Probamos el nuevo Opel Crossland, máxima modularidad en un SUV urbano ahora mucho más atractivo
Los dos B-SUV que tiene Opel en cartera acaban de acaban de actualizarse y ya nos hemos puesto a los mandos de uno de ellos: el Opel Crossland, un todocamino urbano que sigue apostando por la funcionalidad, pero que estrena imagen de renovada, más acabados donde escoger y ajustes para hacerlo más dinámico y confortable. Ya está a la venta en España partiendo de los 20.650 euros.
El Opel Crossland es el segundo modelo más vendido de la firma en nuestro país, por detrás del Corsa, y es ‘made in Spain’: se fabrica en Figueruelas, desde donde se exporta al resto de mercados. Desde que llegó, hace ya tres años, lleva comercializadas en Europa más de 300.000 unidades.
Los números acompañan a este crossover urbano que, según Opel, no tiene el enemigo en casa porque se dirige a un público diferenciado respecto al Mokka, con una clara apuesta por la habitabilidad y la usabilidad. “En un SUV enfocado a las familias”, argumenta Opel España.
Opel es una de las ya numerosas marcas con varios modelos que orbitan en el cada vez más copado segmento de los SUV pequeños. Se trata de la cuarta categoría más comercializada en nuestro país, cerrando 2019 con 218.260 unidades. En lo que llevamos de este aciago 2020 se mantiene como el cuarto segmento con más matriculaciones y 123.151 unidades.
En el actualizado Crossland seguimos encontrando sólo opciones térmicas, gasolina y diésel, siendo uno de los modelos de PSA que no apuesta por la electrificación, y ofrece tanto cambio manual como automático de seis velocidades. Cuatro son los acabados disponibles, estrenándose en su familia el GS Line de corte deportivo. Asimismo, su motor diésel de 1.5 litros, de entre 110 y 120 CV, es completamente nuevo.
La tercera dimensión: muy versátil y un gran maletero
Más allá de su renovada estética, con un diseño mucho más atrevido y llamativo que el modelo saliente, el nuevo Opel Crossland, que pierde la X en su denominación, crece ligeramente en anchura (6 cm) y altura (1,7 centímetros), siendo además unos mínimos dos milímetros más largo.
LARGO |
ANCHO |
ALTO |
BATALLA |
MALETERO |
|
---|---|---|---|---|---|
Opel Crossland |
4.217 mm |
1.825 mm |
1.605 mm |
2.604 mm |
410 (520) – 1.255 litros |
Su batalla se fija en los 2,6 metros, ofreciendo un interior que sorprende por su habitabilidad, haciendo gala de un más que suficiente espacio para las piernas en la bancada trasera, así como para las cabezas, gracias a que su caída de techo empieza tras los respaldos posteriores.
Pero es precisamente en su capacidad de carga donde sobresale respecto a sus rivales: su maletero, que impresiona nada más abrirlo, cubica hasta 520 litros. Y es que, como ya ocurría en el modelo anterior, permite desplazar los asientos posteriores longitudinalmente, ganando 15 centímetros de profundidad desde la boca.
El maletero es de doble fondo, pudiéndose quitar el falso suelo por completo. A ello se suma una anchura de un metro (950 cm entre los pasos de rueda), y la apertura es también de un metro. Con los asientos abatidos, y hasta el techo, puede llegar a los 1.255 litros. Tampoco es excesivamente alto, lo que facilita cargar objetos pesados.
Si bien hay otro B-SUV que ofrece idéntica modularidad para incrementar el espacio de carga, su primo hermano Citroën C3 Aircross, sí que se impone a otros rivales con esta característica, incluso a los que apuestan también por la funcionalidad como el Skoda Kamiq, cuyo maletero cubica hasta 400 litros. También supera al T-Cross: hasta 455 litros si hacemos uso del doble fondo.
Conduciendo el nuevo Opel Crossland
Al ponernos al volante del actualizado Opel Crossland, encontramos los cómodos asientos de ergonomía certificada AGR, una bondad que de la que también disponía desde su lanzamiento. Las plazas delanteras pueden ajustarse en la zona lumbar, así como en la extensión de la banqueta, además de la habitual inclinación del respaldo. Estos asientos están disponibles desde su segundo acabado más barato, el GS Line.
Además, el Opel Crossland no cae en la moda de dar demasiado protagonismo al display táctil en detrimento de los mandos físicos: la climatización se maneja mediante ruletas y botones, además de que ofrece accesos directos para algunas funciones multimedia, como el sistema de audio o la navegación.
La versión que probamos monta el ya conocido propulsor gasolina 1.2 turbo de 110 CV asociado al cambio manual de seis relaciones. Se trata de la configuración mecánica que ofrece su variante más asequible, y que en nuestro mercado sólo está disponible en los acabados Edition y GS Line. Y lo cierto es que este motor ya es más que suficiente para este pequeño todocamino.
En vías rápidas, gana rápidamente velocidad si pisamos a fondo el acelerador y responde bien ante situaciones exigentes. Además, a altas velocidades es muy estable, prometiendo Opel que así es también en curva, aunque la ruta que hemos realizado con él no nos ha permitido apreciarlo.
Para ello, la marca ha ajustado su chasis, que ha probado en su desarrollo en las Autobahn alemanas. Pero además, en el renovado Crossland se han ajustado las suspensiones, con nuevos muelles y amortiguadores para la delantera McPherson y el eje trasero de torsión, que ayudan a reducir el rebote.
Y efectivamente en este B-SUV las suspensiones son bastante duras, pero sin llegar a ser incómodas en ningún momento, y acomete los badenes sin balanceos excesivos, lo que se agradece, dado que su habitat esencialmente es la ciudad.
La dirección es suave, muy blanda, pero a la vez precisa, gracias a que ha sumado un eje intermedio de la columna de dirección. Maniobrar con él es muy cómodo, así como circular por calles estrechas que exigen un buen ángulo de giro, donde se muestra muy ágil.
Sin embargo, y pese a que en esta actualización Opel ha trabajado para mejorar la insonorización del habitáculo, con cristales más gruesos y refuerzos para los paneles de las puertas, este motor gasolina tricilíndrico sigue siendo bastante ruidoso en aceleraciones.
Otra de las novedades de este restyling es que el Crossland vendrá equipado con el avanzado sistema de tracción Intelligrip, que permiten a su tracción delantera adaptarse a diferentes terrenos, con modos para barro, nieve y arena. Una bondad que se incorporará a partir del año que viene, por lo que no hemos podido catarla, y que será de serie en su acabado más completo.
La misma tecnología, mucha opcional
La unidad que hemos probado, pese a que esa configuración no está disponible en España, disfrutaba del acabado tope de gama Ultimate. En nuestro país esta variante sólo es seleccionable con el propulsor gasolina de 130 CV y el diésel de 120 CV, ambos con cambio automático.
Por tanto, estamos hablando del Crossland más completo en equipamiento, aunque lo cierto es que este B-SUV en su actualización y desde el acabado base Edition cuenta de serie con elementos interesantes.
Por ejemplo, todas las versiones incluyen sin sobreprecio faros LED, tanto los delanteros como los posteriores, retrovisores eléctricos y térmicos o radio digital DAB+, así como alerta por cambio de carril involuntario, que nos avisa en cuanto pisamos la línea mediante una señal visual y acústica que no es para nada molesta, así como detector de señales y control de crucero.
En el caso el Ultimate gana argumentos en lo que se refiere a equipamiento de confort y conectividad. En el interior domina una pantalla táctil de ocho pulgadas, que integra su sistema multimedia más avanzado, el Navi 5.0 IntelliLink, con dos puertos USB y navegador con vista 3D, el cual por cierto es muy visual y cómodo, indicando en detalle qué carril utilizar o las salidas en una animación diferente. Además también disfruta de las funcionalidades Opel Connect.
En este acabado encontramos de serie asistente de aparcamiento trasero, alerta de ángulo muerto, función cornering para las ópticas delanteras, climatizador bizona automático, parabrisas calefactado, arranque sin llave, llantas de 17 pulgadas de diseño específico, carrocería bitono (con techo negro o blanco) o asientos tapizados en Alcantara. Todo ello un precio de 26.850 euros.
No obstante, la versión que probamos los llevaba en cuero, pues equipaba el paquete invierno, que siempre es opcional, e incluye volante y asientos calefactados, que no llegan a agobiar incluso tras un largo rato conduciendo.
Lo cierto es que en este renovado Opel Crossland seguimos encontrando las mismas bondades en lo que se refiere a sistemas de asistencia a la conducción y conectividad. Como por ejemplo la carga inalámbrica para móviles, materializada en una amplio y profundo hueco bajo la columna central, y que asimismo es opcional (125 euros) salvo en el tercer acabado, Business Elegance.
También puede seleccionarse el head-up display, otro extra en cualquiera de sus versiones (400 euros), que nos muestra la velocidad a la que vamos, el límite de la vía e indicaciones del navegador en intersecciones y salidas, resultando muy útil y evitando que despeguemos la vista de la carretera.
Y en lo que respecta a la tecnología de asistencia a la conducción, los sistemas más avanzados e interesantes son opcionales incluso en el acabado Ultimate. Éstos se integran en el pack Safety (500 euros), que incluye detector de fatiga, frenada automática de emergencia con detector de peatones y alerta por colisión frontal.
Asimismo, las dos cámaras disponibles, una trasera y otra panorámica, no se incluyen nunca de serie, estando integradas en diferentes paquetes. Un extra que facilita notablemente las maniobras de aparcamiento y que, en el caso de la última, muestra visión cenital a pantalla partida.
Precios y gama del Opel Crossland 2020 en España
El nuevo Opel Crosslad se sitúa ahora por precio en la media de los B-SUV, siendo más caro que el modelo saliente, que ya no está disponible en España (al menos en su oferta de nuevos modelos) y que se comercializaba en sus últimos meses de vida desde poco más de 17.000 euros.
De igual manera, y en comparación con su primo, el Citroën C3 Aircross, es más caro, pues parte de los 20.650 euros respecto a los 17.950 euros en los que arranca el del doble chevrón.
Y aunque uno de sus argumentos frente al Opel Mokka es que se ofrece desde un precio más bajo, la diferencia es muy reducida: le separan sólo 350 euros con la versión más asequible del Mokka (21.000 euros).
En definitiva, el Opel Crossland es una opción interesante si se busca un B-SUV cómodo, funcional y versátil, aunque el aumento de precio, si bien no es excesivo, no está del todo justificado ya que cuenta casi con la misma tecnología que su predecesor.
Pese a ello, gracias a una imagen mucho más atractiva, ofrece suficientes argumentos para seguir siendo uno de los modelos de referencia de la marca, aunque serán los fríos números los que decidan. Y de igual manera, la opción GS Line, con elementos distintivos estéticos que lo hacen más deportivo y diferencial, le hacen ganar enteros y lo abre a un público más amplio.
Gasolina
- Opel Crossland 1.2 110 CV MT6 Edition: 20.650 euros.
- Opel Crossland 1.2 110 CV MT6 GS Line: 21.650 euros.
- Opel Crossland 1.2 130 CV MT6 GS Line: 22.550 euros.
- Opel Crossland 1.2 130 CV MT6 Business Elegance: 24.050 euros.
- Opel Crossland 1.2 130 CV AUT6 Business Elegance: 25.350 euros.
- Opel Crossland 1.2 130 CV AUT6 Ultimate: 26.850 euros.
Diésel
- Opel Crossland 1.5 110 CV MT6 Edition: 21.250 euros.
- Opel Crossland 1.5 110 CV MT6 GS Line: 22.250 euros.
- Opel Crossland 1.5 120 CV AUT6 Business Elegance: 25.500 euros.
- Opel Crossland 1.5 120 CV AUT6 Ultimate: 27.000 euros.
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Probamos el nuevo Opel Crossland, máxima modularidad en un SUV urbano ahora mucho más atractivo
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por
Alejandra Otero
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