‘Ratchet & Clank: Rift Apart’ en PS5 no solo promete un gran juego: también anuncia el inesperado regreso del género clásico de plataformas
Aunque se venía rumoreando desde hacía tiempo, la revelación en la presentación de Playstation 5 de una nueva entrega de ‘Ratchet & Clank’, la adorada saga de plataformas clásicos de Insomniac, sorprendió por su espectacularidad y prodigioso despliegue técnico. Y en el contexto en el que se hizo, la presentación de una nueva consola que puede orientar el camino creativo y tecnológico que toman los videojuegos en los próximos años, no deja de ser destacable.
El espectacular trailer de ‘Ratchet & Clank: Rift Apart’ mostraba el paseo frenético del lombax Ratchet y su diminuto compañero de metal Clank por una serie de dimensiones interconectadas entre sí por portales. No solo el juego hacía gala de un despliegue de efectos de particulas y delirios gráficos demencial, sino que dejó pasmados a los espectadores con transiciones prácticamente instantáneas entre mundos completamente distintos entre sí, con elementos de uno y otro adaptándose a los nuevos escenarios. Sin duda, una muestra clara y directa de la potencia del disco SSD del que tanto se ha hablado últimamente.
Lo singular del caso es que la potencia técnica del juego era evidente, pero conservaba todos los tics de los juegos clásicos de la franquicia, una de las más representativas de los exclusivos de Sony en PS2 y PS3. El primer ‘Ratchet & Clank’, de 2002, ya lucía una de las características más definitorias de la saga: el impresionante número de armas distintas que portaba Ratchet, en este caso 36, así como la mezcla de mecánicas y minijuegos que hacían la aventura más variada.
El éxito de la serie generó una buena cantidad de secuelas, a una por año en sus momentos de mayor éxito. Llegó a haber cuatro ‘Ratchet…’ (alguno sin Clank a bordo, cuando los furros empezaron a considerarse cosa de niños), y juegos en casi todas las plataformas de Sony: ‘Size Matters’ salió en PSP y ‘Tools of Destruction’, en ese mismo 2007, en PS3. Desde 2013, Insomniac se dedicó a juegos de enfoque más adulto, como ‘Sunset Overdrive’ o el aclamado ‘Spider-Man‘, pero no se olvidó del lombax y el robot, y hubo una sola incursión en PS4 en 2016, en forma de reboot del primer juego.
Todos ellos mantuvieron una serie de constantes que garantizaron que aunque cada entrega de la serie traía las sorpresas suficientes (no siempre agradable, como cuando se le intentó dar un giro “adulto” prescindiendo de Clank), también estaban siempre presentes una serie de elementos muy reconocibles. Un nuevo ‘Ratchet & Clank’ siempre ha sido un sitio confortable y familiar, juegos amables y con el desafío justo, y siempre con ingredientes que se repiten (los minijuegos, los sencillos puzles, el armamento cada vez más nutrido). Pero también son reconocibles y familiares por otra cuestión.
La eclosión de las plataformas 3D
Y esa cuestión es que ‘Ratchet & Clank’ representan como pocos el espíritu de los juegos de plataformas en 3D. Títulos que supusieron en PSOne y los primeros tiempos de PS2 todo un nutridísimo subgénero de títulos sencillos, directos y accesibles. Era la forma más rápida y directa de sumergirse en entornos 3D, por encima de los exigentes y violentísimos juegos de acción en primera persona. Las aventuras de plataformas en 3D tenían algo de los clásicos pero a la vez exprimían las posibilidades 3D de las máquinas de los noventa. Lo tenían todo para triunfar.
Los juegos de plataformas son tan antiguos como el propio medio. Una de las superestrellas del género, Super Mario, ya asentaba las bases del mismo en el primordial ‘Donkey Kong’, cuando los juegos de plataformas aún no podían presumir de scroll. Sería el propio fontanero de Nintendo el que mejoraría sucesivamente el estilo de saltos ajustadísimos e ingenio vs. fuerza gravitatoria con sus sucesivas andanzas en NES. Y fue él mismo, por supuesto, el que revolucionó el estilo inyectándole tres dimensiones en ‘Super Mario 64’.
Su aparición fue simultánea a la de otro héroe plataformero: ‘Crash Bandicoot’ en PSOne, así como de experimentos con las plataformas aún tan rudimentarios como ‘Jumping Flash!’ para la primera Playstation. Pero la gran innovación de ‘Super Mario 64‘ estaba en los controles, una auténtica exquisitez plasmada en el revolucionario stick analógico que permitía explorar los escenarios con una libertad nunca vista. La estructura de los niveles, divididos en misiones que desbloqueaban nuevas zonas, ha sido imitada hasta el día de hoy, y fue la plantilla bajo la que se movieron otros plataformas de gran éxito como ‘Spyro the Dragon’, ‘Banjo-Kazooie’ o ‘Donkey Kong 64’.
El impacto de todos estos juegos convirtió a los plataformas 3D en el género más importante de este siglo, y se diversificaron en distintos estilos donde predominaban los puzles, el combate o la exploración. Sega ideó su ‘Sonic Adventure’ para Dreamcast, Nintendo siguió produciendo plataformas de Mario o spin-offs de sus personajes, y en PS2 aparecieron auténticas obras maestras del género como ‘Maximo’, ‘Psychonauts’ o la propia serie de ‘Ratchet & Clank’.
A finales de los años noventa, el género había llegado a su punto álgido de popularidad, cubriendo un 15% del mercado, cifra que pronto descendería. Pronto la necesidad del mercado de vestirse con ropajes más adultos gracias al éxito de franquicias como ‘GTA’ hizo que los viejos juegos de plataformas y sus intentos a menudo algo artificiales de generar colecciones de mascotas a todo trapo fueran olvidados. Aunque nombres tan definitorios de una generación (no siempre para bien) como Bubsy, Croc, Gex, Rascal, Rocket, Ty, Blinx, Jinx, Jak y Daxter, Sly Racoon o Vexx,, aparte de todos los mencionados, no hayan sido olvidados… del todo.
El regreso de los héroes plataformeros
Pero los héroes de los juegos de plataformas nunca fueron olvidados del todo: la saga ‘New Super Mario Bros‘, nacida como experimento nostálgico pero que acabó gestando una nueva forma de entender el género, es solo un ejemplo. La facción indie del desarrollo lleva años lanzando juegos que llevan más allá el género en títulos como ‘Limbo’, ‘Super Meat Boy’, ‘Celeste’, ‘Nytt’, ‘Ori and the Blind Forest’, ‘Shovel Knight’ y un largo etcétera. Y franquicias como ‘Super Mario Maker‘ directamente han deconstruido los juegos de plataformas, ofreciendo a los jugadores la oportunidad de repensar sus resortes más íntimos.
Los juegos de plataformas siempre han estado ahí, pero la reciente presentación de novedades de Playstation 5 nos ha abierto la puerta a un futuro cercano en el que pueden volver con más fuerza que nunca. A ‘Ratchet & Clank: Rift Apart’ y su pasmoso exhibicionismo técnico se suman títulos como ‘Astro’s Playroom’, secuela de un estupendo juego para realidad virtual de PS4, ‘Astro Bot: Rescue Mission’. En esta ocasión la VR no aparece mencionada.
Otro héroe que vuelve es Sackboy, de ‘LittleBigPlanet’. Su nuevo juego, ‘Sackboy: A Big Adventure’, parece también dejar de lado sus orígenes como herramienta para la construcción de videojuegos, y propone una sencilla aventura de plataformas en 3D que parece homenajear los buenos viejos tiempos del género. También, por supuesto, ‘Oddworld Soulstorm’, que nos devuelve un auténtico clásico (este en 2D), con un lavado de cara gráfica ciertamente espectacular. Finalmente, en el lado indie de la producción, ‘Solar Ash’ promete una sofisticación hiperestética de los mecanismos plataformeros de toda la vida, a manos de los creadores de ‘Hyper Light Drifter’.
¿Estamos ante una revitalización del género? El tiempo lo dirá, pero la perspectiva es prometedora: cualquier cosa que suponga recordarnos que no siempre la potencia se debe aplicar al hiperrealismo, sino a mejorar una experiencia de diversión sencilla, honesta y directa, nos parece una gran idea. ¡Vamos, Ratchet!
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‘Ratchet & Clank: Rift Apart’ en PS5 no solo promete un gran juego: también anuncia el inesperado regreso del género clásico de plataformas
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Xataka
por
John Tones
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