En su búsqueda de sostenibilidad, los superyates quieren ir un paso más allá: elaborar su propio hidrógeno a bordo

En su búsqueda de sostenibilidad, los superyates quieren ir un paso más allá: elaborar su propio hidrógeno a bordo

A los superyates ya no les llega con ser grandes, potentes y lujosos. A su lista de prestaciones deben sumar otra tan o incluso más relevante: la sostenibilidad, el mismo objetivo que persiguen desde hace tiempo los buques portacontenedores, ferris, transatlánticos o incluso, rizando el rizo, las ciudades flotantes. La firma Mask Architects lo sabe y por eso acaba de diseñar un modelo único, no tanto por sus prestaciones y capacidades como por su enfoque energético: ONYX H2-BO 85 se impulsa con hidrógeno y es capaz además de producirlo a bordo aprovechando el agua de mar que lo rodea. Ese es al menos su planteamiento teórico.

La propuesta ya ha captado la atención del sector.

¿Cómo es el ONYX H2-BO 85? Grande. Exclusivo. Y sostenible. Esas son las tres ideas que se desprenden al menos de la presentación lanzada por su creador, Mask Architects, una firma de arquitectura internacional con un interesante portfolio de diseños que incluye sorprendentes mansiones de lujo y resorts.

Una de sus últimas creaciones, el ONYX H2-BO 85, es un yate de 85 metros de eslora por 10,5 de manga y 10 de alto que ofrece un interior “meticulosamente diseñado para brindar el máximo confort”, con “materiales suntuosos y tecnología de vanguardia”, según la firma. Si por algo destaca no es sin embargo por sus dimensiones o lujo, sino por su enfoque. Mask lo presenta como el primer superyate de su tipo “propulsado por producción de hidrógeno a bordo”.

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¿Producción de hidrógeno a bordo? Así lo plantean sus creadores, que de momento solo aportan una descripción, planos e infografías que permiten hacerse una idea de cómo sería su aspecto final. Además de impulsarse con hidrógeno, una apuesta que ya han hecho otras compañías del sector, el yate de Mask es capaz de autoabastecerse de forma autónoma. “Lo que distingue al ONYX H2-BO 85 es su pionero sistema de producción de hidrógeno a bordo, que usa agua de mar para generar gas hidrógeno mediante electrólisis”, recalca la empresa.

¿Y cómo lo consigue? Sacando partido de los recursos que el yate tiene alrededor. Para generar hidrógeno la embarcación recurre al agua de mar que la rodea e incorpora turbinas hidroeléctricas capaces de capturar de forma eficiente la energía cinética. Sus creadores apuntan además la conveniencia de añadir una fuente renovable capaz de aprovechar la energía fotovoltaica o eólica.

“Las turbinas hidroeléctricas capturan de forma eficiente la energía cinética del agua circundante, superando a los generadores convencionales en términos de eficiencia —argumenta—. Este enfoque permite que ONYX genere y almacene hidrógeno a bordo, eliminando la necesidad de grandes reservas de combustible y aportando energía accesible durante la navegación a baja velocidad o el fondeo. En consecuencia, esto reduce la dependencia del yate de los combustibles fósiles”.

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Pero… ¿Cómo es el proceso? Mask Architects insiste en que resulta “factible” producir hidrógeno a partir del agua de mar, pero también reconoce que lograrlo requiere “experiencia y equipo” y que los detalles de la solución final pueden variar en función del tamaño, diseño y la necesidad de potencia del yate. Eso no le impide dar una descripción general de cómo plantea generar hidrógeno a bordo de su propio modelo, el ONYX. El método se divide en varios pasos.

La primera fase pasa por tomar el agua del mar de su entorno mediante una bomba y filtros; la segunda, tratarla para eliminar impurezas, como sal, minerales u otras partículas. Para avanzar en el proceso, el yate incorpora una cámara de electrólisis con dos electrodos fabricados con platino o iridio que se sumergen en el líquido y se conectan a su vez a una fuente de energía. Gracias a la aplicación de una corriente eléctrica se logra luego romper las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno, que se recoge y almacena en tanques especiales para aprovecharlo.

¿Y el objetivo? Adaptarse al nuevo escenario. Más allá de la conciencia medioambiental, la propia Mask reconoce que la huella contaminante de las embarcaciones ya es un factor importante a la hora de plantear diseños.

La compañía recuerda de hecho que su nueva propuesta llega “en una era de regulaciones medioambientales cada vez más estrictas” y que la industria marítima parece ahora más pendiente de la reducción de emisiones. A lo largo de los últimos años algunas autoridades marítimas han aplicado importantes restricciones a las naves que usan combustibles fósiles. Su propuesta, eso sí, se plantea de momento para “la generación de energía sostenible durante distancias de crucero cortas”.

Imágenes: Mask Architects

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En su búsqueda de sostenibilidad, los superyates quieren ir un paso más allá: elaborar su propio hidrógeno a bordo

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Carlos Prego

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