Probamos el Audi Q3 Sportback: más audaz que el Audi Q3, más un crossover que un SUV
El Audi Q3 Sportback es el último lanzamiento de la marca de los cuatro aros. Viene a ser una versión más fresca del Audi Q3, pensada para un público al que el Q3 no llega. Lo hemos probado y estas son nuestras primeras impresiones.
Dentro del universo SUV, el subsegmento de los SUV de estética coupé va ganando adeptos a cada año que pasa. Si en 2012 supusieron un 2 % de las ventas, en 2019 esa cuota sube hasta el 15 %. Este es el origen del Audi Q3 Sportback, un spin-off del Audi Q3 que añade una interesante alternativa en el cada vez más prolífico catálogo de Audi.
Audi es consciente de la inmensidad de su oferta, “una locura“, en palabras de Hildegard Wortmann. Aun así, esta locura todavía va a pasar un tiempo desplegándose con algunos lanzamientos, incluyendo versiones mild hybrid de modelos ya existentes. Por ahora, la cita más llamativa es la que tenemos ante nosotros: una versión coupé para el recién estrenado mini-yo del Audi Q8.
Audi Q3 Sportback vs Audi Q3, cuestión de diseño
Modelo | Longitud | Batalla | Anchura | Altura |
---|---|---|---|---|
Audi Q3 Sportback | 4.500 mm | 2.680 mm | 1.843 mm | 1.567 mm |
Audi Q3 | 4.484 mm | 2.680 mm | 1.843 mm | 1.596 mm |
Diferencia | + 16 mm | 0 mm | 0 mm | – 29 mm |
Las diferencias más inmediatas entre el Audi Q3 y el Audi Q3 Sportback se aprecian bien avanzando a lo largo de su vista lateral. Tras un frontal muy SUV, las líneas se hacen más fluidas y, con la ayuda de un pilar A más inclinado, dan pie a un techo de marcada caída, que se prolonga hacia la trasera en busca de una línea de bajos muy realzada y acompañando a una cintura rebajada, rematando así en un pequeño alerón para cerrar la zaga con un alto difusor.
Esas líneas le restan años al diseño del Q3 y encuentran en el Q3 Sportback todo un crossover de imagen más rejuvenecida, de altura rebajada, de longitud mucho mayor en apariencia de lo que es en realidad. C’était un trompe-l’œil.
Visto al natural, entra bien por los ojos, y de hecho a mí me entra algo mejor que el Audi Q3, que a su lado se ve más grandote. Aunque para gustos, colores, y quizá por eso Audi se anticipa a la pregunta: “No hay riesgo de canibalización porque el Q3 y el Q3 Sportback se dirigen a tipos de cliente diferentes”. Touché.
La previsión de Audi es que se vendan un 60 % de Q3 y un 40 % de Q3 Sportback.
En los detalles, son dignos de destacar en el frontal del nuevo Audi Q3 Sportback los grupos ópticos delanteros Matrix LED, de corte estilizado y contrastando así con la poderosa parrilla que queda flanqueada por las tomas de aire laterales, unidas entre sí por una fina línea horizontal en el paragolpes. Llama la atención la poquísima visibilidad que adquieren los cuatro aros en negro sobre la parrilla oscura. Ciertamente hay mucha pérdida de matices de luz en estas fotografías, tomadas bajo un intenso sol de mediodía en Granada, pero aun así…
En la trasera, la caída del techo y el ascenso de la parte baja por medio del gran difusor cierran unos trazos muy dinámicos. Sobre todo en carrocerías de color claro, los bajos en contraste y un pequeño guiño a las tomas de aire delanteras a lado y lado del paragolpes permiten aligerar mucho el conjunto visual.
De serie, las ruedas calzan neumáticos de dimensiones 215/65 R 17 con llantas de cinco radios. En la versión S line se incorporan neumáticos 235/55 R 18. Finalmente, como opcionales quedan las llantas de 19 y 20 pulgadas para neumáticos 215/50 y 255/40, que podemos ver en la mayoría de las fotos.
En cuanto a otros datos prácticos, cabe destacar el espacio del maletero. Da una capacidad de 530 litros, que es exactamente la misma que ofrece el Audi Q3, pese al cambio del portón. Con los asientos abatidos, el volumen de carga crece hasta los 1.400 litros, frente a los 1.525 litros que da el Q3. La altura del borde de carga del maletero queda situada en unos algo incómodos 790 mm, aunque una vez pasada la boca de carga, el suelo del maletero no queda demasiado rebajado.
Un interior amplio, ‘ma non troppo’
El aspecto interior del Audi Q3 Sportback —igual que el del Audi Q3, porque en esto ambos coches son idénticos— reproduce la horizontalidad y la solidez que transmite el exterior, incluyendo guiños a la parrilla Singleframe de Audi.
Así, este interior no escatima en aristas moldeadas para dividir los espacios, y en definitiva ofrece a sus ocupantes un ambiente más robusto que cálido, pese al empleo de materiales aterciopelados recubriendo espacios intermedios.
Se trata de un interior amplio, pero no tanto como las poderosas hechuras exteriores del Audi Q3 Sportback nos podrían hacer pensar. Se pierden milímetros aquí y allá en elementos como los asideros interiores de las puertas o el túnel de la consola central. Al final, la sensación no llega a ser agobiante, pero sí chocante.
La posición de conducción es cómoda y muy intuitiva, y la visibilidad resulta excelente en todo momento. Los materiales ofrecen un buen tacto en general, con la excepción de un volante que se percibe algo básico. Por lo demás, los elementos denotan buena solidez en su ensamblaje.
Desde el puesto de conducción se percibe claramente que el salpicadero se divide en dos franjas. Mientras que la zona superior queda algo vacía, dedicada prácticamente a la circulación del aire, la inferior concentra los mandos de control. Algunos de ellos quedan exageradamente bajos, como la línea de botones que incluye elementos clave como la luz de emergencia o el cancelador del start-stop. Por el contrario, la posición de la pantalla táctil resulta suficientemente cómoda, aunque en ocasiones su respuesta al manejo en marcha puede ser algo errática.
Hay un punto de diferencia entre el interior del Audi Q3 Sportback y el interior del Audi Q3, y en este caso la balanza se decanta en contra del Sportback y a favor del Q3: el acceso a las plazas traseras. Sí, esa caída del techo del Sportback se nota al pasar por la puerta. En el Q3, un adulto de 1,75 m de estatura no tiene problema alguno, mientras que en el Sportback deberá agachar la cabeza si no quiere echar en falta los 5 cm de altura que hay entre la puerta del uno y del otro.
Ya instalados en los cómodos asientos de atrás, que cuentan con inclinación variable, observamos que el túnel de transmisión lógicamente condiciona el uso de la plaza central, que por otra parte tiene la anchura de media plaza tan típica en la oferta actual de estos vehículos, tan grandes por fuera como algo angostos por dentro, en comparación.
Por lo demás, el interior está a la altura de las expectativas que despierta un hermano pequeño del Audi Q8. Siguiendo la ya clásica estrategia de ir adoptando acabados y tecnologías propios de segmentos superiores, el Audi Q3 Sportback va equipado hasta arriba con lo último de la marca de los cuatro aros.
Dinámica de Padrón: ‘uns tiran e outros non’
Nos ponemos al volante del Audi Q3 Sportback, y lo hacemos con la motorización 45 TFSI quattro S tronic, esto es, la que monta un motor de gasolina 2.0 que entrega 230 CV entre las 5.000 y las 6.700 rpm —o sea, casi nunca— con 350 Nm de par motor entre las 1.500 y las 4.400 rpm —o sea, casi siempre.
Todo, por medio de una vertiginosa caja S tronic de siete relaciones y doble embrague que reacciona con agilidad en la mayoría de las situaciones y que salvo en casos extremos permite prescindir de las levas de cambio que igualmente lleva instaladas. ¿Qué es un caso extremo? Que alguien que se incorpora sin apenas acelerar te obligue a frenar con ganas y se te quede el coche muerto. Por ejemplo.
La sensación general que da el motor es de vivacidad. Está claro que son muchos caballos a disposición del pedal derecho, pero también es cierto que a ese pedal le toca mover 1.625 kg de masa en vacío, y lo que surja. Tiene una mínima pereza desde parado, entre que soltamos freno y aceleramos de forma contundente, pero ese lapso dura nada y menos. Luego, el coche anda, trota y galopa a placer.
Todo esto, con la versión 45 TFSI, insisto.
¿Por qué hago hincapié en este punto? Muy sencillo. En la presentación también está disponible la versión 35 TDI S tronic, con motor diésel 2.0 de 150 CV. Y sin haberlo probado, pero con opiniones contrastadas de unos y otros compañeros, el veredicto popular parece claro: a esa versión le falta potencia. Y yo, desde mi rincón, veo plausible esto que comentan los colegas de otros medios.
Así pues, y ante la perspectiva de que salgan publicados reportajes sobre este mismo coche donde se diga tanto que el Audi Q3 Sportback tira de maravilla como que se queda lastrado, cabe recurrir a la sabiduría popular relativa a los pimientos de Padrón y apuntar a que uns tiran e outros non. Aquí, gracias a Héctor Ares, Daniel Murias y Diego G. Moreira por un divertido debate sobre sociolingüística gallega referida al uso de los verbos tirar y puxar en el ámbito de la automoción.
Y estábamos hablando del Audi Q3 Sportback en movimiento. Y su movimiento es preciso en cuanto a la dirección, que a pesar de tener un tacto realmente artificial cuenta con el sistema de dirección progresiva de Audi, cuya relación se vuelve más directa a medida que aumenta el ángulo de giro. Y este es, sin duda, uno de los grandes valores del Audi Q3 Sportback: una facilidad de manejo impresionante gracias a este sistema.
Lo comprobamos a lo largo de casi 300 km de ruta, pasando de Granada a Málaga junto a las sierras de Alhama y de Tejeda, y volviendo hacia Granada junto a Sierra Nevada por su cara oeste. Se trata de una ruta que combina carreteras reviradas, tramos de autovía y una lenta entrada hasta La Malagueta siguiendo la costa.
Si la dirección convence, la suspensión no se queda atrás. La unidad de prueba cuenta con el control de amortiguación damper control, un opcional que varía por electrónica el grado de dureza de los amortiguadores en función del modo de conducción elegido con el sistema Audi drive select, que viene de serie.
En todo caso, si hay que poner una pega a este apartado, esta se encuentra más en los neumáticos de escaso perfil para semejante masa en movimiento. En curvas, se nota demasiado pronto ese punto de no retorno que tienen las cubiertas que montamos, y en definitiva aumenta la sensación de rigidez por más que empleemos ajustes de amortiguación que potencien el confort de marcha.
En cuanto a consumos, y aunque en presentaciones no suelo atender a las cifras que obtenemos, ya que solemos alternar estilos de conducción de un modo poco ortodoxo, en este caso puedo aportar la referencia de haber estado trabajando unos días con una unidad del Audi Q3 45 TFSI para hacerme una idea del modelo y comparar lo que se dice en la ficha técnica con mi propia experiencia.
Así, tras una semana de uso cotidiano por ciudad, carretera y autopista a ritmo normal y corriente, tenemos que el consumo medio de un Audi Q3 45 TFSI en mis manos ronda los 9 l/100 km, quedándose muchas veces en 8 litros largos y casi nunca llegando a rozar los 10 l/100 km. Según datos oficiales, su consumo combinado según ciclo WLTP es de 7,6 l/100 km.
En la presentación del Audi Q3 Sportback, haciendo bastante cosas raras con el pedal derecho, las cifras superan fácilmente los 10 l/100 km y se acercan a los 11 l/100 km. Según datos oficiales, su consumo combinado está en 9,1 l/100 km.
Precios del Audi Q3 Sportback, versión a versión
Tal y como explicamos en su momento, los precios del Audi Q3 Sportback representan un incremento de 3.000 euros respecto a los precios del Audi Q3. A continuación se muestra la tabla completa de precios de venta recomendados para la gama completa del Audi Q3 Sportback.
Versión | Acabado | Potencia (CV) | Transmisión | Precio |
---|---|---|---|---|
Audi Q3 Sportback 35 TDI | Básico | 150 | S tronic | 40.690 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TDI | Advanced | 150 | S tronic | 53.490 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TDI | S line | 150 | S tronic | 45.580 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TDI | Black line | 150 | S tronic | 47.580 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TFSI | Básico | 150 | Manual | 39.220 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TFSI | Advanced | 150 | Manual | 42.020 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TFSI | S line | 150 | Manual | 44.110 euros |
Audi Q3 Sportback 35 TFSI | Black line | 150 | Manual | 46.110 euros |
Audi Q3 Sportback 40 TDI quattro | Básico | 190 | S tronic | 45.350 euros |
Audi Q3 Sportback 40 TDI quattro | Advanced | 190 | S tronic | 48.150 euros |
Audi Q3 Sportback 40 TDI quattro | S line | 190 | S tronic | 50.240 euros |
Audi Q3 Sportback 40 TDI quattro | Black line | 190 | S tronic | 52.240 euros |
Audi Q3 Sportback 45 TFSI quattro | Básico | 230 | S tronic | 50.660 euros |
Audi Q3 Sportback 45 TFSI quattro | Advanced | 230 | S tronic | 53.570 euros |
Audi Q3 Sportback 45 TFSI quattro | S line | 230 | S tronic | 55.560 euros |
Audi Q3 Sportback 45 TFSI quattro | Black line | 230 | S tronic | 57.640 euros |
Audi Q3 Sportback, a prueba, en pocas palabras
El Audi Q3 Sportback abre una nueva posibilidad dentro del vasto catálogo de Audi. Viene a complementar al Audi Q3 donde este no entra por los ojos, y ofrece una estética más deportiva a quien busque un SUV de corte coupé contenido en 4,5 metros de longitud. Sus hechuras son grandes, pero se ven más aligeradas que las del Audi Q3 gracias a detalles que realzan su carácter crossover.
En cuanto a la mecánica, las motorizaciones de acceso se perciben algo insuficientes para mover con alegría un vehículo de estas características, mientras que las dos versiones más capaces, de 190 CV en diésel y de 230 CV en gasolina, resultan idóneas para cualquier estilo de conducción. En el interior encontramos elementos heredados de los modelos mayores de Audi, haciendo del Audi Q3 Sportback un producto llamativo en un mercado cada vez más diversificado.
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Probamos el Audi Q3 Sportback: más audaz que el Audi Q3, más un crossover que un SUV
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Motorpasión
por
Josep Camós
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