Cuatro años de espera para un Toyota Land Cruiser 300 en Japón: la crisis de componentes y una inesperada demanda tienen la culpa
El impacto más notable de la actual crisis de componentes electrónicos es, sin duda, el aumento en los tiempos de entrega de los coches nuevos. Un problema que no tiene visos de mejorar a corto plazo, sino todo lo contrario como confirman las últimas informaciones sobre Toyota.
Según informa Automotive News, las entregas en Japón de su nuevo Land Cruiser 300 acumulan un retraso que se alarga hasta los cuatro años. La firma nipona ha contactado por carta con los clientes afectados, pidiendo disculpas por la excesiva tardanza.
A primera vista, podría tratarse de un fenómeno anecdótico. Pero, en un momento en el cual el plazo medio para recibir un coche nuevo en Europa ya se ha alargado desde los tres hasta los seis meses, esta noticia podría sentar un precedente global si los demás fabricantes no toman nota.
Víctima de la crisis y de su propio éxito
Desde Toyota remarcan que se trata de un problema aislado, que atañe únicamente a este modelo y exclusivamente dentro del mercado japonés. Pero lo cierto es que parece el producto de una tormenta perfecta, que comienza con las consabidas dificultades en el suministro de componentes, especialmente electrónicos.
Ante esta situación Toyota optó por priorizar las entregas en el mercado más estratégico para el Land Cruiser: Oriente Medio. Allí, la firma llegó a comercializar en 2021 hasta dos tercios de las 144.313 unidades vendidas a nivel mundial.
Sin embargo, la premiere del nuevo Land Cruiser 300 generó una avalancha de pedidos en los concesionarios japoneses. Esto cogió a Toyota con el pie cambiado pues, en los últimos ejercicios, apenas un 10% de la producción del modelo bastaba para cubrir esa demanda nacional.
El resultado fue un agradable incremento de las ventas en torno al 21%, que se ha vuelto amargo para una marca que ahora no da abasto para satisfacer a los clientes y fanáticos del legendario todoterreno. De ahí la misiva pidiendo disculpas, a la cual se añade una advertencia sobre los nuevos tiempos de espera en la web japonesa de Toyota, como aviso a potenciales interesados.
Por otro lado, la planta de Toyota en Yoshiwara -encargada de ensamblar el Land Cruiser- ha sufrido en los últimos meses varios parones entre los problemas de suministro y brotes de Covid en el seno de la plantilla. No obstante, los portavoces de la marca han descartado la influencia de tales circunstancias en la extensión de los retrasos.
Asimismo y siempre según sus declaraciones, tampoco corren peligro las entregas del Lexus LX. Este modelo de lujo comparte plataformas y mecánicas con el Land Cruiser, se fabrica en la misma planta nipona y sale de ella con destino al mercado estadounidense.
El caso español con el Renault Captur
El del Toyota Land Cruiser 300 es un caso práctico sobre cómo un incremento no previsto de la demanda puede dar al traste con toda la estrategia de producción de un automóvil. Pero mientras en Japón trabajan en un remedio, otros fabricantes han tomado medidas para paliar problemas parecidos.
Un buen ejemplo es el de Renault España. Sabedores de que el Captur es uno de sus modelos más demandados, la firma del rombo ofrece el servicio ‘Fast Track’. A través de éste, en un plazo garantizado de 30 días puedes disponer de un Captur o Captur E-Tech con un nivel de equipamiento razonable.
Eso sí, esta celeridad tiene su truco. Y es que esta opción implica asumir un equipamiento cerrado, una única motorización y una elección de colores muy escueta, basada en las tonalidades más elegidas por los compradores del modelo.
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La noticia
Cuatro años de espera para un Toyota Land Cruiser 300 en Japón: la crisis de componentes y una inesperada demanda tienen la culpa
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Motorpasión
por
Diego García García
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