Todas las tecnológicas quieren ser nuestros bancos

Todas las tecnológicas quieren ser ahora nuestros bancos

En los últimos meses se han acrecentado las incursiones de la grandes tecnológicas por lanzar productos ligados a nuestro dinero. ¿Veremos algún día un Google Credit o un Apple Bank?

Google quiere ofrecernos cuentas corrientes el próximo año, según publicó el Wall Street Journal hace unas semanas. Apple presentó este curso su propia tarjeta que ya ha puesto en marcha en alianza con Goldman Sachs. Facebook avanza a tirones con su proyecto Libra con el objetivo de dominar los pagos virtuales, mientras ha presentado también recientemente Facebook Pay. Amazon ofrece sus propios créditos, y hasta Uber ha lanzado una tarjeta de crédito propia.

Parece evidente que durante los últimos meses la mayoría de las grandes tecnológicas han avanzado para colocarse de cara a los servicios financieros, un sector extremadamente regulado pero que a fin de cuentas es uno de los mayores negocios del mundo.

Pero en concreto, ¿qué están poniendo encima de la mesa las tecnológicas y con qué intención? La grave crisis de confianza que afecta a buena parte de las tecnológicas por el uso de datos se marca como una barrera complicada que salvar si pretenden que ahora los usuarios les den acceso a sus datos bancarios. En la otra cara, la facilidad, la comodidad y la capacidad tecnológica de estas compañías para aportar nuevas soluciones frente al sistema bancario aparecen como su gran ventaja. Por eso quizá hasta ahora todas las grandes tecnológicas han preferido un modelo híbrido: no suplantar a los bancos, sino acompañarlos. Al menos, por el momento.

De Google a Apple, todos tiene sus apuestas en finanzas

Hagamos un repaso por los movimientos de las grandes tecnológicas en lo referente al sector financiero:

  • Google lleva ya unos años trabajando con Google Pay, que hasta ahora servía simplemente como método de pago, pero según las últimas informaciones, para 2020 lanzaría ya sus propios productos de ahorro como cuentas corrientes. Este proyecto, llamado al menos durante su desarrollo como ‘Cache’, no sería en sí mismo un banco de Google como tal. La gran G se ha aliado como Citigroup, una de las mayores crediticias del mundo, y parece que el objetivo sería lanzar pequeños productos todavía de forma aislada. César Sengupta, un ejecutivo de pagos de Google, dijo a The Wall Street Journal que el gigante de las búsquedas planea asociarse con bancos para que sus productos despeguen, no suplantarlos.

Apple Card

  • Apple también ha trabajado hasta ahora con Apple Pay, pero desde hace unos meses ofrece en alianza con Goldman Sachs su propia tarjeta, la Apple Card. Utilizada como un mecanismo más de pago y de análisis de finanzas personales que cuenta con ventajas para sus usuarios, para algunos analistas es una forma más de ligar al fiel seguidor de la marca de Cupertino con sus productos y su ecosistema, aunque también podría ser su primera pica en el mercado bancario. Aunque la gran baza de Apple ha sido asegurar la fuerte seguridad y privacidad de su tarjeta, también ha recibido ya sus primeras polémicas por, aparentemente, ofrecer condiciones de pago y de crédito distintas a hombres y mujeres.
  • Facebook por su parte parece que ha embarrado con su proyecto de Libra, del que han salido Paypal y más de una decena de socios. La que iba a ser su criptomoneda y, sobre todo, su forma de pago dentro de Facebook, Whastapp e Instagram, prometía dominar gracias a estas estructura el mercado de micropagos online, pero los reguladores americanos no lo han visto claro y ya han comenzado a trabajar en un proyecto de Ley que puede impedir, en la práctica, que Facebook y otras compañías trabajen como bancos. Ante esto la respuesta de Zuckerbeg ha sido Facebook Pay, otro sistema de pago integrado en su plataforma y que ya no aspira a trabajar con su propia moneda, al menos de momento. Eso sí, ¿de verdad vamos a dar acceso a Facebook a conocer nuestros datos bancarios, y qué compramos? Zuckerberg ha llegado a decir que “cuanto más gente utilice nuestros método de pagos, más fuerte seremos”, y no es algo menor. Conocer qué y cómo compramos puede ser un filón para el gran negocio de la compañía: la publicidad segmentada.
François Villeroy de Galhau – Reuters
  • Amazon ya ha ofrecido con mayor o menor penetración créditos internos para que sus clientes puedan afrontar compras en su plataforma, especialmente en Estados Unidos, pero no solo se ha quedado ahí. Según algunas informaciones, estuvo trabajando en un sistema para crear cuentas bancarias, que fue frenando después de que sus analistas concluyeran que los reguladores no iban a verlo con buenos ojos.

  • Uber, por último, es una de las últimas que se ha metido en este juego con la creación de la sección Uber Money, y que de momento se ha centrado en ofrecer servicios financieros a sus conductores.

China es el espejo; la regulación el mayor hándicap

En cierto modo, es remarcable que los intentos hasta ahora no se hayan centrado en lanzar un producto que pueda suplantar en cierto modo a cualquier banco, sino más bien apoyarse en él. La Apple Card nace de la mano de Goldman y de MasterCard; Google con CitiGroup y Facebook ha recogido velas tras apuntar muy alto con Libra para lanzar una pasarela de pago mucho menos ambiciosa.

Y es que la regulación norteamericana es especialmente prudente a la hora de permitir qué empresas dan el salto al sistema financiero sin ser propiamente bancas. Prueba de ello es el proyecto de Ley antes citado para impedir que Facebook lance Libra -o al menos con todas las capacidades que anunció Zuckerberg- o lo complicado que ya lo tuvieron empresas externas al sector cuando quisieron dar el salto a la banca.

Walmart, por ejemplo, quiso lanzar su propio banco a comienzos de los 2000. El supermercado más fuerte de Estados Unidos contaba con implantación y valor de marca suficiente para hacerlo y además podía jugar con la idea de ofrecer descuentos en sus tiendas, pero la respuesta regulatoria fue tajante. El Senado acabó impulsando una ley que terminó prohibiendo a los minoristas ofrecer servicios bancarios, aludiendo al problema de competencia que podría suponer este doble juego de descuentos y créditos.

Por eso seguramente aún quede mucho para que veamos un Apple Bank o un Google Bank como tal, aunque la aspiración de poner un pie en la gestión del dinero parece más que evidente. En cierto modo, es un camino que ya se ha seguido con éxito en China, donde las tarjetas de crédito hace mucho que pasaron a parecer objetos obsoletos.

En el gigante asiático las empresas tecnológicas han entrado en las finanzas hace años y ganaron en gran medida. Ejemplos como WeBank, el banco de Tencent que está vinculada a su app WeChat o Ant Financial, el brazo bancario de Alibaba, son grandes muestras de ello.

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