Análisis de Pushy and Pully in Blockland, algo más que un mero homenaje al juego de puzles Don’t Pull del Three Wonders de Capcom

Análisis de Pushy and Pully in Blockland, algo más que un mero homenaje al juego de puzles Don't Pull del Three Wonders de Capcom

Todo aquel que haya jugado al fantástico Three Wonders de Capcom estrenado en 1991 en salones recreativos, recordará que había un juego de ese lote que no tenía nada que ver con el run & gun ni el matamarcianos. Sí, el juego de puzles llamado Don’t Pull, sin relación alguna con la trama de los fantasiosos Chariot.

Pese a desentonar, era un bonito complemento que también tenía calidad, lo que al final lograba encajar a la perfección en un “tres en uno” la mar de vistoso y efectivo. Y ahora Resistance Studio, con sede en Ámsterdam, pero con el grueso del equipo de origen español, nos traen su particular homenaje bajo el nombre de Pushy and Pully in Blockland, donde no se limitan a replicar su fórmula, sino que aportan su granito de arena. ¿Y qué tal el resultado?

Empujando bloques como si fuese 1991

Pushy and Pully in Blockland

Es justo reconocer que en su día, el propio Don’t Pull fue una amalgama de influencias de clásicos de los ochenta, como el Pengo de SEGA de 1982 o el gran Bomberman de Hudson de 1983, por lo que este Pushy and Pully in Blockland no solamente bebe de todos estos, sino que se le suman, por ejemplo, el no menos mítico Snowbros. de Toadplan de 1990. En algunos casos es más evidente que en otros, pero lo importante es que el cóctel es un homenaje a las recreativas.

Que precisamente dos de los logros de este juego sean Don’t Pull y Bombergirl, deja claro que Resistance Studio no oculta sus influencias, conservando buena parte de la esencia del clásico de Capcom a la hora de empujar los bloques para destruir a los enemigos por aplastamiento. Porque al empujar, se deslizan en línea recta y matan a todo lo que pillen por el camino. Hay una diferencia sutil, en cualquier caso, puesto que las bombas no se ven a simple vista, sino que hay que “crearlas” apilando tres o más bloques iguales. Y hay tres tipos básicos.

Aparte del bloque bomba, está el bloque gema y el bloque estrella. Por sí solos, no tienen ninguna particularidad especial, salvo a la hora de juntar tres o más. Ahí se fusionan para crear algo acorde con su logo. Por ejemplo, el bloque estrella genera un bloque especial que podremos coger y lanzar, como sucede con los guantes en Bomberman. ¿Y las gemas hacen que bailen los enemigos? No.

Como muchos recordarán, era lo que pasaba en el Don’t Pull original, viendo cómo poco después los mismos enemigos bailongos se transformaban en comida. En este juego de 2020 tan solo sale una gema que nos dará muchos puntos, lo que viene de perlas para conseguir otra vida extra, pero que no servirá para golpear.

Pushy and Pully, un dúo de lo más nostálgico

Pushy and Pully in Blockland

Pushy and Pully in Blockland está estructurado en cinco regiones distintas, cada una con nueve fases y una adicional para el jefe final, lo que suma un total de 50 niveles. Su control es menos rígido que el clásico de 1991, pero no deja de mostrarse algo anticuado en ese sentido, especialmente viendo el movimiento por casillas de Bomberman o cómo se renovó el mismísimo Pac-man con la serie Championship Edition DX, apurando las curvas al máximo con mucha soltura.

Aquí con un leve toque de la cruceta, nos moveremos automáticamente una casilla, sin opción a rectificar. Esto provoca que el desplazamiento no sea tan natural, sino demasiado anquilosado y con el temor que supone ver cómo nos damos de bruces con un enemigo por no saber anticipar sus movimientos.

Es realmente lo único verdaderamente achacable a este juego de espíritu arcade, unido al hecho de que no se conserve nuestro progreso de la campaña al superar ciertos niveles: tan solo se nos asegura el primer nivel de cada región o ya tras haber superado a su jefe, con lo que podremos repetir todas las fases hasta ese punto por si ansiamos las tres estrellas de cada zona. O por el pique de los retos.

Hay fases, eso sí, que no siguen una curva de dificultad coherente respecto a otras posteriores, con algunas que se nos pueden atragantar unas cuantas vidas hasta que memorizamos el orden más óptimo para deshacernos de los enemigos en el menor tiempo posible. Sí, el crono es otro enemigo. La suerte es que hay continues infinitos, con lo que ni los jefes ni las pruebas en plan “Puzzle Time”, para darle más al coco, nos darán tantos quebraderos de cabeza. Y lo bueno es que la aventura también se puede jugar acompañados de otra persona (en local). Suerte que en Steam siempre podemos recurrir al gran Remote Play Together

La opinión de VidaExtra

En definitiva, un homenaje bastante digno al clásico de Capcom. Para los que echan en falta esa clase de juegos en la actualidad, Pushy and Pully in Blockland puede ser una buena opción teniendo en cuenta sus limitaciones. Que por mucho que nos guste la nueva oleada de puzles a cargo de indies, de vez en cuando viene bien algo más ligero para recordar tiempos pretéritos. Y en plan arcade, mejor.

Pushy and Pully in Blockland

Pushy and Pully in Blockland

Plataformas Steam y Xbox One (versión analizada) | Pronto en PS4 y Switch
Multijugador Sí, local (dos jugadores)
Desarrollador Resistance Studio
Compañía Resistance Studio
Lanzamiento 5 de mayo de 2020
Precio 9,99 euros (Steam) | 9,99 euros (Xbox One)

Lo mejor

  • ¡Un sucesor espiritual del Don’t Pull de Capcom!
  • Algunas fases ofrecen retos interesantes
  • Compartir la aventura con otra persona

Lo peor

  • Su control es excesivamente rígido
  • El caprichoso progreso de la campaña
  • Se echan en falta extras o modo online


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Análisis de Pushy and Pully in Blockland, algo más que un mero homenaje al juego de puzles Don’t Pull del Three Wonders de Capcom

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Jarkendia

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