El automóvil camina hacia la geolocalización. Y las luces V-16 de la DGT serán el menor de nuestros problemas

El automóvil camina hacia la geolocalización. Y las luces V-16 de la DGT serán el menor de nuestros problemas

Una luz V-16 no parece el mejor regalo para Navidad pero siempre puede llegar a sacarnos de un apuro si hemos pensado en qué podemos darle a ese cuñado (o cuñada) que nos trae por el camino de la amargura. A ese suegro (o suegra) que nos mira de reojo cada vez que cogemos un trozo de turrón de chocolate. O, simplemente, nos ha tentado a nosotros mismos su precio, comprobando que está en una de esas ofertas que no podemos dejar escapar.


Sea como sea, sí, es posible hacerse con una luz V-16 y utilizarla en sustitución de los triángulos de emergencia. Sin embargo, tienes que saber que esta luz V-16 que compres en estos momentos nace con fecha de caducidad. Está herida de muerte. Y todo porque la DGT está desarrollando un sistema de geolocalización que poco a poco se irá implementando en las carreteras españolas. Su expansión definitiva: 2026.

DGT 3.0: una expansión en los próximos cuatro años

En cuatro años, concretamente a partir del 1 de enero de 2026, todos los conductores deberán contar con una luz V-16 geolocalizada que sustituya los triángulos de emergencia. No contar con ella debería suponer una multa de 200 euros (la misma que ahora se contempla si no tenemos triángulos de emergencia). Pero es muy importante un adjetivo ya comentado: geolocalizada.

El objetivo de la DGT, y el requisito que parece imprescindible, es que esta luz V-16 se conecte automáticamente con DGT 3.0 cuando se active. Esto quiere decir que Tráfico será consciente de que hemos sufrido cualquier tipo de percance y pondrá en marcha el protocolo adecuado para avisar a los servicios de emergencia.

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Pero no solo eso, estar conectado a la DGT permitirá a los responsables de la gestión de las carreteras tener un mapa general más detallado de qué está sucediendo y por qué, lo que permitirá desviar el tráfico si fuera necesario y avisar con antelación a los conductores.

Además, no sólo se plantea la posibilidad de desviar el tráfico por un accidente. La DGT ya trabaja con conos conectados que puedan enviar mensajes a los conductores si se producen cortes de carreteras por algún tipo de problema meteorológico, un evento deportivo o cualquier otra incidencia temporal.

La geolocalización, muchas promesas…

Y pocas certezas. Las ventajas (y desventajas) de la geolocalización y del coche conectado parecen muchas pero de momento parece que los planes tienen mucho de promesas y poco de realidad.

Llevamos años oyendo hablar que los vehículos hablarán entre sí y se comunicarán para lanzarse mensajes. Las ventajas en materia de movilidad son evidentes: más seguridad, una gestión del tráfico más eficaz e, incluso, un enorme desarrollo de la conducción autónoma. Pero, de momento, tenemos coches que se comunican con los semáforos para que nos muestre en una cuenta atrás cuánto queda para que podamos reemprender la marcha.

Lo que sí sabemos es que la Unión Europea debería haber invertido, al menos, 3.500 millones de euros en dotar a las ciudades en redes 5G para su uso en carreteras y vías ferroviarias. Y que en España está planeada para inversión de 1.500 millones de euros para desplegar 14.500 puntos que soporten este protocolo 5G.

También parece seguro que las nuevas luces V-16 no supondrán un sobrecoste añadido anual por una tarifa de datos. Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la DGT, ha asegurado que estas tarifas vendrán prepagadas para doce años cuando se realice la compra. La duda es qué pasara entonces, si merecerá la pena contratar un paquete de datos exclusivo para esta luz o lo mejor será desprenderse de ella y comprar una nueva.

Pero no sólo la DGT ha encontrado un filón en la geolocalización. La Unión Europea tiene sobre la mesa la posibilidad de utilizar esta para que los híbridos enchufables funcionen exclusivamente en modo eléctrico dentro de las urbes e, incluso, puedan llegar a detener el coche si es necesario.

Y Ford ha puesto sobre la mesa un sistema basado en GPS para “vallar” una ciudad y obligar a los vehículos que circulan por su interior que respeten los límites de velocidad, con el objetivo final de reducir los atropellos. Si a ello le sumamos la obligación de contar con un sistema inteligente de control de velocidad, parece que la luz V-16 acabará siendo el menor de nuestros problemas.

Foto | [Dan Gold](Dan Gold)


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El automóvil camina hacia la geolocalización. Y las luces V-16 de la DGT serán el menor de nuestros problemas

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Xataka

por
Alberto de la Torre

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