El nuevo Mercedes-Benz Clase S nos enseña cómo ha aprendido a ‘saltar’ para alejar a los ocupantes de los impactos laterales
Mientras el Mercedes-Benz Clase S está por llegar, la marca alemana está dejándonos ver con cuentagotas algunos de sus atributos más llamativos. Ya hemos visto que va a estrenar un interior que se pasa a la digitalización casi total con pantalla de 12,8 pulgadas en el salpicadero, reconocimiento facial y una nueva generación de su sistema de inteligencia artificial MBUX 7.0, pero por lo que parece hay mucho más.
Aparte de ser un referente tecnológico, el Mercedes-Benz Clase S volverá a posicionarse como uno de los adalides de la seguridad y, aparte de ser el primer coche que contará con airbags frontales para las plazas traseras, también podrá ‘saltar’ para minimizar las consecuencias de un impacto lateral.
El Mercedes-Benz Pre-Safe va un paso más lejos (y más alto)
Según ha mostrado la marca en sus redes sociales, el nuevo Mercedes-Benz Clase S introducirá nuevas tecnologías de seguridad con el objetivo de convertirlo en un coche aún más seguro. La última de ellas (o al menos la última que nos han mostrado) es la denominada Pre-Safe Impulse Side; una nueva iteración de los sistemas Pre-Safe que llevan presentes en Mercedes-Benz desde hace más de 10 años.
Este sistema se vale de los sensores perimetrales del vehículo para detectar el tráfico cruzado. Entre otras aplicaciones ya sabemos que el nuevo Clase S será capaz de frenar de manera autónoma si al realizar un giro cerrado detecta que vamos a invadir la trayectoria de un coche que circule por la vía a la que nos incorporamos.
Ahora estos sensores también se utilizarán para detectar el tráfico que directamente pueda provocar un choque lateral. Cuando el coche reconoce que otro vehículo va a impactar lateralmente, toma el control del sistema de suspensión pilotada E-Active Body Control (capaz de adelantarse a las imperfecciones de la carretera) y eleva la carrocería de manera súbita, en tan sólo unas décimas de segundo y hasta 8 centímetros.
Con este movimiento, el Clase S intenta distanciar las zonas vitales de los ocupantes del coche todo lo posible con respecto al punto de impacto. A diferencia de en las zonas delantera y trasera, los laterales del coche tienen unas estructuras de deformación muy limitadas para absorber la energía cinética en un choque.
Al elevar la carrocería también se dirige el impacto lateral hacia el suelo del Clase S, una pieza estructural más robusta que puede frenar la penetración del choque hacia el habitáculo. Además este sistema también se puede combinar con asientos que se expanden de forma neumática en el lateral del impacto para alejar el cuerpo de los ocupantes todo lo posible de la colisión.
Todo lo que sean progresos en lo referente a la seguridad de los ocupantes y minimizar las lesiones y muertes por accidente de tráfico es bien recibido, pero a decir verdad Mercedes-Benz no es la primera que introduce un sistema así. El Audi A8 ya podía equipar la Audi AI active suspension, una suspensión que eleva el lateral del coche donde detecta que va a recibir el golpe.
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La noticia
El nuevo Mercedes-Benz Clase S nos enseña cómo ha aprendido a ‘saltar’ para alejar a los ocupantes de los impactos laterales
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Motorpasión
por
Jesús Martín
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