Somos expertos en tecnología, pero llega la hora de comprarnos un lavavajillas y nos parece que todos lavan igual

Somos expertos en tecnología, pero llega la hora de comprarnos un lavavajillas y nos parece que todos lavan igual

Nos pasamos el día analizando móviles, ordenadores y todo tipo de gadgets, pero cuando llega el momento de hablar de electrodomésticos estamos más perdidos. Es el caso de los lavavajillas, un dispositivo básico para la casa pero donde la mayoría de miembros del equipo de Xataka tenemos que basarnos en la opinión de otros expertos a la hora de comprar uno.

Al igual que hicimos con las lavadoras, hemos querido preguntar al resto de editores sobre su experiencia con este electrodoméstico, cómo lo utilizan y en qué se basaron para comprar uno. Porque cuando se trata de recomendar otros productos de tecnología no hay problemas, pero con los lavavajillas la cosa cambia. Y creemos que no solo nos pasa a nosotros.

Aquí os dejamos con los criterios que hemos seguido al comprarnos nuestro lavavajillas, cuáles son las características que más nos llamaron la atención y qué tipo de cuestiones nos planteamos al comprarlo. Porque la tecnología al final está para hacernos la vida más fácil y los lavavajillas son uno de los productos más enfocados a esta tarea.


En qué nos fijamos al comprar un lavavajillas

Beko

¿En qué fue lo primero que nos fijamos al comprar un lavavajillas? Javier Jiménez, editor de Xataka, nos explica cómo fue su compra. “Me compré un Samsung (DW60M6050FW/EC) que estaba de oferta”. Porque como en toda compra tecnológica, el precio es clave para acertar con el producto. “Lo que miramos fue que tuviera una bandeja para los cubiertos”. Es decir, el diseño del lavavajillas. En dispositivos como los móviles u ordenadores es muy importante la apariencia exterior o la pantalla, pero en el caso de los lavavajillas el interior es básico para ver si se adapta a nuestras necesidades.
“En los últimos años, en casas de alquiler, he tenido otros cuatro y este es, con diferencia, el que mejor limpia. Eso sí, seca regular. Pero si me acuerdo de abrirlo cuando acaba queda fantástico”.

alejandro

Alejandro Nieto, colaborador de Xataka y editor de El Blog Salmón, optó por la compra de un Beko DIN26410. “El tema es que la cocina va con lavavajillas integrado y los modelos así escasean, sobre todo en la parte del precio“. Antes de elegir este modelo estuvo mirando comparativas de la OCU, pero cree recordar que integrables no habían. “Tuve un Teka también integrado pero no nos acabó de gustar, parecía que cogía muy mal olor. Así que el Beko fue la otra opción”.

Al preguntarle sobre el diseño y los cubiertos, Alejandro nos explica que también fue un elemento a considerar antes de su compra. “El lavavajillas es de 60 centímetros y mire los cubiertos. Normalmente eran de 12 o 13, pero este era de uno más que la mayoría. Tiene 14. Somos cinco en casa así que es importante”. Otro aspecto a considerar es el tema del ruido, algo que en las lavadoras es clave pero que en los lavavajillas también puede suponer la diferencia; “Este Beko además hace menos ruido que el Teka, o esa es mi impresión“.

Siemens

María González, directora de Xataka, no pensaba comprarse un lavavajillas cuando se mudó por primera vez de alquiler. “Va, el lavavajillas esperamos a comprarlo más adelante”. ¿Qué pasó? “3 días aguantamos fregando a mano”. Esta fue su experiencia con el lavavajillas.

María

“Si bien con la lavadora sí que hice un estudio a fondo del mercado, con su correspondiente excel, precios, etc., con el lavavajillas en mi caso la compra fue más “pasional”. Sí que comencé buscando reviews online de algunos modelos, pero había muy pocas. Mi primera decisión la tomé en base a la información que encontré: ¿opto por un lavavajillas “tradicional” o por uno con el sistema WaterWall de Samsung? Las reviews y opiniones que vi online del WaterWall no terminaron de convencerme, así que me decanté por uno con el sistema tradicional de lavado“.

“Mi experiencia previa con un lavavajillas Balay no fue demasiado buena, así que también estaba dispuesta a gastarme algo más de dinero en una gama superior. Además, tenía claro que quería un modelo con eficiencia alta. Estos fueron mis principales requisitos para comenzar la búsqueda en un comercio físico y sin querer dedicarle tanto tiempo como le dediqué a la lavadora”.

“Tras una visita a El Corte Inglés y mirando los modelos allí disponibles, me decidí por un modelo Siemens Olimpo SN258W01TE. Balay, Bosch y Siemens es la misma marca, pero distintas gamas… algo que aprendes cuando no sabes e investigas este tipo de cosas (si te fijas, la mayoría de lavavajillas de estas marcas son muy parecidos por dentro, o iguales en muchos casos)”.

“¿Por qué Siemens y no Miele, que sí que tenían también reviews muy positivas online y fama de “duraderos”? Porque no me convencía la organización interior de las bandejas de Miele para colocar los platos. Llevaba años usando lavavajillas Balay y ya tengo casi milimetrado dónde va cada cosa. No quería grandes cambios en ese aspecto. De hecho, hubo una cosa que casi me echa para atrás del modelo Siemens que elegí: la bandeja de cubiertos. Mi anterior lavavajillas tenía el tradicional cesto, y la tercera bandeja en la parte superior para sustituirlo no me convencía. Ahora, tras casi un año de uso, puedo decirlo convencida: mucho mejor con bandeja para cubiertos (más fácil de poner, más fácil de recoger y, sobre todo, sin riesgo para cortes) que cesta”.

Miele

“Mi única duda era si elegir el que tenía secado con zeolitas (secaba mucho mejor y más rápido según la vendedora) o el secado normal. Finalmente opté por el secado con zeolitas ya que era, según ella, mejor, y la diferencia de precio no era tan grande. Sobre si el secado con zeolitas o no merece la pena… en mi experiencia creo que puede ayudar a acortar el tiempo del ciclo de lavado. Ahora mismo puedo poner un lavavajillas y en menos de hora y media ya tengo un ciclo de lavado a una temperatura suficientemente alta para limpiar bien todo. También otra ventaja de mi nuevo lavavajillas: tiene pantalla y puedes ver cuánto le va a llevar y cuánto le queda de ciclo de lavado”.

Decenas de programas para acabar utilizando los mismos

Dronte

Una vez comprado el lavavajillas es interesante ver cómo se utiliza. Porque aquí también pasa como con los móviles, donde muchos usuarios se compran un teléfono de gama alta para luego acabar solo enviando WhatsApps.

Normalmente uso el ECO que consume menos. Pero también es el más largo, así que si voy con prisa uso el corto. Y luego el de “madre mía cómo es posible que se haya requemado todo tanto” para cuando la cosa está chunga. Tiene 6 ó 7 más, pero solo uso estos”. Muchos lavavajillas también cuentan con tecnologías para abrillantar el cristal, pero no suelen ser tan utilizados si tenemos en cuenta las respuestas de los compañeros. “Sí, tiene uno para abrillantar. Creo que no lo he usado nunca, pero tiene uno con copas de cristal”, nos explica Javier.

Algo parecido le ocurre a Alejandro Nieto. “Ni idea de la tecnología GlassShield. Normalmente acabo usando un programa a piñón fijo“.

Javier

También Javier Pastor, editor de Xataka, nos cuenta su experiencia con los lavavajillas. “Utilizamos siempre el mismo programa”. Al vivir de alquiler lleva utilizando el mismo desde hace seis años pero está contento. ¿Notarías la diferencia con un modelo top nuevo? “No puedo comparar, pero el nuestro me parece bastante bueno. Claro, es de hace tiempo, pero es un Bosch bastante chulo”.

Más partido de su lavavajillas saca María. “Respecto a los programas que uso, pues sorprendentemente casi todos. Los normales de 60º y 70º son los que van más rápidos y los que mejor me suelen funcionar, y alguna vez puntual el de 45º si es cristal que no está muy sucio. También tiene un modo silencioso que tarda mucho pero me permite poner el lavavajillas por las noches”.

Un problema de espacio

Lava

Preguntando a los compañeros de Xataka nos damos cuenta que muchos de ellos no tienen lavavajillas. “Ese hueco en la cocina está ocupado por el pienso de los gatos”, nos explica Anna Martí, editora de Xataka. “No tengo lavavajillas por varias razones. Una es que (dentro de lo que te puede gustar una tarea doméstica) ésa me gusta, pero sobre todo es porque yo para llenarlo (incluso medio) tendría que ensuciar mucho (a veces uso un plato por comida y ya), y me da cosa pensar en que está todo ahí guardado aunque enjuagues antes.
Yo además tendría que hacerle sitio e instalación y demás porque no tengo las salidas listas al ser una casa antigua, así que por ahora la verdad es que ni lo tengo como probable”.

En la misma línea se encuentra Samuel Fernández, editor de Xataka Móvil y Android, “No nos gustan mucho los lavavajillas, y aunque nos gustasen no nos cabría”.

En el caso de un servidor el problema para ubicar el lavavajillas era otro. En la cocina no había suficiente espacio, pero como diseñamos la cocina optamos por colocarlo integrado. La clave es que el tamaño era de 45 centímetros, lo que reduce todavía más las opciones. Al final acabé apostando por un Teka DW8 41 FI de 10 cubiertos, un modelo que por precio y prestaciones se ajustaba a lo que necesitaba. Mi recomendación es que al mirar un nuevo lavavajillas tengáis muy presente el tamaño de este, siendo lo ideal uno de 60 centímetros por la cantidad de opciones que encontraréis. Eso sí, para ser dos personas es suficiente con uno de 10 cubiertos. En nuestro caso utilizándolo una vez cada dos o tres días.

“Prefiero lavar a mano”

Lavar A Mano

Es curioso como aprovechamos los gadgets para hacer todo tipo de tareas, pero luego con los electrodomésticos en ocasiones preferimos la opción menos tecnológica. Al preguntar al equipo sobre las características de sus lavavajillas y su experiencia se creó una pequeña discusión entre aquellos que optan por este aparato y aquellos que lavan a mano. “Lavar a mano es el MAL”, afirma Javier Pastor. “En esta casa se friega y se fregará a mano toda la vida”, responde Anna.

Para Yúbal Fernández, editor de Xataka, es una preferencia personal. “Primero porque para pasar el cepillito a los platos antes de meterlos al lavavajillas ya me pongo y en un momento lo friego, y segundo porque por alguna razón me relaja fregar“.

Laura Sacristán, editora de Xataka Android y Móvil, nos explica que “nosotros seguimos fregando a mano (somos dos) y ya hace 5 años que tengo la casa”. Ella lo argumenta así: “Al principio, cuando vivía yo sola, era por cuestión económica, tuve que priorizar los electrodomésticos que iba a comprar y cuando se vino a vivir mi pareja, comprobamos que dos personas no generamos demasiados cacharros. Así que en vez de ir acumulándolos durante varios días para poner un lavavajillas, preferimos fregar a mano. Tarde o temprano, terminaremos comprando uno porque se gasta mucha menos agua con un lavavajillas (si lo llenas) que fregando cacharros a mano”.

César

César Muela, coordinador editorial de Webedia, pertenece también al equipo que prefiere fregar a mano. “Vivo solo y soy de limpiar mientras cocino“. Aún así nos explica que en su piso sí hay lavavajillas pero no lo utiliza. “Llevo casi tres años en el piso y ni una vez lo he usado”.

¿Qué tendría que ofrecer un lavavajillas para que lo utilizases? Le preguntamos. “Pues que me digas que puede limpiar todo sin problemas, que tarde menos que yo, que no haya que llenarlo para empezar a limpiar y que aun así ahorre agua. Aunque más allá de eso es la costumbre. Me gusta fregar y si me tengo que esperar a llenar un lavavajillas, me quedo sin platos limpios”.

Esta ha sido nuestra experiencia con los lavavajillas, pero también vosotros podréis contarnos vuestra particular historia. El sector de los electrodomésticos esconde mucha innovación y los lavavajillas son un gran ejemplo de dispositivo tecnológico. Claro está, no siempre podemos estar a la última.

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Somos expertos en tecnología, pero llega la hora de comprarnos un lavavajillas y nos parece que todos lavan igual

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por
Enrique Pérez

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