Superformance ha modernizado al Cobra y lo ha convertido en una espectacular bestia V8 de hasta 7.0 litros para sólo 1.200 kg
Dentro de la automoción el nombre Cobra suele ponernos los pelos de punta. Pues bien, de aquel coche mítico alumbrado por el mítico Carrol Shelby ahora la gente de Superformance ha creado algo aún más bestia: el Superformance MKIII-R.
Creado bajo licencia y basado en el Cobra de 1965, el especialista californiano le ha dado una capa de modernidad al deportivo de las barras y estrellas y el resultado es tremendamente brutal.
Posiblemente el Cobra más bestia
Por si aún no sabes quién es la gente de Superformance conviene recordar que son un especialista cuya fuente de negocio es peculiar: crear réplicas autorizadas de modelos legendarios de Ford como pueden ser el GT40, los Shelby Cobra o incluso el prototipo nonato del Ford Shelby GR-1 de 2005.
Pero sus coches no siempre son fieles a los originales. Salta a la vista que este MKIII-R no es un Cobra normal, y rápidamente nos damos cuenta de que luce mucho más bestia. Los paragolpes cuentan con un enorme splitter en la parte delantera y difusor en la trasera, canalizaciones de aire en los laterales, toma de aire sobre el capó… Todo realizado en fibra de vidrio.
Uno de los rasgos identificativos del Cobra como eran sus grandes neumáticos de balón quedan suprimidos por unas nuevas llantas de aleación de 18 pulgadas que tampoco le sientan nada mal. Por los laterales también asoman unos enormes escapes.
Todo el conjunto descansa sobre un chasis de largueros pero convenientemente modernizado con zonas deformables, resistencia mejorada y aligerado todo lo posible. El esquema de suspensiones es independiente tanto delante como detrás y se incluyen amortiguadores ajustables Bilstein de tipo coilover.
Todo el interior se ha retocado y aunque sigue manteniendo rasgos clásicos y sencillos, incorpora materiales modernos. Todo está realizado en cuero con costura francesa a juego con el color de la carrocería. Sobre sale de todo el conjunto esa enorme palanca de cambios manual que debe ser una delicia, ya sea con la caja de cambios de cuatro o de cinco velocidades que se puede optar.
El único requisito legal para poder vender el MKIII-R Cobra es que lo hagan sin motores, así que cada cliente podrá escoger entre cuatro motores diferentes de origen Ford entre 5.000 y 7.000 centímetros cúbicos, todos en configuración V8 y con aliño de Roush Performance.
Sin motor, el MKIII-R pesa 835 kg, pero añadiendo los diferentes bloques la báscula se para en una horquilla entre 1.127 y 1.206 kg, por lo que tiene que ser toda una salvadaja sentarse detrás de ese volante.
El precio del Superformance MKIII-R Cobra (sin motor) arranca en 79.900 dólares, por lo que se convertirá una vez montado por completo en un coche extremadamente caro para no ser ni siquiera un coche original, pero la verdad es que tiene una pintaza brutal.
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Superformance ha modernizado al Cobra y lo ha convertido en una espectacular bestia V8 de hasta 7.0 litros para sólo 1.200 kg
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Motorpasión
por
Jesús Martín
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