La misteriosa vida de Bob Dylan vuelve al cine

La misteriosa vida de Bob Dylan vuelve al cine

Uno de los personajes más excéntricos de la cultura pop tendrá un –nuevo– biopic a manos de James Mangold: la extravagante vida de Bob Dylan regresa a la pantalla grande, esta vez con el rostro de uno de los actores más solicitados del momento Timothee Chalamet. ¿Comienza toda una nueva generación de biografías en la gran pantalla? Con Judy de Rupert Goold entre las listas de las posibles nominadas a los premios de la Academia, todo parece indicar que sí.

Bob Dylan es sin duda uno de los personajes más enigmáticos de la cultura pop: el cantante, compositor y ganador del premio Nobel de Literatura, es también un hombre controvertido cuya inclasificable personalidad sigue despertando todo tipo de comentarios y la curiosidad de buena parte del publico. Por ese motivo, no se trata de una sorpresa que su periplo hacia la fama llegue de nuevo a la pantalla grande, esta vez de la mano de James Mangold, que recientemente disfruta de reconocimiento y un buen momento cinematográfico gracias a su laureada Ford vs Ferrari.

Por supuesto, también es un gran momento para los biopic de cantantes y personalidades de la cultura pop. En el 2018, la biografía de Freddie Mercury llegó al cine con la exitosa Bohemian Rhapsody de Bryan Singer, que ese convirtió en un inmediato éxito de taquilla, aunque no tanto de crítica, a pesar de ser nominada a mejor película del año.

Este año, Dexter Fletcher narró en el extraordinario musical Rocketman la vida de Elton John, que cosechó críticas entusiastas y ya le brindó al actor Taron Egerton la oportunidad de alzarse con la estatuilla a mejor actor en los pasados Globos de Oro. Lo mismo ocurrió con Judy de Rupert Goold, que con una asombrosa caracterización de la actriz Renée Zellweger, cuenta el doloroso trayecto a la fama de la actriz y cantante Judy Garland. Sin duda, se trata del momento ideal para que la vida del controvertido, misterioso y por supuesto, simbólico Bob Dylan vuelva a recordar su extraño peso en la cultura pop.

Mucho más, si será encarnado por uno de los actores de moda, que además, ha demostrado ser uno los mejores de la última década: el jovencísimo Timothee Chalamet estará a cargo de la difícil tarea de encarnar la llegada a la fama de Dylan, conocido por sus cambios físicos en medio de su transición de cantante popular a un verdadero icono de la contracultura norteamericana. Se trata de un experimento arriesgado –la vida de Dylan ha tenido varias reinvenciones hasta ahora– pero sin duda también, una forma de homenajear a una de las figuras claves para comprender el mundo musical norteamericano durante el siglo XX.

Música en todas partes

Imagen: Esquire

Mangold es un veterano en narrar a Norteamérica desde sus símbolos más representativos: en Walk the Line del 2005, contó la historia del cantante Johnny Cash desde una óptica extrañamente íntima y profunda. Con Joaquin Phoenix encarnando al cantante y Reese Witherspoon (que ganó el Oscar gracias a su interpretación) como su esposa June Carter Cash, logró captar el temperamento extravagante, poderoso y dolorosamente humano de un artista que celebró la identidad del país a través de la música. Mangold encontró en Cash — convertido en símbolo nacional y también, en un héroe trágico herido por sus vicios — una forma de mostrar el temperamento estadounidense y sus pecados invisibles.

En el 2017, Mangold reflexionó y desconstruyó sobre la identidad de los superhéroes, a través de la extraordinaria Logan, en la que no sólo despedía a uno de los personajes más emblemáticos del cine de superhéroes, sino también analizaba la noción del poder, la pérdida, el desarraigo y la caída en desgracia del espíritu optimista de la identidad de los grandes símbolos de nobleza y poder cultural.

Para Mangold, el tema es recurrente: este año Ford v Ferrari, contó la historia real del equipo automotriz de Ford que ganó por primera vez el peligroso y emblemático circuito de Le Mans. Protagonizada por Matt Damon y Christian Bale, la película es una épica discreta al espíritu de la postguerra estadounidense, en el que Mangold además medita sobre diferentes metáforas sobre el éxito, la noción sobre la identidad del país y la forma en que se comprende a sí mismo.

De modo, que su reinvención sobre la vida de Bob Dylan — de las que no se tienen detalles ni tampoco se sabe otra cosa más allá de su protagonista — será con toda seguridad una mirada inteligente e intuitiva sobre la moral y la noción espiritual norteamericana sobre su identidad y lo que más intrigante, la forma en que ha influido la música sobre el panorama cultural de un país en constante transformación.

Una vida de película

Bob Dylan ha sido objeto de profunda curiosidad cinematográfica durante los últimos veinte años: En el 2007, la película I’m Not There de Todd Haynes, analizó de manera muy surrealista la forma en que el cantante se convirtió en una figura legendaria de la música folk.

A mitad de camino entre lo surrealista y una épica biográfica, el cantante fue interpretado por seis actores a la vez, en una forma de mostrar las diferentes facetas de su vida: Christian Bale, Cate Blanchett, Marcus Carl Franklin, Richard Gere, Heath Ledger y Ben Whishaw, no sólo dotaron de rostro a Dylan sino que además, construyeron en pequeños sketchs, la transición del cantante a lo largo de treinta años, todo un logro cinemagráfico que aún continúa desconcertando por su carácter experimental y sobre todo, la manera en que elabora una percepción concienzuda sobre el poder de seducción de Dylan como misterio de la cultura popular.

El año pasado, Dylan volvió a las pantallas de cine y televisión con Rolling Thunder Revue dirigida por Martin Scorsese a través de Netflix, otra mirada experimental sobre la vida del cantante que que documentó (y jugó con la realidad de) sobre lo ocurrido en la gira del año 1975 del músico.

El recorrido, se convirtió en un tramposo juego de espejos entre lo real y lo interpretativo que convirtió a la película en un singular tributo inexplicable por su carácter seudo ficcional. Un poco antes de eso, Martin Scorsese también dirigió el documental más formal No Direction Home, que recorrió el controversial y complicado período del artista durante los años sesenta. Se rumorea que la película de Mangold podría estar basado en el mismo período y quizás enfocar de manera más profunda, los cambios –físicos y psicológicos– que el actor atravesó durante su largo periplo a través de EEUU en una interminable gira.

Por ahora, no hay ningún detalle sobre el guión o el resto del elenco que acompañará a Chalamet en el proyecto.

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