Resolviendo el gran debate de cada verano: es peor el calor seco del interior o el calor húmedo de la costa

Resolviendo el gran debate de cada verano: es peor el calor seco del interior o el calor húmedo de la costa

España va camino de superar el récord absoluto de olas de calor y eso solo puede significar en una cosa: empieza la temporada de discusiones sobre qué calor es peor, el húmedo o el seco. Dicho de otra forma, ¿es peor el verano en Zaragoza o el verano en Valencia?

¿Se quejan de vicio los habitantes de Écija, la “sartén de Andalucía”, con muchos grados, pero un 15% de humedad relativa y lo que de verdad deberíamos temer es ese Vigo con 29 grados, pero una humedad del 85%? Es decir, ¿nos vamos a la playa este verano o alquilamos una casita en el lugar más seco de la meseta central?


La eterna batalla. El tema del calor seco vs húmedo es uno de los clásicos del verano. No hay duda de que en esto hay mucho de preferencia personal. Las adaptaciones individuales, comunitarias y sociales a un clima concreto hacen que unas zonas tengan mejores condiciones que otras para combatir los tipos de calor a los que se ven más expuestas. Sin embargo, desde un punto de visto científico, el debate sencillamente no existe.

El cuerpo, el calor y nosotros. El cuerpo es, esencialmente, un motor biológico y como todo motor necesita sistemas de enfriamiento para no saturarse. Si tenemos en cuenta que nuestro metabolismo basal consume entre 50 y 60 kcal/h/m2, nos daremos cuenta de que sin esa refrigeración corporal nuestra temperatura aumentaría un grado centígrado por hora. Entraríamos en ‘parada técnica’ antes de lo que podemos imaginar.

En términos generales (y, específicamente, en seres humanos) la regulación de nuestra temperatura corporal se vale de tres sistemas fundamentales para equilibrar el calor que se produce con el que se pierde.

Esos tres mecanismos son los termorreceptores (localizados en la piel y en el núcleo preóptico del hipotálamo), los mecanismos de termorregulación (basados en la sudoración y la vasodilatación periférica) y lo que podríamos denominar el área de control localizada en el cerebro (que se encarga de coordinar conductas “refrigeradoras” más complejas como por ejemplo ‘encender el aire’, ‘ponerse a la sombra’ o ‘ir a por un helado’).

calor

Cuando llega el calor… En cuanto el calor corporal supera ciertos umbrales, se activan todos los sistemas porque un exceso de temperatura puede generar daños importantes en el cuerpo; nuestros vasos sanguíneos se dilatan, empezamos a hiperventilar, nos entra sed y sentimos una necesidad imperiosa de huir del calor. Ah, y empezamos a sudar.

No hay que olvidarse de la sudoración porque se trata de nuestro principal sistema biológico de refrigeración. Pero para ello, como digo, el sistema de termorregulación debe ser capaz de identificar que hace calor. De hecho, la principal causa de ‘disconfort’ térmico no es la temperatura en sí, sino la sensación térmica.

La humedad sí es clave. Y es que los termorreceptores no solo usan los grados centígrados para hacerse una composición de lugar, sino que tienen en cuenta cosas como la humedad relativa del ambiente. ¿Por qué? Pues porque, como decía, el sudor es nuestra principal herramienta fisiológica para refrigerar el cuerpo y el sudor se vuelve menos efectivo a medida que aumenta la humedad ambiental.

Tanto es así que, a igualdad de temperatura, la sensación de sofoco es mucho mayor con altos índices de humedad (porque la capacidad de evaporación es menor). Se trata de nuestro cuerpo diciendo “cuidado, que en estas condiciones no vamos a poder mantener la temperatura mucho tiempo”. Así, a efectos prácticos, 30 grados con humedad del 90% se experimentan igual que tener 40 sin ella.

Entonces, ¿Calor seco o calor húmedo? Como vemos, calor y humedad son dos factores que interaccionan entre ellos y de forma muy estrecha. Eso quiere decir que, a igualdad de temperatura, siempre será preferible la menor humedad. No obstante, lo cierto es normalmente no se da esa igualdad de temperatura. Hay un motivo por el que la gente veranea en la playa aunque la humedad sea mayor: que salvo contadas ocasiones, el efecto moderador del mar, limita las temperaturas máximas y hace que la sensación térmica sea mucho mejor.

¿Qué es mejor el verano en Zaragoza o el verano en Alicante? Pues, depende, claro: pero, por regla general, los picos de calor serán peores en Alicante y los días normales serán peores en Zaragoza (la oscilación térmica es mayor y, por eso mismo, los días serán más calurosos). No obstante, si dejamos a un lado los localismos, España tiene la solución perfecta para resolver esta eterna disputa entre los lugares de interior y las zonas costeras de la península: las Islas Canarias.

Imagen | Maarten Van Den Heuvel


La noticia

Resolviendo el gran debate de cada verano: es peor el calor seco del interior o el calor húmedo de la costa

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Jiménez

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