El año en el que la IA nos cambió la vida: 17 editores de Xataka nos cuentan cómo ha transformado su día a día

El año en el que la IA nos cambió la vida: 17 editores de Xataka nos cuentan cómo ha transformado su día a día

Hace poco más de un año OpenAI lanzó ChatGPT, que antes venía precedido de DALL-E. Ambas plataformas han acabado revolucionándolo todo y a todos, y aunque nos encontramos tan solo gateando —puede que ni eso— en nuestra comprensión, desarrollo y aprovechamiento de la IA, su impacto ya se ha dejado sentir.

Lo ha hecho en todo el mundo en general, pero también entre los que hacemos Xataka en particular. En las siguientes líneas encontraréis el testimonio de 17 de esas personas que han visto su día a día cambiado en mayor o menor medida… y que probablemente lo vean mucho más cambiado a cada día que pase.

Yúbal Fernández

De momento la IA no ha tenido demasiado impacto en el día a día de Yúbal,  pero él si ha comenzado a experimentar con ella:

“Principalmente, estoy utilizando las funciones de generar imágenes, tanto en lo personal para crear alguna tontería como para el trabajo, usándolo a veces para crear imágenes de portada. Lo considero un buen sustituto de las típicas y aburridas imágenes de stock, aunque a veces cuesta conseguir lo que quieres.

En cuanto a las IA de texto, realmente no las he utilizado demasiado. Algunas veces he hecho algunas consultas, ya que es bastante más rápido que buscar en Google, pero todavía no termino de fiarme del todo de los resultados. En el ámbito laboral no las he utilizado aun, aunque nunca se sabe, según vayan avanzando posiblemente acaben siendo útiles para mí también.”

Rubén Andrés

Rubén se confiesa que en muchos otros casos ha probado y experimentado con nuevas tecnologías en la última década, pero por ahora con la IA tiene un pequeño problema:

“Aunque me fascina el potencial que puede llegar a alcanzar (y la velocidad que ha cogido en los dos últimos años), me está dando mucha pereza usarla. Tal y como contaba mi compañero Javier Lacort, la inteligencia artificial ha llegado de la peor forma posible y es de todo menos cómoda y amigable para el usuario”.

Este redactor la ha aprovechado sobre todo con Bing Chat, que según él “cubre las funciones sencillas de revisión de textos y generación de imágenes que puedo necesitar”.

Para él su interfaz sencilla ayuda, pero también lo hace el hecho de que se puede usar de forma nativa desde Windows 11“. Aunque se declara firme defensor de la IA y su potencial, lo que sí tiene son dudas respecto a esa tendencia a que usar la IA salga cada vez más caro:

“Otro de los escollos que estoy teniendo para usarla modelos de IA de forma más intensiva está siendo el lógico deseo comercial por amortizar cuanto antes los modelos de IA. He probado distintos complementos basados en ChatGPT para Office, pero o sus funciones gratuitas eran muy limitadas, o la cuota de suscripción era algo elevada para el uso que voy a darle. También la he usado de forma puntual para editar y mejorar fotos”.

Juan Carlos López

Nuestro compañero Juan Carlos López confiesa que aún no ha aprovechado todo lo que querría herramientas como ChatGPT, pero deja claro que no ha sido por falta de interés, sino “por falta de tiempo”.

Para él esta tecnología va a incluirnos a todos en lo personal y en lo profesional, y sí que recuerda una de las conversaciones con ChatGPT 3.5, que según él le deparó “sensaciones encontradas”:

“En cuanto me enteré de que ChatGPT estaba disponible públicamente, decidí ponerlo a prueba manteniendo con la inteligencia artificial una conversación acerca de un tema con el que me siento cómodo: la fusión nuclear. Sus explicaciones eran correctas, pero también eran imprecisas. No tuve la sensación de estar hablando con alguien que conocía bien el tema que tenía entre manos; me parecía que estaba hablando con alguien que estaba consultando múltiples fuentes de una forma un poco inconexa. ChatGPT por el momento no me ha impresionado, pero es posible que mis impresiones cambien en el futuro”.

Enrique Pérez

La revolución de la inteligencia está por llegar. Lo tiene muy claro Enrique, que afirma que “la IA promete quitarme el trabajo, pero aquí sigo teniéndome que levantar cada día“. Por ahora considera estas herramientas como ayudas puntuales, y por ejemplo usa ChatGPT para obtener respuestas organizadas en conceptos clave.

Aún así aclara que “casi nunca puedo aprovechar la respuesta en bruto de la IA”, pero sí es útil a la hora de recalcar puntos importantes de un texto o para “lanzar decenas de ideas al vuelo” porque a partir de ellas, explica, “puedo llegar a crear alguna que me convenza combinando varias”. Tiene también su visión sobre plataformas que atacan otros frentes que no son la generación de texto:

“De la IA generativa de imágenes me encanta ver todas las creaciones que salen por ahí, pero en mi caso al no tener ese talento artístico, no he sabido sacarle partido yo mismo. He creado algunas imágenes para artículos y para varias partidas de rol, donde sí me ha sido muy útil para crear imágenes específicas.
Quizás la que más me ha servido, por suponer un cambio en mi manera de trabajar, es Whisper, la IA que convierte voz a texto. Es ideal para transcribir entrevistas. Ahí sí que me he ahorrado bastante tiempo“.

Ricardo Aguilar

Como en el caso de Rubén, Ricardo ve una barrera para aprovechar estas herramientas: el precio. Confiesa que utiliza con asiduidad el generador de imágenes de Microsoft Bing, porque desde que tiene integrado DALL-E, lo hace mejor que Leonardo AI, la herramienta que usaba previamente. Aún así, insiste:

“ChatGPT en su versión Plus son 20 dólares mensuales. Parece poco, pero son 240 dólares al año que no estoy dispuesto a pagar. Lo mismo pasa con Midjourney. Aún así, suelo usar IA a diario como apoyo.

Si un texto no me convence o me parece muy denso, le pido a ChatGPT que lo corrija. Por suerte para los que vivimos de escribir, sigue siendo notablemente peor que un humano, pero sí que da algunos consejos interesantes”.

José García

Nuestro compañero Jose, cara visible del canal de Xataka de TikTok, explicaba que de momento que al menos en su rutina diaria no ha podido aprovechar mucho la IA. Cuando él necesita una imagen necesita una concreta, no una creada por una IA que “puede verse mejor o más nítida, pero no es fiel a lo que quiero enseñar”. También ha probado ChatGPT para su trabajo, pero tiene claro que de momento no sirve de mucho:

“Debo reconocer que no es lo mejor para hacer guiones, y menos sí son para redes sociales tipo TikTok. Suele ser demasiado forzado, con frases demasiado generales y sin carisma. Cuando preparas un vídeo hay algo personal, tu propio estilo, tu forma de hablar o de explicar las cosas, y eso, de momento, solo se lo puede dar el creador”.

Aún así Jose destaca que ChatGPT “es bastante útil para sintetizar”. A menudo usa esta herramienta para resumir algún texto que le ha quedado denso y luego él edita ese sumario con su estilo. En su vida personal no usa demasiado la IA, y nos cuenta que en realidad “he pasado más tiempo explicando a amigos y familiares cómo la pueden usar para sus cosas que usándola para las mías”. Para él eso da que pensar, pero su conclusión es clara:

“Sea como fuere, algo dentro de mí me impide fiarme por completo de la inteligencia artificial. Sé que funciona y que funciona bien, pero siempre, siempre, siempre hay un proceso de revisión manual y personal en todo lo que hago con ella, sobre todo si es algo que va a tener difusión”.

Alberto de la Torre

Nuestro editor especializado en el sector del motor y la movilidad indica que de momento aunque este año ha sido el de la explosión de la IA generativa, su forma de trabajar no ha cambiado:

“Sin embargo tengo claro que es un problema mío, que no he entrado en ella aunque tenga muchísimo potencial. De momento me he limitado a generar algunas imágenes para artículos en los que no teníamos un recurso gráfico a mano, en ese sentido nos puede ayudar muchísimo. Mi propósito de año nuevo es aprender a relacionarme con ella, especialmente para encontrar aquellas tareas más tediosas y repetitivas en las que agilicen mi trabajo y me permita dedicarlo a otras cosas más atractivas e interesantes”.

Albert Sanchís

Una de sus pasiones, nos cuenta Albert, es escribir, pero para él “la llamada de la IA la he sentido en el aspecto más visual”. Confiesa que no ha podido evitar rendirse ante plataformas como MidJourney o StableDiffusion: “no han sido pocas las tardes que he pasado compartiendo ideas, bocetos, o ilustraciones con mis amigos y con mi pareja”. Sus experimentos han sido variados, y de hecho hay uno especialmente curioso:

“Lo que al principio eran ideas más o menos sencillas (un logo de un equipo de voleibol), mi aventura fue desviándose a terrenos artísticos un tanto más estrambóticos (una colección de retratos de princesas Disney posando en gasolineras con neones, al estilo Nicolas Winding Refn). Todo muy cinematográfico, lo reconozco. Tanto le he cogido el gustillo a esto de “crear píxeles” a partir de prompt de texto que incluso he hecho un juego de mesa usando varías IAs

Mi primera visión del proyecto era que todo fuera creado únicamente por la máquina: que ChatGPT hiciera las instrucciones y MidJourney las ilustraciones. Al final decidí desechar las ideas de la app de OpenAI para crear las mías propias (una especie de trivia personalizado) e ilustrarlo todo con MidJourney (tanto las tarjetas como parte del tablero)”.

Ese experimento le ha servido para ahondar en el potencial de esta herramienta, aunque en la mayoría de los casos Albert indica que ChatGPT ha quedado “relegado de momento a tareas algo más sencillas: recetas de comidas y la lista de la compra. Ah, y algunas recomendaciones de regalos y lugares que visitar”. Su próximo proyecto es también interesante: “un cómic ilustrado con IA”. Habrá que esperar un poco, nos cuenta, pero será interesante ver el resultado.

Javier Jiménez

“Yo, en general, soy un hobbit”, nos cuenta Javier. “Tranquilo, algo gruñón, refractario a las novedades y haciendo 10 o 12 comidas al día. Por eso era inevitable que la IA irrumpiera en mi pequeño agujero como un elefante en una tienda de Lladró”. Nuestro compañero ha tratado de experimentar al máximo con estas plataformas, pero para él la cosa aún está en pañales:

“Lo digo con algo de vergüenza, de momento mi uso de la IA no ha dejado de ser un pasatiempo. ¿Que salía una nueva app o función? Allí que iba a probarla, me entretenía un rato y volvía a mi vida de burócrata gris de provincias. No ha tenido más impacto en mi día a día.

Y, ojo, estoy convencido de que la IA va a cambiar muchas muchísimas cosas. Incluso estoy dispuesto a dejar que me las cambie (siempre que no me quite las doce comidas), pero mi sensación de que es pronto. Este año ha sido el flechazo, sí; y nos hemos quedado pillados de su belleza… pero me temo que construir una vida juntos es algo que necesita más tiempo”.

Pablo Martínez

Pablo, compañero de Javier Jiménez en la sección de ciencia y espacio de Xataka, nos cuenta que “sonará raro en un medio de tecnología, pero todavía existimos los que no hemos comenzado a trastear con estas herramientas”.

Aunque tiene claro que acabarán formando parte de nuestra rutina diaria, prefiere dar tiempo para que la cosa se asiente:

“Tendemos a emocionarnos mucho con los juguetes nuevos de la tecnología, pero es pasado un tiempo cuando podemos echar la vista atrás y ver cuáles son las herramientas útiles y cuáles son las mejores formas de usarlas. Así que por ahora mi postura es la de mirar con curiosidad pero desde la distancia. Hasta que vea que llega la hora de cambiar de idea”.

Eva Rodríguez de Luis

Eva, editora en Xataka y Genbeta, afirma que la IA ha llegado para quedarse “y aunque hay quien la mira con miedo a todo: a que nos quiten el trabajo, a que nos aniquilen… yo tiendo a ser optimista”. Además, destaca, “lo que sí tengo claro es que quien no sepa usarla se va a quedar atrás”.

“No soy la usuaria de IA más intensiva del mundo, pero hay tres tareas que ya directamente le he encargado a la inteligencia artificial: la primera es generarme imágenes a través de Bing, un recurso rápido y más que apañado para cuando no encuentras la foto ideal para ilustrar artículos.

La segunda es que ChatGPT me ayuda a resumir textos, fundamentalmente leyes, para quedarme con lo importante. Este punto es crítico, pero ayuda que la fuente de donde obtenga la información no sea externa y sí un documento facilitado por ti.

La tercera tarea es la traducción: la he comparado con traductores mainstream como Google Translate y gana por goleada. Pregúntame el año que viene y seguro que tengo nuevas rutinas”.

John Tones

Uno esperaría que John Tones, nuestro querido cultureta, estuviera ya aprovechando ChatGPT para crear su particular versión de alguna de sus amadas distopías, pero de momento confiesa que no ha tenido una relación muy intensiva con la IA de momento. Y a pesar de ello, le ha sacado algo de jugo:

“Parece que mi capacidad de sorpresa está ya algo adormecida después de tantos años deambulando por internet, y tampoco soy muy amigo de ir dejando fotos mías o de mis familiares en aplicaciones para que nos transformen en gatitos. Además, creo que el uso que están haciendo muchas empresas de la IA para ahorrar en ilustradores, traductores o redactores (por decir alunos sectores que profesionalmente me quedan cerca) es algo irresponsable.

Sin embargo, también creo que la IA, bien aplicada, nos puede traer alegrías al ahorrarnos trabajo y tiempo (y sin necesidad de sustituir chapuceramente el empleo de nadie). Este año he usado la IA, por ejemplo, para transcribir y traducir entrevistas, un trabajo que habría tenido que hacer yo mismo y que me habría quitado horas de tiempo, y que he podido hacer en minutos. La IA siempre ha precisado de supervisión por mi parte (sobre todo con traducciones), pero como apoyo es estupenda. También la he usado para asistirme generando ideas y enfoques de artículos, y aunque la huella final de su trabajo ha sido casi siempre anecdótica, es cierto que para salir de atascos mentales tiene cierta utilidad”.

Javier Márquez

Desde el otro lado del charco Javier Márquez nos cuenta que ya ha adoptado algunas de estas herramientas, y que por ejemplo ChatGPT y Copilot “me ayudan a simplificar algunos conceptos, así como ha encontrar sinónimos o ideas”. Sin embargo, con lo que más ha experimentado es con la IA generativa a nivel visual:

“Comencé utilizando DALL·E y Stable Diffusion, pero no tardé en pasarme a Image Creator (basado en DALL·E 3) por sus increíbles resultados y, sobre todo, porque las cuentas de Microsoft incluyen créditos gratis.

En este apartado también he recurrido a la ampliación generativa de Adobe Photoshop, principalmente para imágenes personales. Me encanta la fotografía y tengo una biblioteca que supera las 30.000 capturas. Cada tanto me gusta tomar alguna vieja imagen, quizás mal encuadrada, y experimentar con la creatividad de la IA a la hora de ampliarla”.

Javier ha ido más allá, y ha querido indagar más acerca del funcionamiento interno de estas herramientas. Para intentar responder a esa curiosidad “me he apuntado a algunas formaciones de Microsoft Learn“, explica, “lo que me ha llevado a “jugar” un poco con Azure AI”. Él lo tiene claro: ” IA ha llegado para quedarse. Está cambiando el mundo y lo seguirá haciendo”.

Javier Lacort

Otro de los miembros del equipo de Xataka que más ha experimentado con estas plataformas de inteligencia artificial es Javier Lacort, que destaca que usa ChatGPT “como copiloto en muchas situaciones de mi vida. Es como tener a un compañero al lado que sabe mucho de casi cualquier tema”.

Pero además confiesa que usa ChatGPT para su vida personal y escenarios muy diversos: “por ejemplo, ver que el árbol (una higuera) de un familiar se ha puesto enfermo y diciéndole los síntomas para saber detectar qué le ocurre, o pidiéndole que genere un listado de nombres para un equipo que hemos montado los amigos a partir de ciertas indicaciones”.

Como indica nuestro compañero, las opciones son enormes y “solo hay que acordarse de que lo tenemos en el bolsillo”. Ha utilizado también plataformas de IA generativa de imágenes, y además, las novedades que en ese sentido se han introducido en Notion.

“Luego está Midjourney, el mejor generador de imágenes a día de hoy. Lo utilizo únicamente para ilustrar artículos, no le doy ningún otro uso. En la línea de ChatGPT está Notion AI, que simplemente integra la API de GPT, pero no solo para generar texto (para eso ya uso ChatGPT), sino que también sabe crear o convertir entre cualquier formato que maneja Notion. Bases de datos, vistas de calendario, etc. Ahí es donde realmente es útil y diferencial Notion AI. Requiere una suscripción que no pago todos los meses, sino solo cuando voy a reconstruir o crear páginas y esta opción me va a ahorrar mucho tiempo”.

Matías Zavia

Matías se siente un poco protagonista de esta película o, más bien, de este artículo. Sobre todo, porque fue uno de sus primeros damnificados.

“La empresa en la que trabajaba [Gizmodo] me despidió para autopublicar traducciones. “Una IA me quitó el trabajo”, dije en Twitter, y obtuve mis cinco minutos de fama”.

También cambiaron cosas en su trayectoria como comunicador. “La decisión de empezar un podcast de IA en enero me llevó a conectar con personas que difícilmente escucharían un pódcast de tecnología de una hora si no fuera por el tema. El miedo a quedarnos fuera de la IA nos unió”. Pero también desaca que la IA le ha cambiado como usuario:

“Abrumado con las novedades, como todos, he implementado varias en mi rutina. Puse un atajo en el botón lateral del iPhone para hablar con el chat de voz de ChatGPT en lugar de Siri, de la que yo solo me acuerdo para poner alarmas. Uso GPT-4 para tantas cosas que a duras penas podría enumerarlas. Le envío PDFs y libros completos para hacerle preguntas sobre ellos. Resumo artículos científicos y reportajes (también con Copilot en Microsoft Edge). Busco errores tipográficos y palabras repetidas en mis posts (incluso creé un GPT especializado para eso). Le pido que corrija mis textos en inglés en mails y entrevistas. Le mando informes médicos o jerga jurídica para que me ayude a entenderla”.

Matías sí confiesa que no ha explorado tanto en el ámbito de la IA generativa de imágenes, pero la usa en en Photoshop “para ampliar y modificar imágenes”. Y una nota singular: nuestro compañero nos explica que tiene este tipo de acciones tan interiorizadas “que me mareo pensando que no eran posibles hace un año”.

Antonio Sabán

Director en Genbeta y compañero también en Xataka, Antonio nos explica cómo su relación con la IA ha estado muy ligada a la fotografía en general y a Adobe en particular. Por ejemplo con Lightroom:

“Soy una persona que tolera perfectamente el ruido digital y el grano de la fotografía analógica, y que lo prefiere a la falta de detalle del efecto acuarela del procesado de muchos smartphone. Sin embargo, creo que todo el mundo busca reducir el ruido si la información importante sigue intacta. Y es lo que ha logrado Adobe con esto, poder quitar bastante ruido sin que la imagen quede lavada. He tenido que retocar muchas fotos digitales de DSLR de hace 18 años y el resultado ha sido una gozada, llegando a sentir que las fotos finales son de una cámara mucho más capaz”.

Pero también ha aprovechado otra de las herramientas que más ha llamado la atención en los últimos meses en el ámbito del procesador de imágenes. Nos referimos, cómo no, al relleno generativo de la versión beta de Photoshop.

“Fui a la boda de unos amigos y les hice muchas fotos en RAW con el iPhone. Me encantaron y me sorprendió el nivel de naturalidad, así que decidí regalárselas en álbum. Había muchas fotos de la salida de la iglesia, y la IA de Photoshop me ha permitido eliminar personas, cables y señales de tráfico en segundos con una calidad asombrosa”.

Javier Pastor

Aunque me he encargado de dar voz a todos mis compañeros, también quería aprovechar para incluir mis sensaciones sobre cómo me ha cambiado la IA en estos últimos 12 meses. Lo ha hecho de manera clara en mi forma de acercarme a la tecnología y se ha ido infiltrando en muchas de las pequeñas rutinas que tenía asumidas desde hace años.

Probablemente la más notable es la de mi uso de los buscadores. Busco bastante menos en DuckDuckGo —que uso por defecto— o Google, porque le pregunto mucho a ChatGPT y cada vez más a Bard, que poco a poco me está conquistando. Pregunto de forma muy distinta a como lo hacía con por ejemplo con Google, y aunque es desde luego necesario revisar las respuestas, la forma de llegar a la solución es más directa y más entretenida, casi como una de aquellas viejas aventuras conversacionales.

Hace meses probé a instalar Llama para ejecutar este chatbot en local, pero su rendimiento era pobre porque mi equipo es relativamente modesto para ese propósito. Aquí ojito a 2024: tengo la esperanza de que (casi) todos podamos tener un ChatGPT-3.5 ejecutándose en nuestro PC o incluso en el móvil. Afortunadamente también es posible probar estos desarrollos gracias a servicios como Hugging Face, así que de intento desplegar alguno de ellos y juguetear un poco. Aquí, como a todos, me supera el hecho de que aparecen más servicios y plataformas de IA de las que es posible probar en profundidad.

También uso un buen montón de sistemas de IA generativa de imágenes. Midjourney es el mejor, pero también es de pago, así que por ahora me conformo con asombrarme con los buenos resultados de Bing Image Creator (no uso Stable Diffusion porque, de nuevo, mi PC se queda algo corto) o herramientas que voy probando últimamente como Visual Electric o Freepik Pikaso. En todos los casos mi sensación es la misma. Puede que hayáis visto el vídeo (aquí encima) en el que un joven Steve Jobs hacía la analogía con el ordenador como una bicicleta para la mente humana. Pues bien, para mí la IA es la nueva bicicleta para la mente.

Imagen | Rawpixel

En Xataka | Las inteligencias artificiales creativas van a matar el arte otra vez. No tiene la más mínima importancia


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Javier Pastor

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