Socorro, mi compañero de trabajo se queja todo el día
La empatía es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona. Es decir, ser capaz de ponerte en los zapatos del otro para saber cómo se siente. Es una actitud hermosa ir por la vida así. ¿Pero qué ocurre cuando esa persona que ‘sufre’ lo hace a diario?
Por poner un ejemplo, es como ese compañero que estudiaba con nosotros y se pasaba dos horas tras hacer un examen repitiendo lo mal que le había salido, que iba a suspender y así hasta el infinito. Pero a la hora de mirar las notas tenía una matrícula de honor. Ahí se nos disparaba la señal de alarma, eso no es normal.
La empatía es una cosa, y ser el confesor, psicólogo y paño de lágrimas de una persona que siempre está mal, es otra. Sobre todo en el ámbito laboral donde es más difícil huir. Este tipo de compañero es el que piensa que vive en una tragedia griega, cuando en realidad su vida está plena de arcoiris y para nosotros quisiéramos su ‘infierno’.
Todos tenemos problemas, sería el resumen, pero está ahí, te persigue por la oficina, estés donde estés y siempre tiene algo de lo que lamentarse. Stop. ¿No estaremos atrayendo a personas de este tipo, verdad? ¿No será mejor acercarse a compañeros que también viven en este mundo pero su tema no es un monólogo?
Cuando la queja proviene de una quejica egocéntrico es insufrible. Sobre todo porque tú inviertes tiempo y tus mejores consejos en alguien que en realidad, no lo está pasando tan mal. Es más, dentro de dos días te sorprenderá con una gran noticia positiva que, por supuesto, no esperaba y que oh casualidad, ni en sueños te pasaría a ti.
El mejor consejo para lidiar con este tipo de personalidad es soltar un ¿Qué piensas hacer al respecto…?, cada vez que te diga que tiene un problema. Y no, no le des la solución que la piense solito y así verás cómo se queda mudo, porque no piensa hacer nada, sólo quejarse hasta que colme tu paciencia.
Las quejas producen estrés, sobre todo si provienen de la misma persona. Que además, aunque parece una bellísima persona, a ti no te ha escuchado en la vida y si lo ha hecho ha sido en un tono condescendiente, casi llevándote de la mano a su lado, al de la queja.
Lo dicho, todos tenemos problemas, normalmente serios y no de postureo, pero al practicar la empatía de verdad, no cargamos con nuestros lamentos a los compañeros de trabajo. El compañerismo se basa en un toma y daca, quien necesite un psicólogo puede ir en su busca.
Imagen|Pixabay
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Socorro, mi compañero de trabajo se queja todo el día
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Pymes y Autonomos
por
Joana Sánchez
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