Las 23 mejores películas de ciencia-ficción

Las 23 mejores películas de ciencia-ficción

Supone un auténtico desafío limitar a un puñado de películas un género cinematográfico que existe desde el mismo nacimiento del cine, y que además tiene tentáculos temáticos que se extienden a otros medios, con los que se ha retroalimentado a base de argumentos, criaturas e ideas. Por ejemplo, el cine de ciencia-ficción de los años cincuenta, con su paranoia y sus invasiones marcianas, es inconcebible sin la literatura de género que se producía a la par.

Quedarse con una veintena de películas de ciencia-ficción es una tarea llamada al fracaso y a las ausencias garantizadas. Para empezar, ni siquiera es fácil acotar los límites del género. Nosotros lo consideramos así: ciencia-ficción es aquella rama del cine fantástico donde, dentro de la lógica del relato, hay una justificación científica para lo que sucede. Es importante tener en cuenta lo de “la lógica del relato”, porque hay películas con un concepto muy laxo de la verosimilitud.


Por ejemplo, hay quien se echa las manos a la cabeza por considerar ciencia-ficción a ‘Star Wars’, dado que lo que sucede no tiene explicación científica. Pero en ese mundo, hay tecnología que permite que se construyan satélites que destruyen mundos: ese satélite no se ha construido con magia, sino con tecnología. A eso tenemos que añadir que ‘Star Wars’ bebe de los códigos del pulp de género y la space opera (grandes bandos enfrentados, viajes interplanetarios, naves, alienígenas). Son definiciones sujetas a discusión, pero esta es la nuestra y la que vamos a usar aquí.

Del mismo modo, habrá quien podrá decir que ‘Alien’ o ‘La cosa’ son en realidad películas de terror, y razón no les falta. Pero eso es como decir que ‘Regreso al futuro’ es una comedia de enredo, ‘Mad Max’ es acción e ‘Hijos de los hombres’ un drama social. Los compartimentos de los géneros no son estancos, la contaminación es posible (y deseable), y no dejan de ser etiquetas para facilitarnos las cosas y las conversaciones.

Así que dejaos llevar. Ni siquiera la lista que ofrecemos a continuación está llena de películas “perfectas”: hemos preferido favorecer la variedad y tocar todas las ramas del género, de las batallas espaciales a la sátira social. Estas son las 28 mejores películas de ciencia-ficción.

Metrópolis (1927)

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El primer clasicazo total del género, inigualado durante muchos años, es esta maravilla de Fritz Lang aún hoy descomunal por lo atrevido de sus conceptos, su mensaje político y sus alardes técnicos. Algunas de sus piezas visuales, como la robótica María o las máquinas en las que trabajan los hombres simbolizan a la perfección el género en aquellos tiempos ingenuos, así como el atrevimiento de sus primeros visionarios, que estaban inventando sobre la marcha una forma de narrar. Un merecido clásico absoluto y una cima del medio en cualquier género.

Si te ha gustado, prueba también con: La ciencia-ficción silente no es tan abundante como lo son otros géneros, pero si quieres rastrear sus orígenes tienes una cita obligada con Meliès y sus cortos pioneros de los efectos especiales, como ‘Viaje a la luna’.

Planeta prohibido (1956)

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A la hora de escoger una película de la nutridísima ciencia-ficción de los años cincuenta, nos quedamos con esta adaptación sui-generis de ‘La tempestad’ de Shakespeare. Un perfecto ejemplo de cómo el cine de género de la época había madurado lo suficiente como para ofrecernos de lo más superficial y chanante (¡Robby el robot, los modelitos de Anne Francis, Leslie Nielsen!) a elementos mucho más complejos, como la sensacional ambientación y efectos o los maravillosos monstruos de id. Estos son los que han convertido a la película en un clásico, adelantándose a obras de argumento similar como ‘Solaris’, pero sin perder nunca de vista su propuesta esencial de película de aventuras galácticas y tecnología loca.

Si te ha gustado, prueba también con: La ciencia-ficción de los cincuenta es inabarcable, aunque a menudo su ambición y medios no tiene la estatura de ‘Planeta prohibido’. Entre sus muchísimos clásicos, acércate a ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, ‘Invasores de Marte’, ‘This Island Earth’, ‘Ultimátum a la Tierra’ o ‘El increíble hombre menguante’, entre muchas otras.

2001: Odisea en el espacio (1968)

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Para muchos, la película de ciencia-ficción definitiva y, desde luego, es una de las más ambiciosas y creativamente más perfectas de todos los tiempos. También, y pese a su fama de inaccesible y excesivamente intelectual, una de las más imitadas e influyentes. Kubrick consiguió, con su famosa elipsis que liga la furia animal pirimitiva y el intelecto humano conquistando el espacio, adornándolo con la trama argumental de un ordenador de a bordo que decide imponer su voluntad sobre los humanos (un argumento que hoy seguimos viendo repetido una y otra vez) y con efectos especiales que permanecen hoy tan perfectos como en su día, rubricar una pieza esencial para entender el género.

Si te ha gustado, prueba también con: Kubrick tocó todos los géneros, pero si quieres más de su ciencia-ficción, acércate a la imperfecta pero muy icónica ‘La naranja mecánica’. Y en clave de distopía tronchante apocalíptica, a ‘Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú?’. Y si quieres palpar la incluencia de ‘2001’, tienes una cita obligada con la reciente ‘Interstellar‘ de Christopher Nolan.

Solaris (1972)

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Junto con ‘2001’ de Kubrick, perfecta abanderada de la ciencia-ficción más alejada de los parámetros comerciales. Como la también imprescindible novela de Stanlislaw Lem en la que se basa, cuenta cómo un psicólogo entra en una estación espacial a averiguar qué le ha pasado a la tripulación bajo la influencia omnipresente de un planeta, Solaris, que visualiza el trauma y dolor de quienes lo orbitan. Tan lenta y meditativa como hipnótica, ‘Solaris’ usa las herramientas de la ciencia-ficción para plantear cuestiones sobre el poder de la mente y lo subjetivo, y los límites de la vida y la muerte y cómo las percibimos. No para todos los públicos, y al mismo tiempo más universal que cualquier otra película de esta lista.

Si te ha gustado, prueba también con: El remake americano de Steve Soderbergh, justamente defenestrado en su día, palidece al ser comparado con el original (aunque tiene sus cosillas), así que si quieres más cosas comparables a ‘Solaris’, acércate a la igualmente monumental y aún más influyente ‘Stalker’ y sus paseos por la psicología hecha paraje apocalíptico.

Alien, el octavo pasajero (1979)

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Una de las cimas absolutas de la mezcla de terror y ciencia-ficción, magistral en ambos aspectos. Por una parte, un monstruo letal, de biología imposible y ciclo reproductivo demencial, diseñado por H.R. Giger. Por otra, una nave icónica, el Nostromo, tripulada astronautas que en realidad son camioneros que no paran de hablar de su paga. Y a medio camino entre ambos géneros, una historia de pánico desatado en una nave espacial que en realidad es una casa encantada, una trama sintética pero efectiva de corporaciones malvadas, siete interpretaciones perfectas y un puñado de secuencias (cada uno de los asesinatos, más las el descenso al planeta de geografía pesadillesca) que son clásicos absolutos del terror en el espacio. Sencillamente perfecta.

Si te ha gustado, prueba también con: Aunque la primera es la mejor, cada una de las secuelas tiene personalidad propia, y hasta ‘Covenant’, que sin duda es la más floja de la serie, tiene también su interés. De la icónica secuela de James Cameron, tan famosa como la original a la desnortada pero divertida ‘Prometheus’. Ah, y si te gusta el mambo, los dos choques con Predator son gamberradas tremendamente divertidas.

El Imperio contraataca (1980)

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La mejor película de la saga galáctica de George Lucas es también la más aventurera y la más equilibrada. Los giros culebroneros (¡romance entre la princesa y el contrabandista! ¡yo soy tu padre!) están más eequilibrados y son más sorprendentes que en cualquier otra película de la serie y el carisma de los protagonistas originales está a punto de ebullición. Lucas, que nunca ha sido un director especialmente dotado, cede la silla de la dirección a Irvin Kershner, uno de los mejores realizadores que han pasado por la serie y el resultado es, sencillamente, la quintaesencia de la franquicia.

Si te ha gustado, prueba también con: Cómo no, el resto de la serie. Las hay mejores y peores (y los fans son los primeros en no aclararse al respecto), pero son piezas esenciales para entender la cultura pop de las últimas cuatro décadas.

Blade Runner (1982)

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Quizás no una película absolutamente perfecta, pero sí una tremendamente icónica, perfectamente representativa de la ambición que alcanzó el género a finales de los setenta y primeros ochenta. Su buen gusto a la hora de integrar tropos del cine negro y una interpretación muy libre del original de Philip K. Dick dio como fruto una película que, temáticamente, en sus disquisiciones sobre las IAs tomando consciencia de sí mismas, es hoy más actual que nunca. Su ciudad lluviosa, apocalíptica, sigue impactando en el cine de género actual y las interpretaciones de todo su reparto, pero especialmente de Rutger Hauer y Sean Young son inolvidables.

Si te ha gustado, prueba también con: Si te interesa Philip K. Dick, tienes mucho que descubrir, y en adaptaciones mucho más fieles al autor que esta: ‘Desafío total‘, ‘Minority Report‘, ‘Asesinos cibernéticos’ o la animada ‘Una mirada a la oscuridad’ son algunas de ellas.

La cosa (1982)

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Un fracaso de taquilla en su día que mandó la carrera de John Carpenter directamente a la serie B para no volver a salir de allí, y una película de terror y ciencia-ficción monumental, que agarra un original muy inferior de los años cincuenta y convierte su ramplona paranoia de raíz política en una pesadilla abstracta y obsesiva. Los efectos especiales de Rob Bottin, absolutamente insuperados hoy día, y la espesa tensión que se masca en escenas merecidamente legendarias como la del análisis de sangre hacen de este clásico una de las mejores películas de terror y ciencia-ficción de todos los tiempos, a la altura de ‘Alien’.

Si te ha gustado, prueba también con: El resto de la ciencia-ficción de Carpenter no brilla a la cósmica altura de ‘La cosa’, pero bien vale la pena echarle un vistazo: del singular romanticismo de ‘Starman’ a la divertidísima ‘Fantasmas de Marte’, pasando por la redonda ‘Están vivos’ o las dos distopías trotonas protagonizadas por ‘Serpiente’ Plissken.

Tron (1982)

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Una película narrativamente imperfecta, sí, pero merece la pena reivindicar el género también como conjurador de imágenes y conceptos que literalmente no puedes encontrar en ningún otro sitio. La idea del programador que se zambulle en su propio videojuego y se enfrenta a una inteligencia artificial que le arroja a combates de gladiadores cibernéticos encuentra la mejor plasmación en una estética fascinante y que sale de la nada, en una película que en pleno 1982 anda inventando cómo contar según qué cosas. Pionera de los efectos digitales y símbolo perfecto de la extrañísima Disney de la época, una rareza aislada en el tiempo y el espacio.

Si te ha gustado, prueba también con: Nada se parece a ‘Tron’, ni siquiera su propia secuela, ‘Tron Legacy’, perfecto ejemplo de cómo normalizar la disidencia estética no siempre es la mejor idea. Pero si quieres una tacita de lo chiflada que estaba Disney por aquel entonces, asómate a ‘El abismo negro’, el choque imposible entre ‘Solaris’, ‘20.000 leguas de viaje submarino’ y ‘Planeta prohibido’.

Videodrome (1983)

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Es asombroso que una película tan vinculada a la imagen y la tecnología videográfica de su momento (el VHS, la televisión por cable, la imagen pre-internet) sea tan perfectamente válida hoy, y es gracias a la abstracción de su propuesta y lo universal y moderno de lo que cuenta: la caída de un hombre en las redes de la imagen perversa, que hace que se transforme incluso físicamente. Nada que ver con nuestra actual adicción a las pantallas de bolsillo y a los estímulos audiovisuales constantes. Con efectos especiales demoledores, rarísimos e icónicos, David Cronenberg trazó una reflexión sobre nuestra dependencia de la imagen mediatizada y planteó una distopía intimista digna de ser revisitada a menudo.

Si te ha gustado, prueba también con: David Cronenberg es uno de los grandes últimos autores de ciencia-ficción, y su filmografía está plagada de piezas imprescindibles. De la visceralidad vírica de sus primeras películas, como ‘Vinieron de dentro de…’ o ‘Rabia’ a la sofisticación de piezas recientes, como ‘Cosmópolis’. Aunque sin duda su otra gran obra del género, a la vez la más comercial y comparable a ‘Videodrome’, es ‘La mosca’. Ah, y ‘Existenz’, una ‘Videodrome’ para la generación de los que hemos sido amamantados por los videojuegos.

Terminator (1984)

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Dentro de la obra de ciencia-ficción de James Cameron, habrá quien prefiera ‘Avatar’, ‘Abyss’ o incluso la segunda ‘Terminator’. Nosotros nos quedamos con esta concisa y violenta serie B absolutamente perfecta, que bebe de los clásicos (rebelión de las máquinas, paradojas con viaje en el tiempo, estructura de persecución de A a B) y suple su falta de medios con imaginación desbordante (el Terminator reparándose, la búsqueda sistemática de la Sarah Connor correcta, el aterrador exoesqueleto). La demostración más pura de que la ciencia-ficción es el género de las ideas… y las ideas son gratis.

Si te ha gustado, prueba también con: La segunda parte, por supuesto, quizás algo ruidosa y artrítica, pero rebosante de buenos momentos. Y la tercera, claro, que recupera el espíritu desvergonzado y de serie B de la primera, pero con unos cuantos millones de dólares a su servicio. Y si quieres asomarte a un plagio de Terminator capaz de medirse a su altura, acude a ‘Hardware’ de Richard Stanley.

Regreso al futuro (1985)

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No solo una excelente comedia de enredo y ciencia-ficción, sino también un símbolo perfecto de una forma muy concreta de entender el cine mainstream de los ochenta, muy comercial pero muy inteligente y con el entonces infalible sello de Steven Spielberg. Como ‘Gremlins’, las ‘Indiana Jones’ o ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’, por mencionar solo unas pocas de entre decenas: películas sólidas, intachables, pero también extrañas, con múltiples aristas e inconcebibles en la monolítica industria actual. En este caso se parte de unos mimbres clásicos (viaja al pasado para que se enamoren tus padres, una mezcla de los icónicos tropos “viaja al pasado para matar a Hitler” y “yo mi abuelo soy”), pero se adorna con matices de guión inteligentísimos, unos personajes magnéticos y adorables y la meticulosidad casi psicótica en la puesta en escena de Robert Zemeckis.

Si te ha gustado, prueba también con: El cine de Robert Zemeckis es como para enmarcarlo de principio a fin, pero si buscas ciencia-ficción, en una clave muy distinta a ‘Regreso al futuro’ pero igualmente admirable tienes ‘Contact’. Y cómo no, las dos secuelas de la propia Regreso al futuro, la primera de ellas brillando a la misma altura que la original.

Robocop (1987)

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Si echas de menos alguna película de superhéroes en esta lista, no busques más: ‘Robocop’ es la película definitiva del género, una historia de orígenes perfecta que también ofrece mucho más: ultraviolencia como solo sabe facturarla Verhoeven (y que cuesta concebir cómo sorteó todos los filtros censores de la época) y humor satírico y que usa su futuro distópico para reflexionar sobre los aterradores Estados Unidos de los ochenta. A medio camino entre el tebeo perfectamente autoconsciente de su ridiculez y el psicodrama con el volumen al 11, ‘Robocop‘ es uno de los iconos más extraños e inclasificables de los ochenta, uno incapaz de envejecer.

Si te ha gustado, prueba también con: El resto de la ciencia-ficción de Verhoeven, que conforma una trilogía llena de humor y que políticamente ronda el anarquismo: esta ‘Robocop’ (por cierto, su primera secuela, con guión de Frank Miller, es inferior pero muy estimable), la inmarcesible ‘Desafío Total’ y la cada vez más visionaria ‘Starship Troopers’.

Akira (1988)

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Pese a su asumida imperfección (cuando salió, el manga de Otomo en el que se basa aún no había concluido), un anime importantísimo no solo por sus hallazgos visuales y temáticos, sino por su papel como embajador de la animación japonesa para adultos en los ochenta, y que propició el desembarco definitivo del género tras años en los que el anime había sido ‘Heidi’, ‘Mazinger Z’ y poco más. Aún hoy, la historia de la amistad y rivalidad entre Kaneda y Tetsuo mientras Neo-Tokyo se termina de desmoronar a su alrededor es tan vibrante e icónica como en su día, y sus secuencias de acción, tres décadas después, siguen dejando al espectador pegado al asiento.

Si te ha gustado, prueba también con: Algo posterior pero igualmente fundacional (su influencia en éxitos como ‘Matrix’ es indiscutible), el anime ‘Ghost in the Shell’ es dio un paso más allá en complejidad con la historia de un futuro aún más retorcido y laberíntico que el de ‘Akira’.

Están vivos (1988)

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Haciendo de la falta de sutileza una virtud absoluta, ‘Están vivos‘ es una actualización de la filosofía paranoide del género en los años cincuenta en clave de crítica a la atroz política reaganiana de los ochenta. El resultado es tan contundente como la maravillosa secuencia de lucha libre en un callejón que simboliza la falta de vergüenza de esta peliculilla de John Carpenter. Sus valores se han visto revalorizados con los años, convirtiéndose en un suministro incansable de memes entre las gafas de sol, los alienígenas en blanco y negro y los escalofriantes y sobrios carteles de ‘Obey’.

Si te ha gustado, prueba también con: La ciencia-ficción paranoica y con mensaje ha existido siempre, con casos tan dispares como la comedia robótica de ‘Las mujeres perfectas’ o la asfixiante paranoia de ‘La invasión de los ultracuerpos’, pasando por otra película de finales de los ochenta, perfecta para un programa doble con ‘Están vivos’, como es ‘Society’. La estela se prolonga hasta la actualidad y goza de muy buena salud, como demuestran éxitos recientes como ‘Déjame salir’

Doce monos (1995)

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Una de las mejores visiones del fin del mundo viene de esta película que también funciona como pieza de arrebatador romanticismo (como el mediometraje experimental en el que se basa, el también fundamental ‘La Jetée’ de Chris Marker) y cómo manifiesto político sobre el fin de la especie. Eso sin dejar de ser una película eminentemente Terry Gilliam, con su crítica a la burocracia y la estupidez humana y su humor ruidoso y extravagante. Posee algunas de las imágenes icónicas del género (los animales invadiendo la ciudad, el futuro mediocre y condenado) y su relevancia ha quedado perfectamente demostrada en estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir.

Si te ha gustado, prueba también con: El resto del cine de ciencia-ficción de Terry Gilliam, de la mejor adaptación apócrifa de ‘1984’ jamás rodada, la magistral ‘Brazil’, a la reciente ‘Teorema Zero’, una maravillita que merece reivindicación inmediata.

Gattaca (1997)

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Preguntándose, básicamente, si existe un elemento químico que defina el alma humana, ‘Gattaca’ se adelantó un par de años a la revolución del género que supueso ‘Matrix’, pero sus logros son igual de memorables. Aunque esta vez, en vez de vestirse con ropajes de acción oriental, lo hizo con el cine negro que tan bien le funcionó a ‘Blade Runner’ y que se volvería a poner de moda levemente gracias a películas como la también estupenda ‘Dark City’. Un excelente trío protagonista y un guión rebosante de detalles nada obvios acerca de la eugenesia, la privacidad y el culto a las apariencias da pie a una película tan actual hoy como hace dos décadas.

Si te ha gustado, prueba también con: Andrew Niccol es un director muy a tener cuenta y aunque ha tocado todos los géneros, sus películas de ciencia-ficción son muy sugerentes, especialmente esta y la fabulosa ‘EL show de Truman’. No tan lucida es la curiosa ‘Simone’, pero sí la reciente ‘Anon’, que pasó tristemente desapercibida.

Matrix (1999)

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Otra película de éxito millonario e impacto incalculable, que no solo marcó de forma indeleble la estética y los temas del cine de acción (y el de fantasía, y la publicidad, y los comics, y la música) de principios de este siglo. También es una producción arriesgadísima, que afronta temas que la ciencia-ficción solo había tocado en formas más literarias, como la posibilidad de que toda la realidad sea un constructo informático. Absolutamente todo en ella es icónico, del primer al último plano, pero eso no quita para que, además, sea una película divertidísima, con secuencias de acción brutales y descubrimientos constantes, del villano interpretado por Hugo Weaving a su memorable historia de amor.

Si te ha gustado, prueba también con: Por supuesto, con el resto de la saga, no tan bien entendida, pero rebosante de momentos que se pueden medir con lo mejor de la primera parte. Juntas conforman la trilogía más sólida de la ciencia-ficción moderna, y si tienes ganas de más puedes recurrir al resto del cine de las hermanas Wachowski, a menudo en el terreno del género, y con películas tan estimulantes como ‘Speed Racer‘ (no exactamente ciencia-ficción, ya que no se parece a absolutamente nada).

Primer (2004)

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El desafío intelectual puro que propone ‘Primer’ no es moco de pavo: es una película que se zambulle con todas las consecuencias en el concepto de los viajes en el tiempo y suple su absoluta falta de medios con una propuesta laberíntica y difícil de seguir, pero que compensa por su atrevimiento y lo insólito de su mera existencia. La paradoja del desdoblamiento cuando el pasado se bifurca inyecta elementos de thriller existencial en esta película de un Shane Carruth al que nos hubiera gustado seguir conociendo a través de sus películas. Por desgracia, de momento solo nos ha regalado esta y la igualmente ambiciosa ‘Upstream Color’

Si te ha gustado, prueba también con: Aunque menos complicadas, el cine moderno nos ha brindado unas cuantas películas de viajes en el tiempo que vale la pena recuperar: ‘Looper’ es quizás la mejor de todas, pero acude también a ‘Los cronocrímenes’ y ‘Al filo del mañana’.

Hijos de los hombres (2006)

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Una ficción pre-apocalíptica que puede transcurrir pasado mañana y que, por única vez en la filmografía de Cuarón, es deslumbrante en lo técnico (el famoso plano secuencia en el coche no ha sido superado por su disparatado exhibicionismo de películas posteriores) sin perder ni un ápice de intensidad dramática. Posiblemente porque junto a estos fuegos artificiales se suma una espléndida dirección de actores y un gusto por los detalles (los campamentos de refugiados, las motivaciones de quienes persiguen a la última embarazada) que la convierten en una de las distopías más perturbadoras de este siglo.

Si te ha gustado, prueba también con: Los retratos pesimistas y moderadamente realistas de un futuro cercano han tenido mucho predicamiento en los últimos años. Échale un vistazo a películas como ‘La carretera’, ‘Snowpiercer’, la española ‘El hoyo’ y, si quieres más Cuarón, a ‘Gravity’, mucho más hueca, pero igualmente brillante en lo visual.

Ex Machina (2014)

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La fascinante trayectoria dentro de la ciencia-ficción de Alex Garland aún tiene su cima en su primera película como director, esta reflexión sobre qué nos hace humanos a través de uno de los tropos icónicos del género: la IA rebelde. Sensacionales efectos e interpretaciones en una película que es a la vez thriller futurista y drama íntimo, y que posee unas cuantas sutilezas en su manejo del punto de vista y en su visión de la tecnología como una prolongación del ego desatado de los hombres que la convierten en un clásico instantáneo del género.

Si te ha gustado, prueba también con: Toda la filmografía de Alex Garland es imprescindible, tanto lo que ha dirigido (‘Ex Machina’, ‘Aniquilación’ ‘Devs’) como lo que ha escrito (’28 días después’, ‘Sunshine’, ‘Dredd). Un autor a seguir muy de cerca.

Mad Max: Furia en la carretera (2015)

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¿La mejor película de ciencia-ficción de la década que dejamos atrás? Muy posiblemente: la última ‘Mad Max’ no solo recoge el testigo del mejor cine de acción de los setenta y los ochenta y lo reduce a lo esencial, a un esqueleto inoxidable de stunts demenciales, héroes y heroínas de una pieza, romances por encima de cualquier adversidad y villanos repulsivos. También propone una distopía distinta y adecuada a los nuevos tiempos, lejos del nihilismo de hace unos años, donde hay desolación pero también esperanza gracias a personajes tan sensacionales como el de Imperator Furiosa.

Si te ha gustado, prueba también con: La trilogía original de ‘Mad Max’ es el mejor cine distópico de acción que te puedes echar a la cara. Toda ella es una auténtica bola de demolición, pero tenemos especial devoción por la primera entrega, sintética, seca y casi abstracta.

Shin Godzilla (2016)

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Escoger la mejor película de Godzilla es complicado desde el momento en el que la naturaleza de la franquicia es mutante, como su propio bicho, y ha ido cambiando con los tiempos. Esta es la primera película japonesa del saurio radioactivo en 12 años, y propone un giro descomunal a todo lo que suponía el monstruo, que se convierte en una criatura visualmente abyecta y en permanente estado de digievolución, que el espectador observa entre aterrado y fascinado, como si viera a un monstruo de película de Cronenberg de treinta pisos de altura. Aderezada con un empleo de la imagen febril y modernísimo y una visión de la burocracia como el auténtico villano invisible de la historia, ‘Shin Godzilla’ es una demoledora actualización del clásico y una revitalización brutal de los kaiju eiga.

Si te ha gustado, prueba también con: Tienes que ver cuantas más películas de Godzilla mejor, esto es así, pero puedes empezar por la original en blanco y negro de 1954, cuando el monstruo era una plasmación de los terrores atómicos japoneses; alguna de cuando se convirtió en mito pop inmerso en brutales battle royale de monstruos gigantes, como ‘Invasión extraterrestre’; y alguna de los ochenta y noventa, de sofisticadísimos pero aun tradicionales efectos y peleas bombásticas, como ‘Godzilla contra Biollante’.


La noticia

Las 23 mejores películas de ciencia-ficción

fue publicada originalmente en

Xataka

por
John Tones

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