Mercedes-Benz no confía en los combustibles alternativos: su coste energético los hace inviables frente al coche eléctrico
Mercedes-Benz no confía en los combustibles sintéticos. Esto es lo que se desprende de una entrevista a uno de los responsables técnicos de la firma alemana, quien ha asegurado que los carburantes limpios no son una solución viable.
Al menos según sus declaraciones no lo sería en lo que se refiere a términos de eficiencia, pues técnicamente sí pueden elaborarse. El problema es que requieren un cantidad ingente de energía para ser producidos que deja sus ventajas totalmente fuera de juego.
“Lo más eficiente es poner la energía directamente en las baterías”
Actualmente la automoción se divide en dos vertientes claras: la adaptación de los motores de combustión interna para reducir sus emisiones o la electrificación. Hay fabricantes que se resisten a un futuro sin motores de combustión, así que están tratando de estirar al máximo las posibilidades de las mecánicas tradicionales a través de combustibles alternativos.
Hace no demasiado desde McLaren aseguraron que si bien estaban trabajando en la electrificación de sus modelos para rebajar los consumos de los deportivos de Woking, Jens Ludmann (COO de la marca) afirmó que los combustibles sintéticos son una vía de trabajo para conseguir motores neutros en CO₂.
Para conseguir esta neutralidad de dióxido de carbono la producción de los combustibles sintéticos tendría que abastecerse de energía procedente de formas renovables íntegramente y no producir CO₂ al ser quemados en el motor, y aquí reside su principal problema.
Mercedes-Benz ha confesado a Autocar que estos combustibles limpios son un camino inviable. Ha sido Markus Shaefer, responsable de Investigación y Desarrollo en la marca alemana, quien ha postulado que a medio plazo es imposible competir contra la electricidad en términos de eficiencia, descartando la adaptación de los motores de combustión.
Las opciones para producir combustibles limpios son múltiples (y todas con un elevado coste energético), pero las más comunes son la producción de éter de oximetileno para conseguir un combustible sustitutivo de la gasolina y el diésel.
Además, Schaefer ha añadido que “si tienes un abastecimiento de energía suficiente, la forma más eficiente de utilizarla es ponerla directamente en la batería“, haciendo referencia a que el uso y la transformación de esta energía verde en combustibles limpios sería una manera de desaprovechar las fuentes de energía renovables en un proceso demasiado complejo.
Schaefer también ha apuntado a que en caso de haber combustibles alternativos suficientes para un abastecimiento comercial, la industria de los automóviles no tendría preferencia en su uso. En cualquier caso en opinión del alemán tendrían que utilizarse primero en la aviación, un sector mucho más complejo de electrificar.
Con todo ello Schaefer ha señalado a los coches eléctricos de baterías como la opción más viable a futuro, lo que unido a la presumible retirada de Daimler en los coches de hidrógeno (no así en su aplicación hacia camiones de pila de combustible), sólo deja una opción para el fabricante: nuevos coches de baterías a medio plazo que cada vez sean más eficientes.
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por
Jesús Martín
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