VW convocó a los «haters» de la Amarok para demostrarles que estaban equivocados
Según Wikipedia, el término «hater» (que en inglés significa ‘[alguien]que odia) «hace referencia a un término empleado en Internet para denominar a los usuarios de la red que difaman, desprecian o critican destructivamente a una persona, a una entidad, a una obra, a un producto o a un concepto determinado, a causas poco racionales o tan sólo por el acto de difamar».
En las redes abundan los odiadores seriales, los que generalmente se escudan en el anonimato de un apodo y un avatar para tirar sentencias filosas en contra de todo. Y en el mundo automotor es sabido que también están, con mala intención o simplemente porque «es gratis».
Volkswagen Argentina decidió hacer lo que pocos se animan: llamar a los haters y enfrentarlos a sus categóricas sentencias para demostrarles que, quizás, estaban errados.
Sabido es que, desde su mismísimo lanzamiento, la Amarok tuvo tantos halagos como críticas y que cosechó tantos fanáticos como detractores en un mercado dominado por la Toyota Hilux y en la que poco antes sólo había lugar para dos marcas históricas como Ford y Chevrolet.
«¿Una pick-up hecha por Volkswagen con interior de auto?» «¿Para pasear y llevar los chicos al colegio o para laburar?» A esas preguntas lógicas le sucedieron una serie de mensajes ofensivos cargados de prejuicios. Durante años, VW recorrió (y aún lo hace) el país con su programa Amarok Experto haciendo demostraciones de las capacidades del producto que sale de su planta de General Pacheco.
Como periodistas hemos tenido varias veces la posibilidad de asistir y de quedar sorprendidos ante algunas pruebas en las que la Amarok sale más airosa. Y siempre nuestra devolución fue: «Esto deberían hacerlo con los clientes».
Bueno, VW ya lo venía haciendo y ahora lo repitió con los haters de la Amarok. Los convocó a pasar una jornada off road en una vieja estancia de Baradero donde cada uno se tuvo que hacer cargo de su mensaje en las redes sociales. Acompañados de instructores, los «opinadores» pudieron ponerse al volante y corroborar que se habían equivocado.
Hubo pruebas de todo tipo, desde atravesar vados profundos y realizar recorridos off road, hasta slaloms de alta velocidad y ensayos de arrastre de tolvas cargadas con muchos más kilos que los que indica la ficha técnica. Y nada mejor que «hacer las paces» con los haters que compartiendo un asado campero.