener una autonomía eléctrica remarcable ni por prestaciones puras, pero sí es un híbrido enchufable muy agradable en conjunto: por fuera, por dentro y en marcha.
Los acabados se dividen en tres niveles comenzando por el Ambition, que incluye de serie llantas de aleación de 18 pulgadas, sistema de infoentretenimiento con pantalla de 10 pulgadas, modos de conducción, climatización bizona y cuadro de mandos digital. Además de control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril o pilotos traseros con intermitentes dinámicos.
El acabado Style es 1.500 euros más caro y suma a la oferta faros Full LED, acceso y entrada sin llave, asistente de aparcamiento y faros antiniebla LED. Por encima se sitúa el acabado RS con un sobreprecio de 2.600 euros que incorpora llantas específicas de 18″, paragolpes y alerón específicos, asientos de corte deportivo y chasis adaptativo.
En cuanto a precios, el Skoda Octavia iV parte de los 36.420 euros para el acabado Ambition con motor 1.4 TSI PHEV de 204 CV en carrocería familiar y sube hasta los 41.200 euros del acabado RS con motor 1.4 TSI PHEV de 245 CV. A continuación tienes todos los precios:
Berlina |
familiar |
|
---|---|---|
Ambition |
36.420 euros |
37.120 euros |
Style |
37.920 euros |
38.620 euros |
RS |
40.540 euros |
41.200 euros |
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Probamos el Skoda Octavia iV: el primer Octavia PHEV se gana la etiqueta CERO con 50 km de autonomía real y un extra de silencio
fue publicada originalmente en
Motorpasión
por
Jesús Martín
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