#Test: Cosas de Autos probó el Citroen C4 Cactus Shine AT6
Test del Nuevo C4 Cactus
El objetivo que Citroën se auto impuso con el Nuevo C4 Cactus para el Mercosur fue más que ambicioso: que sea su best seller (ver acá). Y en un mercado que parece decidido a dejar atrás sedanes y hatchbacks, optó por agregarle a su nombre el mote más buscado del momento: SUV.
Casi como una declaración de principios, esta generación inspirada en la que había llegado en una primera etapa desde España, reforzó su «look aventurero» y adoptó una serie de modificaciones pensadas en satisfacer las demandas del público argentino y brasileño, a la vez que se adaptó a sus calles y caminos. Sin embargo, hay muchos rivales -incluso menos equipados- que le dan pelea y ponen en riesgo el éxito del plan original.
El C4 Cactus por fuera
Quienes recuerden el primer C4 Cactus seguramente tengan presente los prominentes airbumps que lucía en sus laterales y fueron, junto con su diseño característico, sus señas particulares.
Era un exponente del «tomalo o dejalo», vinculado a la audacia y a la juventud. Buenos, de lo airbumps quedó apenas un recuerdo en forma de molduras en la parte baja de las puertas.
La variante Mercosur tomó la idea original y la reformuló, ni siquiera es exactamente el mismo modelo que se vende actualmente en Europa.
El C4 Cactus mide 4.170 mm de largo; 1.979 mm de ancho; 1.563 mm de alto y tiene una distancia entre ejes de 2.600 mm; su esencia es similar pero está adaptada para que pueda andar por los caminos rotos y calles poco cuidadas de esta partes del planeta.
En lo que hace al diseño su característica principal que la da su identidad se aprecia en un frente en tres niveles, con faros que le dan una «mirada» rasgada y el chevrón tridimensional cromado en el centro.
También adoptó nuevo paragolpes con un ángulo de ataque de 22°, pensada en lo off road.
La vista lateral evidencia dos volúmenes definidos, con un techo prácticamente recto y el efecto de «flotante» dado por el pilar C y la pintura bi-tono (de esta versión).
Su propuesta off road se ve reforzada con los rieles de techo, los pasarruedas negros, los zócalos, los prominentes neumáticos en medida 205/55 R17 con llantas diamantadas y su despeje de 225 mm.
De atrás logró una mejora importante respecto de su predecesor, con un portón más despejado, faros más grandes con efecto 3D y manteniendo el spoiler que se prologa por sobre la luneta.
El C4 Cactus por dentro
Es un Citroën. La marca es sinónimo de audacia en cuanto a diseño se refiere y el C4 Cactus no es la excepción, combinando materiales, texturas y formas. Como solemos remarcar, el conjunto volante y mando de caja son los puntos de contacto más importantes y en este caso están muy logrados; se trata de un volante multi-función forrado en cuero, con un aro con base ligeramente plana y muy bien grip.
Por su interior se aprecia claramente el instrumental que es totalmente digital y al que hay que acostumbrarse para interpretar el nivel de combustible y al régimen de vueltas del motor.
En el centro de la consola se ubica la central multimedia táctil de 7″ desde la cual se comanda no sólo el equipo de sonido Arkamys sino también la climatización y algunos reglajes del vehículo; también suma cámara de retroceso y se puede conectar el celular mediante Android Auto o Apple Car Play.
La plancha combina plásticos duros con algunos más blandos, y en el frente suma detalles en Piano Black que mejoran la percepción a la vista y el tacto. Quizá algunos interiores de puerta sean lo menos agradable y mejorable de esta propuesta, así y todo en líneas generales mejora la calidad percibida que tenía la primera generación.
El pomo de la palanca de cambios es de generoso tamaño y con insertos en aluminio, lo que brinda sensación de robustez y firmeza en el accionamiento de la caja.
Los tapizados son en cuero sintético con un tramado de costuras en blanco que contribuyen a elevar la media.
En cuanto a comodidad nadie puede decir que no cabe en el interior de este crossover debido a que se ha aprovechado al máximo sus dimensiones.
En las plazas traseras hay suficiente espacio para piernas y hombros, y adultos de hasta 1.75 m pueden viajar cómodos, debido a un cojín marcadamente reclinado y que -además- permite aprovechar la plaza central a pesar del túnel.
En lo que respecta a capacidad de carga está acorde con lo que se ofrece en el segmento: 320 litros ampliables hasta los 1.170 litros. Lo malo no está por debajo de piso del baúl, donde no hay un auxilio homogéneo sino un temporal en medida 185/65 R15.
¿Qué le falta? Salidas de aire traseras y techo solar eléctrico, elementos que siempre son buscados, al menos en los tope de gama.
Vale la pena hacer un alto para hablar del equipamiento de seguridad ya que es el punto más alto de este modelo. El C4 Cactus estrenó el concepto de ADAS (Ayudas a la Conducción) dentro de la marca en el Mercosur, y que son asistencias electrónicas para evitar accidentes.
Las más relevantes son el Active Safety Brake y Alerta de Colisión, un sistema automático de frenado de emergencia que reduce la velocidad de impacto o directamente lo evita en caso de que el conductor no pueda reaccionar. Esto lo logra con una cámara ubicada en el parabrisas mediante la cual detecta obstáculos y actua sobre los frenos (funciona entre los 5 km/h y los 140 km/h).
La dotación de ADAS se completa con el Alerta al cambio involuntario de carril (mediante alarma y vibración del volante pero no corrigiendo la dirección), el Alerta de falta de atención del conductor (detecta maniobras erráticas y envía alertas) y el Indicador de descanso (sugiere hacer pausas después de dos horas al volante).
Obviamente que cuenta con frenos con ABS a lo que le suma seis airbags, Control de Tracción y Estabilidad, Asistente al Arranque en Pendientes, Indicador de Presión de Neumáticos, ganchos para sillas de niños y anti-niebla delanteros con Corner Light; sólo le faltaría el airbag de rodilla para el conductor y el Alerta de Punto ciego para ser una dotación 10 puntos.
Al volante del C4 Cactus
El área de desarrollo de Citroën LATAM dedicó muchas horas de trabajo a adaptar y mejorar el confort de marcha de este crossover a las condiciones de los caminos de la región; las tareas se centraron en resortes, amortiguadores y neumáticos de modo tal de brindar un mejor desempeño, algo que se percibe al tomar cualquier camino roto o de tierra.
Su andar a alta velocidad en estas circunstancias dejan de lado cualquier prejuicio, su comportamiento es óptimo, no se perciben ruidos, golpes ni ingresos de tierra, y las suspensiones demuestran una dureza adecuada para evitar rolidos innecesarios de la carrocería.
También se trabajó en la asistencia eléctrica de la dirección, que sorprende con su respuesta y radio de giro, a la vez que se muestra firma a alta velocidad.
Debajo del volante se encuentra el motor naftero de cuatro cilindros, 16v de 1.6 litros con turbo (THP) asociado a la caja automática-secuencial Aisin de seis marchas con convertidor de par y tres modos de conducción (Sport, Drive y Eco).
Este conocido impulsor entrega una potencia máxima de 165 hp @ 6.000 rpm y un más que interesante torque neto de 240 Nm @ 1.400 rpm que es lo que le confiere una muy buena respuesta a bajas vueltas y lo hace ágil en la ciudad; en combinación con la transmisión, de suave pasaje de marchas, garantiza sobrepasos seguros con sólo pisar el acelerador a fondo.
¿Es un 4×4? No, la propia marca lo aclara. Incluye Grip Control, un sistema de motricidad reforzada que trabaja sobre el ESP para darle tracción sobre diferentes tipos de terreno bajo cinco modos: Normal, Barro, Nieve, Arena y ESP Off.
La adherencia mejora pero no lo convierte en un todo-terreno, fundamentalmente porque no tiene neumáticos para ese fin.
Servirá entonces para hacer alguna incursión en arena o sortear algún camino embarrado que no comprometa la total adherencia de los cauchos.
Según nuestros registros de consumo a 100 km/h el motor gira a 1.500 rpm y acusa 6,4 l/100km; a 120 km/h lo hace a 1.900 rpm y rinde 6,9 l/100km; mientras que a 130 km/h marcha a 2.400 rpm con un gasto de 7,8 l/100km.
Conclusiones del test del C4 Cactus
Tiene argumentos para ser lo que pretende ser, pero no depende sólo de sus atributos.
Al menos en lo que tiene que ver con la versión probada, la Shine, hace méritos como para destacarse por encima de la gran mayoría de sus rivales, muchos de ellos con mayor trayectoria y renombre.
Por mecánica y seguridad le alcanza para ser el elegido, pero está la cuota subjetiva del gusto por sus formas y diseño, además del criterio de SUV con el que muchos no coinciden.
En cualquier caso el sólo hecho de su presencia en el segmento sirve para elevar la media del segmento, algo siempre bienvenido por los consumidores.