El mito de los coches eléctricos, la batería y el frío se derriba rápidamente con un país: Noruega

El mito de los coches eléctricos, la batería y el frío se derriba rápidamente con un país: Noruega

Llevamos unos días con frío. Mucho frío. Tanto que, de ser posible en mi coche, calentaría su interior de forma remota con una de esas ventajas de los coches modernos que, en el fondo, presumo de no echar de menos. También hace tanto frío que algunos coches tienen problemas. ¿Cuáles?  A los eléctricos les sienta tan mal como a mí.

Pese a todo, no debemos exagerar. Sí, es cierto que los coches eléctricos tienen problemas con el frío y que sus autonomías se resienten. Pero, ¿es tan grande el problema como dicen? ¿Es un problema que convierte al coche eléctrico en un vehículo inservible? No, desde luego que no. Y la prueba, más evidente, está en Noruega.

Ay, qué frío tengo

Lo digo yo y lo dicen los coches eléctricos. El frío está consiguiendo que ambos estemos rindiendo por debajo de lo esperado. Cuando salgo a correr, me encuentro que el teléfono arroja una cifra que me grita que, mejor, me quede en casa. Llevo unos días en los que mi Garmin recoge con asiduidad una temperatura de cero grados (o negativa) en mis actividades. La consecuencia directa es que soy incapaz de correr tan rápido como querría.

A un coche eléctrico le pasa algo parecido. Pero, en este caso, donde más se nota la incidencia del tiempo y la caída de las temperaturas es en la autonomía. Sus baterías sufren con las bajas temperaturas y su rendimiento es inferior al esperado. Pero, ¿cuántos kilómetros menos se pueden recorrer?

Las cifras son dispares y, en general, dependen en gran medida del vehículo utilizado. Según la revista alemana Auto Straßenverkehr, de la que se han hecho eco diversos medios, un Volkswagen ID.3 consume un 28% más de electricidad cuando el frío arrecia que cundo las temperaturas son más suaves.

El estudio lo ha realizado la Universidad de Ciencias Aplicadas de Weimar, poniendo a prueba al compacto eléctrico de Volkswagen durante todo un año. Durante sus pruebas, realizaron 30.000 kilómetros y los meses de frío, el consumo medio se elevó a 17 kWh/100 km, por los habituales 13,3 kWh/100 km que arrojó el resto del año.

Con estos datos, tomando como referencia la batería más pequeña del compacto alemán (45 kWh), la autonomía del vehículo caería de 338 kilómetros a unos 264 kilómetros. Con la batería de 58 kWh, la autonomía bajaría de 436 kilómetros disponibles con una media de consumo de 13,3 kWh/100 km a 341 kilómetros con una media de 17 kW. Y, con la batería de mayor tamaño (77 kWh), se pasaría de 579 a 453 kilómetros de autonomía.

Este estudio alemán no es el único que se ha hecho poniendo a prueba coches eléctricos en invierno. En forococheseléctricos.com enfrentaron los consumos de un Smart Fortwo EQ (un vehículo con una batería muy pequeña) teniendo la calefacción encendida o apagada. En el peor de los escenarios, el coche consumió un 18% más de electricidad.

Son datos muy parecidos a los que arrojó un estudio noruego en 2020. Entonces pusieron a prueba a 20 vehículos eléctricos y se registró que, de media, los coches eléctricos veían caer su autonomía teórica en un 18,5%, respecto a lo registrado durante el ciclo WLTP.

Aquí está la parte más interesante. La homologación WLTP suele arrojar una cantidad optimista de autonomía y los consumos suelen ser mayores. Por tanto, el impacto del frío en la autonomía de la batería será inferior de lo que marca ese dato en condiciones reales.

Según sus datos, un Tesla Model 3 pasaba de 560 kilómetros de autonomía a 404 kilómetros reales disponibles. La eléctrico de Tesla es uno de los que más sufría con el frío. El coche peor parado era el Opel Ampera-e, pasando de 432 a 297 kilómetros disponibles. En el mejor de los casos, el Hyundai Kona pasaba de 449 a 405 kilómetros disponibles y un Audi e-tron de 398 a 341 kilómetros.

Miles de noruegos no pueden estar equivocados

Podría parecer la frase comercial de un anuncio, pero no encuentro mejor país para rebajar los miedos y las palabras de terror que se están leyendo en las redes sociales.

En los últimos días se han viralizado vídeos como el de un conocido presentador estadounidense, quien aseguraba que el frío no le permitía cargar su Tesla. O el de un conocido influencer que aseguraba que la batería de su Tesla Model 3 no podía recorrer más de 150 kilómetros porque fuera registraba tres grados bajo cero.

En cualquiera de los dos casos, parece evidente que ambos automóviles deberían tener algún problema más allá del frío. Para hacernos una mejor idea, un Tesla Model 3 de tracción trasera cuenta con una batería de 60 kWh y homologa en ciclo WLTP 490 kilómetros, con un consumo de 14,4 kWh. Para sólo poder realizar 150 kilómetros, el consumo debería haber sido de 40 kWh.

Si tomamos como referencia el Tesla Model 3 “de 560 kilómetros” de autonomía como al que se hace referencia en el vídeo (el Long Range Gran Autonomía), estamos hablando de un consumo medio de 13,39 kWh para recorrer 100 kilómetros, pues su batería es de 75 kWh. Es decir, para que el vehículo sólo pudiera recorrer 150 kilómetros, el consumo en este caso tendría que dispararse hasta los 50 kWh.

Evidentemente, cualquiera de los dos datos son impensables si se circula a una velocidad adecuada y el vehículo se encuentra en perfectas condiciones. No sólo eso, si así fuera sería impensable que, por muchas ayudas económicas que se ofrezcan, el coche eléctrico hubiera triunfado en Noruega. Un país en cuya capital, entre octubre y febrero, la temperatura máxima diaria está por debajo de los tres grados.

En 2022, cuatro de los cinco vehículos más vendidos de Noruega fueron eléctricos. Y no solo eso, el Tesla Model Y consiguió colocar en el mercado 17.356 unidades, la mejor cifra histórica para un coche en el país. Si vamos a la anécdota, en enero de 2022 llegaron a venderse más Posche Taycan que la suma de todos los coches de gasolina.

El país nórdico se ha convertido en la meca del coche eléctrico. Tanto que sus responsables necesitan endurecer los criterios para obtener ayudas económicas en la compra y se estudian nuevos impuestos que graven estos automóviles. Parte de su éxito o fracaso lo veremos muy pronto, cuando las facilidades para la adquisición de estos vehículos cambie. Pero el frío, desde luego, no parece haber parado sus ventas.

Foto | Ivan Kazlouskij


La noticia

El mito de los coches eléctricos, la batería y el frío se derriba rápidamente con un país: Noruega

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alberto de la Torre

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