#Test: Cosas de Autos probó el JAC S2
Como aún es un producto muy nuevo en el mercado y se trató de nuestro primer contacto con la marca, pusimos la lupa en diferentes aspectos. Afortunadamente tuvimos la posibilidad de probarlo durante más de una semana y recorrer 1.000 km a bordo como para sacar interesantes conclusiones.
Por fuera
Es costumbre buscarle parecidos a los autos, casi un juego por tratar de adivinar cuál fue la inspiración si es que realmente la hubo. En este caso, quienes se acercaron a conocer al S2 mientras pasó por nuestras manos dieron diferentes versiones. Sobre todo en lo referente al segmento.
Mientras la marca lo posiciona como un SUV, algunos lo vieron más como un familiar (similar al VW Suran). Pero las barras del techo y la combinación bi-tono juegan un aspecto clave para darle la razón a JAC.
En cuanto al diseño, muchos lo ven como una versión compacta del Hyundai Tucson y otros afirmaron categóricamente que los faros delanteros eran idénticos a los del Subaru Forester. Algo hay, pero -como siempre decimos- el gusto y la mirada es subjetiva.
Lo que cabe observar son las correctas proporciones, con un parabrisas bien lanzado, poca superficie vidriada, una cintura marcadamente ascendente, laterales despojados y un remate en el pilar C bien resuelto. El frontal se caracteriza por una generosa parrilla con tres barras cromada horizontales en la que se inserta el porta-patentes que oficia también de para-golpes.
Las llantas de aleación con diseño de cinco rayos y rodado 16″ acompañan bien la propuesta general, con pasarruedas ajustados a la medida (algo que no siempre se da). Vale mencionar sus medidas: 4.135 mm de largo; 1.750 mm de ancho y 1.568 mm de alto.
A bordo
La primera impresión es la que cuenta y en este caso es satisfactoria. Abrir la puerta de un auto chino siempre (no sabemos hasta cuándo) conlleva algún prejuicio y en este caso es una invitación a ingresar, sentarse y descubrir qué tiene para ofrecer.
La plancha está lograda combinando no sólo material soft touch sino además el mismo eco-cuero con pespuntes en rojo que los tapizados (también con cuero perforado) y el volante, lo que le da un toque de calidad por sobre la media. Esto se combina con detalles en Piano Black, insertos símil cromado y en símil fibra de carbono para los interiores de puerta.
Se percibe interiormente como amplio, las butacas delanteras son cómodas con apoya-brazos central corredizo, y en las plazas traseras se hacen sentir los 2.490 mm de la distancia entre ejes.
A su vez, por la forma del cojín del asiento un adulto de más de 1.70 m puede viajar cómodamente sentado con suficiente distancia al techo; la quinta plaza es reducida y en el respaldo se guarda un apoya-brazos (con posa-vasos).
El compartimento de carga es de 450 litros, lo que permitió alojar sin problemas tres valijas carry-on y tres mochilas; es un punto interesante considerando además que bajo el piso hay un neumático de auxilio homogéneo (con llanta de chapa) en medida 205/55 R16 (¡bravo!).
La versión que probamos es la Intelligent y es muy completa: incluye sensores de estacionamiento delanteros y traseros, sistema Cornering Light que pre-anuncia el lado hacia el que giramos la dirección, climatizador automático (enfría muy rápido y es silencioso), control de velocidad crucero, alza-cristales con one touch en las cuatro ventanillas.
También cierre centralizado automático en velocidad, sensor crepuscular, pantalla multimedia táctil de 7″ que permite espejar el teléfono (descargando la app EasyCon) y dos puertos USB de carga, uno adelante y otro atrás.
Además cuenta con espejos eléctricos con luz de giro incorporada, apertura del portón trasero eléctrica (y desde el control remoto), apertura del depósito de combustible desde el interior y un porta-anteojos.
El instrumental combina relojes analógicos para velocidad y cuenta-vueltas, con dos medidores digitales para combustible y temperatura del agua del motor; en el centro se ubica la computadora de a bordo la cual se opera desde una tecla en el costado izquierdo del tablero (no es lo ideal pero al menos no hay que pasar la mano por dentro del volante).
Dos detalles de la multimedia: en muchos casos la incidencia del sol (por lo que decíamos del parabrisas lanzado) nos impidió la correcta visualización de la información. Y al colocar la marcha atrás se conecta la cámara de retroceso pero no se desactiva automáticamente al sacar la marcha, sino recién cuando se pone primera y se superan los 15 km/h.
A los fines de la seguridad está muy bien, pero si uno quiere -por ejemplo- quedarse estacionado en el lugar (no avanzar) y seguir escuchando la radio, debe sacar manualmente la cámara para volver a la función anterior.
La dotación de seguridad también resultó bastante completa: frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS y EBD, Control de Estabilidad (ESP), Asistente al Arranque en Pendientes, doble airbag, faros anti-niebla, sistema de monitoreo de presión de neumáticos, ganchos ISOFIX para sillas de niños, y cinturón de seguridad de tres puntos y apoya-cabezas en las cinco plazas.
No hay faltantes importantes, sólo destacamos la ausencia de regulación en profundidad de la columna de dirección y algún airbag más (al menos para esta versión full).
Al volante
El motor es un cuatro cilindros naftero, 16v de 1.5 litros con tecnología VVT de distribución variable de válvulas y distribución por cadena (no por correa), que está asociado a una caja manual de quinta. Entrega una potencia de 113 cv @ 6.000 rpm y un torque neto de 146 Nm entre 3.500 y 4.500 rpm.
No es precisamente brioso en partida detenida y le cuesta en algunas recuperaciones, sin embargo en ciudad se muestra ágil con buen relacionamiento en las marchas bajas. Un detalle a favor que ni la marca menciona: incluye Gear Shift Indicator, el sistema que sugiere cuándo colocar la siguiente marcha para optimizar el consumo.
Según nuestras mediciones nos dio a 100 km/h un rendimiento de 14,8 km/l a un régimen de 2.800 rpm; a 120 km/h fue de 13,0 km/l a 3.100 rpm, y a 130 km/h de 10,9 km/l a 3.500 rpm. El promedio a lo largo del contacto (combinando ciudad y ruta, con y sin pasajeros) nos dio 10,8 km/l. Son buenas cifras aunque debido a que el tanque de combustible carga sólo 42 litros su autonomía es acotada y obliga a recargar aproximadamente cada 400 km.
El habitáculo está bien insonorizado pero al motor se lo empieza a escuchar en aceleración plena recién a partir de las 3.000 rpm, sin embargo en ruta lo que más nos llamó la atención es el ruido del rodamiento a alta velocidad; evidentemente los neumáticos chinos Wanli Harmonic no responden bien ante cierta rugorisidad del asfalto de las rutas argentinas, y habría que probar cambiando por otro compuesto.
El comportamiento dinámico es correcto, con rolidos de carrocería controlados por ser un vehículo no tan alto, con una suspensión delantera que apenas acusó algún golpe al pasar por un pozo, y con un buen despeje que permite pasar por cunetas sin preocupaciones.
Del conjunto mecánico lo que nos convenció fue la dirección eléctrica porque no cuenta con endurecimiento progresivo; es por eso que a la hora de maniobrar en espacios reducidos se percibe liviana pero hay que acostumbrarse a llevarla en ruta, debido a que transmite de forma directa cualquier giro del volante.
Conclusión
El S2 es una novedad que merece ser tenida en cuenta, no sólo por sus cualidades sino por quién está detrás de la llegada de la marca (Grupo SOCMA) y con una garantía de 5 años. La apuesta es “a largo plazo” y se trata de un modelo nuevo a nivel mundial, lo que le asegura una vida extensa.
Los u$s 16.990 de la versión Intelligent lo ubican al filo del off side en un mercado que aún no acomodó los precios tras la devaluación de 2018 (sí, los autos seguirán aumentando). Quizá en pocos meses compita “de igual a igual” en precio, equipamiento no le falta.